ÁDEX ha manifestado su preocupación por los resultados de las exportaciones no tradicionales durante los primeros cinco meses del año.
Si bien las estadísticas dicen que este sector logró ventas entre enero y mayo por US$4.567 millones –7,2% por encima del 2013–, nuestros despachos no tradicionales se polarizan en dos subgrupos: uno con altas tasas de crecimiento y otros con un comportamiento negativo.
En el primer grupo se encuentran el agro (que ha tenido un crecimiento de 27,9%), el textil (30%) y la pesca (28%). No obstante, existen otros subsectores industriales con malos resultados, como las confecciones (-7,6%), siderometalurgia (-22%), metalmecánica (-5,6%) y químico (-1,3%).
Estas cifras confirman que las exportaciones no tradicionales están concentradas en dos grandes rubros: alimentos y textil.
Si bien es cierto, son sectores importantes porque el primero representa un poco más del 8% del PBI nacional y el segundo justifica más del 16% del PBI industrial, no es positivo que el comercio no tradicional dependa de dos sectores.
Además, si se analizan los resultados de nuestras exportaciones generales en mayo, la preocupación se dispara, pues las ventas llegaron a US$2.786 millones, lo que significó una caída de 21,1%; es decir, el peor resultado en los últimos cinco años. Los envíos tradicionales encabezaron la caída con un retroceso de 27,9%. En tanto, los no tradicionales cayeron 1,3%.
ANÁLISIS SECTORIAL
Más allá de si le fue bien o no al sector minero, el análisis del comportamiento de las exportaciones debe poner más énfasis en el desempeño del rubro no tradicional, pues es el que genera más empleo. Así, este Diario hizo un análisis de ese sector, en un período que va de julio del 2012 a abril del 2014.
En este análisis se plantearon dos escenarios: uno sin las estadísticas del sector agro –para verificar si las ventas de este rubro causan algún tipo de distorsión en los datos del grupo no tradicional– y otro que sí las incluyó. Como resultado del primer ejercicio se encontró que todos los sectores, con excepción del pesquero –por un incremento de cuotas–, presentaron una tendencia a la baja.
Así, por ejemplo, el rubro metalmecánico tuvo picos de ventas de hasta US$73 millones en junio del 2013, pero en abril de este año sus exportaciones llegaron a US$37 millones, una cifra menor a los US$42 millones que reportó en julio del 2012. Su desempeño promedio entre julio 2012 y abril 2014 fue -1%.
El sector químico tuvo en julio del 2012 ventas por US$130 millones, en diciembre de ese mismo año subieron a US$139 millones, en marzo del 2014 llegaron a US$141 millones y en abril a US$110 millones. En el período analizado se contrajo 1%.
Así se pueden seguir e numerando ejemplos y veremos que el desempeño promedio del rubro no tradicional en los últimos dos años y medio fue de 0 o de -1%. Como un código binario que revela que el país necesita diversificar su oferta exportable.
PROBLEMAS EXPORTADORES
El sector exportador no tradicional enfrenta más de un problema, tal como lo señala Luis Alonso García, ex viceministro de Comercio Exterior. Destacan, así, los altos costos del transporte, la dificultad para cumplir con la cantidad y calidad pedidos por los compradores, además de una falta de identificación de mercados, entre otros.
En ese sentido, la titular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, Magali Silva, afirma que su sector trabaja, a través de las consejerías comerciales, en la identificación de nuevos mercados para más productos no tradicionales.
“La consejera comercial del Perú en México, por ejemplo, ha identificado oportunidades para los acabados de construcción, y así seguimos trabajando”, dijo a *El Comercio*.
ANÁLISIS AGRÍCOLA
Los productos agrícolas no tradicionales peruanos tienen una gran demanda en el extranjero. Con este sector se atienden mercados como el asiático, que antes se veía muy lejano. No obstante, al analizar el sector se nota que el 54% de sus ventas se concentra en frutas y hortalizas frescas. Es aquí cuando surge la pregunta sobre si, tal como se piensa, estos productos frescos tienen valor agregado.
Ana María Deustua, directora de AGAP, dice que el valor en este sector no se mide por el grado de transformación del producto, sino del valor que le da el cliente final. “Los productos frescos reportan ganancias por precios mucho mayores que los procesados. Además, detrás de esto hay toda una tecnología de riego y tratamiento de frío que permite que lleguen bien al destino final. Eso contribuye al valor del producto”, afirma.
La ministra Silva agrega que el mundo demanda este tipo de productos y que si el Perú tiene ventajas competitivas, debe aprovecharlas.