Invertir en una startup ya no es más una apuesta, sino una inversión prudente, según cuenta en esta entrevista Greg Mitchell, quien será jurado del Premio Startups 4 Perú.
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—¿Cuál es su percepción sobre el ecosistema peruano de startups?
Las startups y sus fundadores han mostrado capacidad de armar empresas en el país y escalar a toda la región. Ya en el 2020 habíamos llegado a una masa crítica de statups, de fondos de ‘venture capital’ y a las primeras startups con casos de éxito. Ha sido difícil mantener ese ritmo. Sin embargo, el potencial sigue ahí y el capital local está subvalorando el talento y al emprendedor peruano.
—¿A qué se debe ello?
Creo que no cree en el fundador de startups. Estamos subvalorando a las personas, no estamos creyendo que estas personas pueden lograr cosas trascendentales. Y están demostrando que estamos equivocados. Hay casos de éxito como Crehana que demuestra la capacidad de un peruano talentoso haciendo una startup a escala regional. Por eso, invertir en startups ya no es una apuesta, es una inversión prudente. Armar un portafolio de startups y respaldar a las personas que las lideran.
—Ante la coyuntura, la inversión en startups descendería este año. ¿Ello abre alguna oportunidad?
El inversionista corporativo no está tomando riesgo, pero los problemas y necesidades siguen existiendo. Y las startups son la forma más eficiente para llegar a esas personas y a esos problemas. Puede ser que el inversionista al momento de decidir su inversión sea más fino, pero la oportunidad en general de invertir es grande porque hay una brecha que se puede aprovechar.
—¿Cuáles son las principales características que evalúan los inversionistas al elegir una startup?
Empezamos con el equipo. Tiene que ser completo y de capacidades complementarias. También los fundadores deben tener capacidad de liderazgo. Un segundo punto es la oportunidad del mercado. Es importante que la startup esté resolviendo un problema grande. Lima es un buen lugar para empezar una startup; hay oportunidades que startups están encontrando para crecer.
—¿Y su impacto social y ambiental?
En ello las startups están a años luz frente a la industria tradicional. Las startups empiezan por un interés genuino de sus fundadores de lograr un impacto mayor. Hemos visto señales muy positivas en gobierno corporativo. En el caso de AVP Ventures, en más de la mitad de las inversiones el equipo fundador tiene al menos una mujer. Es algo que no se ve en otras empresas.