Dólar
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Redacción EC

Durante la primera mitad del 2017 el dólar norteamericano
se ha debilitado 7% a diferencia de lo esperado por la
mayoría de analistas, que veían un fuerte en un
contexto en el cual la economía norteamericana ha dado
señales de recuperación y la Reserva Federal () ha
continuado con su proceso de normalización monetaria, explica Mario Guerrero, jefe del área de Estudios Económicos de

Para el especialista, ello obedece a que el
mercado adelantó en buena medida la expectativa de
tasas de interés más altas durante el periodo 2013-2015.
También habría influido la política económica del
presidente Trump, conocida como 'Trumponomics' y su
declarada preferencia por un dólar débil.

Sin embargo, Guerrero explica que el dólar como moneda global también es determinada por sus cruces con otras monedas fuertes, principalmente el euro y el yen. Ambos bancos centrales, de Europa y
Japón, vienen implementando políticas monetarias
expansivas, tal como lo hizo EE.UU durante el periodo
2011-2013, induciendo a una recuperación de sus
economías y a un fortalecimiento de sus monedas.

El Banco Central Europeo descartó la semana pasada
nuevas reducciones en su tasa de interés (actualmente en
0%) por primera vez, lo que constituye un primer paso
hacia una futura normalización monetaria. En Japón, la
normalización monetaria aún esta lejana, pues la
economía luce aún débil a pesar de algunos signos de
recuperación.

El aumento de la tasa de interés por parte de la Fed de
1,00% a 1,25% a partir de mañana cuenta con
una probabilidad de 96%, por lo que prácticamente ya está
descontado por el mercado.

De acuerdo con el especialista, más importante será el tenor del comunicado de cara al ritmo de alzas futuras, la discusión sobre el impacto de las medidas de gasto público y recortes de impuestos anunciadas por el presidente Trump y los avances en el
plan para reducir la abultada hoja de balance de la Fed
(US$ 4.500 miles de millones). Las expectativas del mercado apuntan a que los comentarios de la Fed tengan un tono cauto y equilibrado
respecto de la proyección de futuras alzas.

INFLACIÓN
La trayectoria de la inflación repuntó desde 0% (setiembre 2015)
hasta 2,7% (febrero 2016), retrocediendo a 2,2% en abril.
Medida por los precios de gasto de consumo personal,
índice preferido por la Fed, la inflación se ubicó en 1,5%,
por debajo del objetivo de 2%.

El dinamismo de los salarios se ha mantenido débil y si bien el mercado laboral luce sólido en términos de ritmo de creación de
empleos y baja tasa de desempleo, hay indicadores como tarjetas de crédito cuyo dinamismo se viene desacelerando de 6,5% en el 2016 a 1,8% a abril 2017 y cuya morosidad viene repuntando, según Moody’s.

La actividad económica, por su lado, se expandió 1,2% durante el
primer trimestre  y se espera un ritmo de 1,5% en promedio durante
la primera mitad del año, por debajo del 1,8% de crecimiento potencial a largo plazo estimado por la Fed.

Descontando el alza que se produciría esta semana, esperamos que la próxima (a 1,50%) se produzca en diciembre de este año, asumiendo estabilidad del mercado, mejora continua de los indicadores económicos y un campo de acción más amplio de la política fiscal.

REACCIÓN DEL MERCADO
Durante la primera mitad del 2017 las bolsas en EE.UU.
ha registrado un desempeño favorable, alcanzando nuevos máximos históricos a comienzos de junio, con costos de cobertura en mínimos históricos.

Las tasas de interés de largo plazo, medidas por el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, luego de repuntar hasta 2,60% en las últimas dos ocasiones en que la Fed elevó su tasa (han descendido 40 putnos básicos hasta ahora (2,20%). La demanda por estos bonos continúa firme, principalmente por parte de bancos centrales de economías emergentes (China principalmente) que vienen elevando sus reservas internacionales a la vez que evitan una mayor apreciación
de sus monedas.

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