"Chinchero lo hemos convertido en obra pública", señala el MEF
"Chinchero lo hemos convertido en obra pública", señala el MEF

No será fácil de operar el futuro aeropuerto internacional de Chinchero [Cusco]. Ningún aeropuerto ubicado sobre los 3.700 metros de altura es fácil y este no tendrá por qué ser la excepción. La condicionante geográfica siempre jugará un rol importante en su futuro, pero la pelea por convertirse en un ‘hub’ aéreo para Sudamérica también se jugará en la cancha comercial, en el espacio donde se afinan las estrategias y se convence a las aerolíneas extranjeras de volar al Cusco. Ese trabajo es todo un reto, y ya se discuten varias rutas para lograr el objetivo.  

El primer aspecto a tratar es la tecnología. Según los estudios de factibilidad elaborados –cada uno por su cuenta– por la consultora española Advance Logistics Group (ALG) y la coreana Korea Airports Corporation (KAC), hoy las naves ideales para volar hasta Chinchero y despegar desde ahí [que no es lo mismo] son los Airbus 319 y 320.

Si nos remitimos a esa precisión, solo dos de las cinco compañías aéreas que operan en el mercado doméstico podrían conectarse con el nuevo aeropuerto: LAN Perú y Avianca. En el caso de las aerolíneas internacionales, el filtro no sería tan riguroso, pues la mayoría cuenta con esta clase de naves en su flota.

Para Omar Cruzalegui, gerente comercial de Movil Air, compañía aérea que planea desarrollarse con rutas interregionales en el país, la variable tecnológica será determinante para que cada aerolínea interesada en volar al Cusco haga su tabla de operación y defina si le resultará rentable o no. “Necesitaremos aviones con mucha potencia en los motores para entrar y despegar sin límites de combustible o peso [sea de carga o pasajeros], que son las variables que afectarían la rentabilidad de los vuelos”, dice.

Según el ejecutivo, algunas naves, como los Boeing de la serie 500, requieren equipos especiales que los suministren de oxígeno extra para operar en Chinchero, sobre todo al momento de salir. “Ese es un costo, por ejemplo, que habría que considerar”.

Sin embargo, para otros la foto descrita hoy no será la misma que dentro de ocho años, cuando debería operar el aeropuerto. El gerente general de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI), Carlos González, acota que esas limitaciones técnicas de las naves serán resueltas por los fabricantes antes de que el terminal esté listo y que, en ese sentido, no habrá problema técnico para volar, al menos no para los aviones de gran magnitud. “Calculo que incluso los de 800 pasajeros podrán hacerlo”.

A Carlos Milla, ex presidente de la Cámara de Comercio del Cusco (CCC), le preocupa más el aspecto comercial que el técnico porque –ratifica– la tecnología superará a la altura y a la gravedad. “Que Chinchero nos convierta en un ‘hub’ aéreo de Sudamérica dependerá de nuestra inteligencia para vender al Cusco como un destino turístico”, explica. “En eso debemos trabajar desde ahora”.

Puede sonar a perogrullo escuchar que el futuro del Cusco depende del turismo, pero cuando Milla detalla el plan que la CCC ha resuelto para hacer de la ciudad un ‘hub’ internacional, el asunto se convierte en vital. “Las dos terceras partes que hacen rentable una operación para cualquier aerolínea son la carga y los viajes de negocios y en ambas unidades el Cusco no promete rentabilidad. No hay gran comercio internacional con nosotros y tampoco somos un destino corporativo. Entonces, lo que tenemos que lograr es que el turismo sea tan potente que responda por las tres unidades, o cubra de tal forma a las dos terceras partes de la operación que los números jueguen a favor”, aclara.
     
¿Eso es posible? La CCC tiene ya rutas propuestas, con estudios de mercado detrás que pone a disposición. De Chinchero a Galápagos, Cuenca y Guayaquil, en Ecuador. A Cartagena y Bogotá, en Colombia. A Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, en Bolivia. A Córdova, Mendoza y Buenos Aires, en Argentina. Y a Arica, Antofagasta, Iquique y Santiago, en el norte de Chile.

Todo en base al turismo, para dejarle a Lima seguir como ‘hub’ aerocomercial y de negocios, donde está bien posicionada, esa es la idea. ¿Hay interesados? 

A CUSCO DESDE BRASIL
De hecho, hay una aerolínea que ya opera algunas de esas rutas: la boliviana Amaszonas. A Mijail Moscoso, su gerente regional, le hace mucho sentido el plan de Milla, pero le añade a Brasil. “Es un mercado al que deben mirar”.

“Brasil es importante, sin ninguna duda, pero Star Perú volaba del Cusco a Río Branco y tenía un plan para ir más allá y no funcionó porque el Gobierno Brasileño impone mucha regulación y mientras siga así no funcionará”, responde Milla. Por cierto, una tarea para el MTC es el impulso de la política de cielos abiertos con el vecino país, lo que favorecerá la conexión.

Luis Sicheri, director de la escuela de Turismo de la UCSUR, cree que el ‘hub’ también debe funcionar hacia adentro para que el plan resulte. “Los vuelos interregionales”: motivo para un nuevo Tapete.

EFECTO EN LIMA

A diferencia de Carlos Milla, quien considera que con Chinchero el Cusco no competirá con Lima como ‘hub’, Rocío Merino, ex directora de Prom-Perú, piensa que la capital debe prepararse para un nuevo flujo de viajeros que prefieran volar directo a la Ciudad Imperial. “Se afectará la llegada de turistas a Lima y en ese sentido debemos pensar en qué debemos hacer para que Chinchero sea un aliado de Lima y los destinos del norte del país”, explica.

Contenido sugerido

Contenido GEC