La inversión privada muestra signos de recuperación en la primera mitad del 2024, impulsada por un mayor dinamismo en la ejecución de algunos proyectos de infraestructura y minería. En un contexto de mejores expectativas empresariales y altos precios de exportación, las perspectivas para el resto del año son positivas. Sin embargo, para aprovechar este escenario, será crucial superar los retos institucionales vinculados a la menor predictibilidad de las concesiones en infraestructura.
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Balance al primer semestre
Luego de un tímido avance de 0,3% en el primer trimestre del año, la inversión privada habría crecido alrededor de 1,5% en el segundo trimestre, estima el IPE. El mayor dinamismo de la inversión privada se evidencia en el incremento de 7,6% en las importaciones de bienes de capital, la tasa más alta en tres años, y que se vio impulsada por los mayores desembolsos en maquinaria industrial y equipos de transporte.
No obstante, la inversión residencial sigue mostrando un avance débil, con un crecimiento del consumo de cemento de apenas 0,3% entre enero y junio, según el IPE, lo que refleja una lenta recuperación de la autoconstrucción. Con ello, el IPE estima que, en agregado, la inversión privada habría acumulado un crecimiento cercano al 1% en la primera mitad del 2024. Una recuperación incipiente frente a seis trimestres consecutivos de caídas.
Mayor infraestructura
En la primera mitad del año, la inversión privada en infraestructura mostró un mayor dinamismo, especialmente en proyectos de transporte. Según cifras de Ositrán, en ese período las inversiones en infraestructura de transporte alcanzaron US$598 millones, un incremento de 54,4% en términos reales respecto al mismo período del 2023.
La mayor ejecución de inversiones en infraestructura de transporte obedece al avance de la construcción del nuevo terminal de pasajeros del aeropuerto internacional Jorge Chávez y a las obras de la línea 2 del metro de Lima. Ambos proyectos compensaron la ligera caída de la inversión privada en carreteras y en la ampliación del muelle sur del Callao. Sin el aporte de estos proyectos, el crecimiento de la inversión privada habría sido nulo en el primer semestre del 2024.
Perspectivas y riesgos
Para lo que resta del año, la inversión privada sería favorecida por un entorno de mayor confianza empresarial, menores tasas de interés y altos precios de los minerales, acumulando una expansión de 2,4% en el 2024, proyecta el IPE.
Las expectativas empresariales sobre la economía a tres meses se han ubicado a lo largo del 2024 en niveles que superan en 17,3% a los niveles promedio del 2023.
Según el BCR, este incremento debería brindar soporte especialmente a la recuperación del componente no residencial de la inversión privada no minera.
Sin embargo, estas perspectivas enfrentan riesgos asociados a la menor predictibilidad regulatoria y el incumplimiento de los contratos de concesión en proyectos de infraestructura. Ejemplos recientes incluyen las discrepancias entre el MTC y la MML sobre la línea 2 del metro de Lima y la sentencia del Tribunal Constitucional que suspende el cobro de peajes en un tramo de una carretera concesionada.
Durante los últimos años, estos eventos han resultado en fallos desfavorables para el Estado Peruano en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
Entre el 2022 y el 2024, el Perú ha perdido arbitrajes con compensaciones que ascienden a US$300 millones, de acuerdo con el Ciadi.
Este monto histórico evidencia los efectos negativos del menor manejo técnico en las concesiones y afectaría a futuro la ejecución de los proyectos de infraestructura que recientemente ha adjudicado Pro Inversión.
Las perspectivas de crecimiento de la inversión privada en el 2024 son señales positivas para la economía peruana y el empleo. Sin embargo, consolidarla y que ello permita mejorar la competitividad en el largo plazo requiere abordar los desafíos institucionales y regulatorios. El reciente otorgamiento de facultades, que contiene más de treinta disposiciones orientadas a la mejora del entorno para las inversiones, es una oportunidad.