Emprender es innato en los peruanos, pero este deseo sumado al duro golpe que ha sufrido la industria de la moda y los altos índices de desempleo a causa de la crisis sanitaria hará que el nivel de emprendedurismo entre los profesionales de la moda apuntale aún más el próximo año.
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Antes, el 80% de egresados de la carrera de diseño de modas trabajaba en la industria (‘retailers’, empresas de confecciones y textileras) y el 20% emprendía; no obstante, en la etapa post COVID-19 se estima que estas proporciones cambiarán y que este último pasará a representar entre el 30% y 40%, aproximadamente, sobre la base de cifras internas del Centro de Altos Estudios de la Moda–CEAM, señala su directora ejecutiva, Mary del Águila.
“Esta situación también la hemos notado entre los alumnos que aún no concluyen la carrera, cuyas prácticas preprofesionales se vieron afectadas por la pandemia, y que han incursionado en la confección de ropa deportiva, mascarillas e, incluso, accesorios”, indica.
Pero estas iniciativas de negocio, afirma, están siendo potenciadas por las redes sociales y las plataformas de e-commerce, y no se circunscribe solo a los rubros de moda. “El emprendimiento va a aumentar y va de la mano con la transformación digital que se adelantó algunos años y cuyo potencial es aún mayor”, dice.
La ejecutiva recuerda, asimismo, que los grandes retailers tuvieron al principio muchos problemas por el retraso en las entregas, y eso también creó esta oportunidad e hizo que la gente volteara a negocios más pequeños, pero que le daban confianza.
No obstante, revela que también han notado en los últimos meses una recuperación a nivel de convocatorias en su banco de trabajo y espera que esto siga mejorando, en línea también con la reactivación de algunos proyectos de expansión de las marcas, que fueron postergados por la crisis sanitaria.
ETAPA DE TRANSICIÓN
Del Águila cuenta que los primeros dos meses de iniciada la pandemia fue el periodo más complicado para CEAM en sus 23 años, ya que tuvieron que mover las fechas del inicio de clases, y en vez de empezar en marzo lo hicieron a mediados de mayo para llevar a cabo todo el proceso de transformación y transición hacia la educación virtual, que implica pasar el “know how” a estas plataformas de manera asertiva.
“Finalmente, pudimos adaptarnos eficientemente a este tipo de educación, mantener una buena comunicación con los padres y alumnos y dar muchas horas de capacitación. Recién en este nuevo ciclo, que empezó en setiembre, hemos podido volver casi a la normalidad”, indica.
Ahora, adelanta, están trabajando para que en marzo de 2021 se puedan llevar a cabo las clases prácticas de manera presencial con el 50% del aforo.
“Vamos a esperar también lo que diga el Ministerio de Educación (Minedu) respecto a si se reanudarán al 100% las clases presenciales el próximo año; aunque creemos que de darse será con restricciones de aforo. Es una situación compleja, pero nos alinearemos a lo que se disponga”, precisa.
NUEVA SEDE
Si bien CEAM tuvo un impacto en el número de alumnado, con una reducción entre 20% y 25%, en el primer ciclo de 2020, Mary del Águila señala que en este segundo ciclo han podido recuperar lo perdido, lo que le dio la confianza para seguir avanzando en las obras de su nueva segunda sede en San Borja, que ya es una realidad.
“La finalidad es diversificar nuestra oferta en otros mercados geográficamente alejados de la sede principal de Miraflores como San Borja, Surco, La Molina, San Luis, Santa Anita, Los Olivos, entre otros. Esto demuestra que, a pesar de la pandemia, seguimos invirtiendo y creciendo como institución formativa”, sostiene.
Esta sede, ubicada en la avenida Javier Prado Este y que cuenta con más de 500 metros cuadrados distribuidos en dos niveles, les permitirá adecuarse de mejor manera al protocolo de seguridad que contempla el distanciamiento social, de retomarse la educación presencial, asegura.
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