(Foto: El Comercio)
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Luis Fernando Alegría

(Unidad de Análisis Económico)

En los últimos dos meses, las han mostrado un quiebre: de crecer a doble dígito en julio, pasaron a una caída ligera en agosto y en setiembre profundizaron su retroceso hasta 12,7%, su peor resultado mensual desde junio del 2016.

Lo destacable de este resultado es que el volumen exportado, es decir, la cantidad física de bienes producidos y vendidos al exterior, se contrajo 10,3% en setiembre, de acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva (). Junto con el resultado negativo de agosto, son dos meses consecutivos de caída en el volumen físico exportado, algo que no se veía desde la primera mitad del 2015.

Desde el punto de vista de la autoridad monetaria, este bache no sería algo más que un tema temporal. El gerente central de Estudios Económicos del BCR, Adrián Armas, consideró que ello responde a temas puntuales en los envíos mineros.

“En los productos mineros hay temas transitorios de menor producción y desfase de embarques, pero no hay quiebre de tendencia: son factores transitorios”, apuntó.

Más aun, al ser consultado sobre las perspectivas tras el desplome en el volumen físico de cobre y oro –que cayeron 19% y 20% en setiembre–, enfatizó que la inversión en minería está acelerando, con un dinamismo consistente con la proyección de 4% de crecimiento del PBI para este año.

CIFRAS CRUZADAS

Las estadísticas de disponibles a setiembre apuntan a que la debilidad de las exportaciones no es un tema puramente coyuntural, sino que habría un quiebre de tendencia.

En términos de volumen físico de exportaciones –que es lo que cuenta en la medición del PBI– se nota la pérdida de dinamismo desde la segunda mitad del 2017. Así, en términos anualizados, el deterioro mes a mes se va haciendo más evidente. En enero, el volumen exportado crecía 7,4% y se ha ido enfriando a tal punto que, en setiembre, apenas creció 0,52%. Más aun, acumulando lo que va del año, los envíos apenas logran crecer 0,4%.

Las cifras también revelan que la dinámica de meses previos estaba determinada por el efecto de los precios de las exportaciones, los cuales están perdiendo su efecto de empujar las cuentas externas. El índice de precios de exportaciones suma 14 meses consecutivos creciendo a doble dígito, lo que maquilla el pobre dinamismo en volumen.

El rol del efecto precio es evidente incluso en un análisis de más largo plazo: en los últimos 15 años, los precios de las exportaciones han crecido 184%, mientras que el volumen exportado aumentó 88,6%. A pesar de los buenos vientos mundiales, de la apertura comercial y el influjo de inversiones, desde el 2003 el volumen exportado no ha seguido el ritmo del PBI (que creció 115%).

NUBES GRISES

La balanza comercial también contiene dos indicadores adelantados para anticipar el comportamiento de la demanda interna: las importaciones de bienes de consumo y las de bienes de capital.

La primera variable permite tener una idea de hacia dónde se dirige el consumo privado, que tiene un peso de alrededor de 60% del PBI. En anualizado a setiembre, este indicador acumula cinco meses consecutivos enfriándose y se aleja de su pico, alcanzado en julio. 

La misma suerte corren las compras al exterior de bienes de capital, que sirven como indicador de cómo evolucionaría la inversión. Este dato alcanzó su pico en junio, y desde entonces se ha contraído 1%.

En este punto vale resaltar que el volumen físico importado ha caído en el último mes, pero aun así está en un pico histórico y ese volumen exhibe mucho mayor dinamismo que los precios, incluso en el largo plazo.

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