De acuerdo con un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Perú sería uno de los países menos preparados para combatir la crisis provocada por el COVID-19. La cifra de contagiados, a la fecha, asciende a los 234 casos.
Basándose en el índice de seguridad sanitaria mundial, el FMI precisó que el nivel de preparación de Perú estaría solo entre 34,4% y 39,9%. Así lo determinó la entidad pese a las estrictas medidas de paralización y restricción de tránsito para evitar la propagación del coronavirus.
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Bajo esta misma condición se encontrarían Colombia, Bolivia y Paraguay. Medianamente preparados son Brasil, Chile, Argentina y Ecuador. Teniendo en cuenta estos escenarios, Latinoamérica podría contraer su crecimiento.
“Las medidas de contención reducirán la actividad en los sectores de servicios y manufactura durante al menos el próximo trimestre”, manifestó Alejandro Werner, director del departamento del hemisferio occidental del FMI.
Proyectando este panorama, señaló que “la recuperación que habíamos previsto hace unos meses para la región no ocurrirá, y no cabe descartar la posibilidad de que 2020 sea un año de crecimiento negativo”.
Al otro lado del terreno, los países más preparados serían solo Estados Unidos y Canadá.
IMPACTO
El FMI anticipó que, aunque la caída de los precios del petróleo beneficiaría a aquellos países que lo importan, “empañará la inversión y la actividad económica de los que dependen mucho de su exportación”.
“En caso de que se produzca un estallido local, la actividad del sector de los servicios probablemente será la que más sufra como consecuencia de las campañas de contención y distanciamiento social; el turismo y la hostelería, así como el transporte, serían sectores particularmente afectados”, escribió Werner.
En cuanto a América del Sur, se enfrentaría a una caída del ingreso por exportación en respuesta al retroceso de los precios de las materias primas y la reducción de los volúmenes de exportación, sobre todo a China, Europa y Estados Unidos.
De cara a enfrentar esta situación, Werner afirmó que “será crucial que se adopten medidas focalizadas en el plano fiscal, monetario y los mercados financieros a fin de mitigar el impacto económico del virus”.
Para tal fin, agregó, “los gobiernos deben recurrir a transferencias monetarias, subsidios salariales y medidas de alivio tributario para ayudar a los hogares y empresas afectados a hacer frente a esta interrupción repentina y temporaria de la producción”.