El 45,2% de beneficiarios del bono rural se desplazó más de dos horas para recogerlo: ¿Qué más frena su reparto?

El 45,2% de los beneficiarios del bono rural –que contempló un monto de S/836,2 millones– tuvo que desplazarse por más de dos horas para llegar a una oficina y recoger su subsidio, de acuerdo a una encuesta realizada por Caja Los Andes. Mientras que el grupo que se tomó una hora o más fue de 91,2%.

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Rosanna Ramos-Velita, presidenta del directorio de Caja Los Andes, saludó –en primer lugar– la entrega de este subsidio, pues se apuntó a “la base de la pirámide de los peruanos”, en la que en muchos casos significó “la última línea de vida que tenían muchas personas para sobrevivir a esta pandemia”.

Esto se sostiene, por ejemplo, en que el 67% de estos beneficiarios indicó que “tenía poco para comer” antes de recibir el subsidio.

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Sin embargo, la ejecutiva observó el proceso de entrega, considerando que no se utilizaron las medidas adecuadas.

“Muy pocas microfinancieras fuimos invitadas a participar. Se utilizaron principalmente a los bancos, pero los beneficiarios no son bancarizados. Otro tema es que no se utilizaron las plataformas de dinero electrónico, como BIM, que une a todas las entidades del sistema financiero”, dijo Ramos-Velita.

Carolina Trivelli, extitular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), señaló que parte de este problema también es que “la infraestructura [financiera] es limitada y está muy mal distribuida”. Ello se ha evidenciado hace años, pero los avancen no fueron relevantes.

En detalle, Richar Ruiz, director ejecutivo de Pensión 65 del Midis, informó a El Comercio que el avance en la entrega de este bono fue de 78%.

Factores como la informalidad, la desactualización de datos esenciales de las personas y la dispersión de las viviendas impidieron que la entrega sea 100% exitosa.

“No más del 25% de los beneficiarios tenía una cuenta en el banco”, detalló el funcionario.

OPTIMIZACIÓN

A fin de evitar mayores contagios mediante las colas que se forman para recoger un subsidio, una de las opciones es el uso de billeteras electrónicas.

Ramos-Velita cuenta que en su caso aprovecharon el recojo del primer bono para convencer a sus clientes de abrir una billetera electrónica. Un número importante accedió, lo que facilitará, por ejemplo, el recojo del segundo bono anunciado por el Gobierno.

Pero esta herramienta también enfrenta una serie de barreras. Su expansión se frena porque un 54,2% dijo que no tenía Internet y un 40,8% indicó que no contaba con cobertura móvil.

Trivelli agregó que en el ámbito rural la propia estructura también es un problema.

“A una persona le puede llegar el mensaje del depósito de dinero. Pero en el ámbito rural nadie acepta pagos con BIM, por lo que tienes que ir a sacar dinero”, apuntó.

Por ello, Trivelli señaló que deben aprovecharse todas las herramientas posibles para optimizar su entrega, como apoyarse en las empresas transportadoras de valores, que cumplen la función de llevar el dinero en efectivo hasta puntos céntricos (como colegios) y ya son utilizados en programas como Juntos, etc.

“Se tiene que utilizar todas las herramientas disponibles al máximo de su alcance [para cumplir con entregar el bono]. No hay una solución perfecta ahora, pero debe echarse mano de todo lo que hay”, remarcó.

Trivelli también indicó que el Midis debe apoyarse más en las microfinancieras. Ramos-Velita comentó, por ejemplo, que desde Caja Los Andes atendieron solo a 6.200 clientes que resultaron beneficiarios, pero ello representó solo “una participación mínima” y fue por única “decisión del gobierno”.

En tanto, Ruiz dijo que desde el Midis ya se viene utilizando este tipo de herramientas y que, incluso, se usan “métodos no convencionales”.

“Hemos logrado hacer pagos vía cartas-poder. Un grupo de personas se pone de acuerdo y envía a uno para recoger el dinero y luego repartirlo en la comunidad”, refirió.

Ruiz agregó que, de los 2,5 millones de hogares nuevos que se sumarán a los padrones para acceder a los bonos que se repartirán entre agosto y octubre, poco más de 687.000 pertenecen al ámbito rural.

Asimismo, consideró pertinente remarcar que la etapa de cierre de los primeros bonos “no significa que ya no se pagarán, sino que -por lo contrario- se realizarán los máximos esfuerzos para que en las próximas semanas los subsidios lleguen a su destinatarios finales, mediante el desarrollo de diversas estrategias”.

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