En su reciente informe The Next Big Arenas of Competition, McKinsey & Company presentó las 18 industrias con potencial para remodelar la economía global en los próximos años. Las denominadas “arenas del futuro” se caracterizan por una rápida expansión de los ingresos y cambios sustanciales en la cuota de mercado, a menudo impulsados por los avances tecnológicos y la evolución de los modelos de negocio.
Para determinar estas arenas futuras, McKinsey analizó primero los datos de las tres mil empresas más grandes del mundo de 2005 a 2020. Luego, identificó 12 sectores con un crecimiento extraordinario y los denominó “arenas del presente”. Durante el periodo analizado, estos sectores en promedio cuadriplicaron sus ganancias y multiplicaron por nueve su capitalización en el mercado.
Según el informe, las “arenas del presente” superaron a las otras industrias en seis métricas clave: ganancias económicas, inversión en investigación y desarrollo, introducción de nuevos competidores, capitalización de mercado, concentración de la capitalización de mercado y operaciones globalizadas.
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Basándose en las características de estas arenas actuales, la consultora proyectó 18 industrias que podrían convertirse en las “arenas del futuro”. Estos sectores, tienen el potencial de generar entre US$29 billones y US$48 billones en ingresos para 2040, con ganancias que van desde los US$2 billones hasta los US$6 billones. Además, se estima que contribuirán con hasta un tercio del crecimiento del PBI mundial en las próximas dos décadas.
El informe segmenta estas arenas en tres categorías: arenas continuas (industrias que ya están experimentando esta dinámica), arenas derivadas (subsegmentos de arenas existentes preparadas para un crecimiento independiente) y arenas emergentes (industrias completamente nuevas)
¿Cómo América Latina y el Perú pueden capturar valor en estas nuevas arenas?
América Latina presenta una subrepresentación en las arenas actuales, lo que implica un amplio margen de crecimiento. Sectores como la electromovilidad, con la creciente demanda de litio, níquel y cobre, ofrecen una oportunidad para países como Perú, Chile y Brasil, ricos en estos minerales. Asimismo, la importancia de la agricultura en la región abre posibilidades en la biotecnología, con startups locales atrayendo inversión extranjera.
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Para capturar valor en estas arenas, la región podría enfocarse en desarrollar capacidades específicas. En el caso de las baterías, la región podría no solo exportar materias primas, sino también participar en etapas posteriores de la cadena de valor, como la refinación, producción de material activo y fabricación de celdas. En la industria espacial, se pueden explorar alianzas con jugadores globales para desarrollar servicios satelitales, aprovechando la experiencia de empresas como la brasileña Embratel Star One.
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