El Minagri apunta a beneficiar a alrededor de 300.000 productores. (Foto: GEC)
El Minagri apunta a beneficiar a alrededor de 300.000 productores. (Foto: GEC)
Ricardo Guerra Vásquez

El Ejecutivo dispuso esta semana la creación del Programa de Garantía del Gobierno Nacional para el Financiamiento Agrario Empresarial (), en busca de garantizar créditos hasta fin de año para capital de trabajo, dirigido al segmento de la familiar y así asegurar la campaña agrícola 2020-2021.

Mediante el Decreto de Urgencia 082-2020, se autorizó una transferencia de hasta S/2.000 millones para esta medida. Los agricultores podrán acceder a créditos hasta por S/15.000 con una garantía estatal de 98% y de entre S/15.001 y S/30.000 con una garantía de 95%. Las encargadas de entregar los créditos serán las empresas del sistema financiero y las cooperativas de ahorro y crédito (Coopac).

MIRA: Minagri: Fondo de apoyo empresarial para agricultores ascenderá a S/2.000 millones

También se señala que el Banco de Desarrollo del Perú (Cofide), a cargo de administrar el FAE-Agro, otorgará las líneas de créditos en función de los beneficios o la reducción de tasas de las empresas del sistema financiero o las Coopac y que el honramiento de la garantía se aplica a los noventa días de retraso de pago a los créditos.

ALCANCE

Expertos consultados coinciden en que la iniciativa es positiva por el monto asignado y porque el sector requería un respaldo económico con urgencia.

“Es una buena medida porque se apunta a pequeños agricultores. En estas condiciones, será la primera vez de muchos con el sistema financiero”, dijo Milton von Hesse, extitular del .

El Minagri apunta a beneficiar a alrededor de 300.000 productores. Von Hesse detalló que estos serían aquellos que dejaron recientemente la actividad de la subsistencia para pasar a la de consumo. El 50% de estos serían nuevos clientes del sistema.

Eduardo Zegarra, investigador principal de Grade, estimó que en el mejor de los escenarios se alcanzaría a 400.000. Sin embargo, subrayó que no se abarcaría a 1,5 millones de productores que son considerados de subsistencia, pero que también producen para consumo, aunque en menores proporciones, por lo que propuso un bono agrario especial para la campaña. La relevancia de cubrir este segmento radica en que el bono rural no ha llegado a la mayor parte de las familias del campo, agregó.

Asimismo, advirtió que el alcance de la medida se frenaría porque es Cofide, que no tiene ‘expertise’ sobre este rubro, el encargado de decidir dónde se colocarán los créditos y porque los criterios son “ambiguos”.

Expertos consultados coinciden en que la iniciativa es positiva por el monto asignado. (Foto: GEC)
Expertos consultados coinciden en que la iniciativa es positiva por el monto asignado. (Foto: GEC)

CUMPLIMIENTOS

Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas, alertó que este tipo de créditos requiere un ‘know how’ especial y que repetir los mecanismos de otros programas pone en riesgo el cumplimiento de pagos, pues la incertidumbre en este rubro es mayor que en otros.

“En el agro, los pequeños y medianos no tienen mucha garantía [de ventas]. Por eso es difícil garantizar los créditos, más aun cuando es para capital de trabajo. Son pocos los que tienen [esa seguridad]”, refirió Thorne. Agregó que la medida debe ir acompañada por una política agrícola eficiente.

Zegarra dijo que no observa riesgos de incumplimientos, pues las entidades que otorgarán estos créditos tienen experiencia en el sector agro y sabrán distinguir a quiénes entregarles. “Las Coopac entran fuertemente en este rubro”.

Von Hesse añadió que es una buena oportunidad para integrar un segmento importante de la agricultura que vivía de créditos informales. Pero alertó que el riesgo puede surgir por el lado político.

“Una de las razones de que el agro no tiene crédito es porque, hasta la primera década del 2000, el Congreso sacaba normas con exoneraciones. Por ahí viene el riesgo”, indicó.

Por último, Jorge Delgado, presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas del Perú (Asomif), remarcó que el éxito del programa dependerá de los resultados de las subastas y de los ajustes que se realicen. Añadió que la evaluación que tendrá que hacer el sector financiero es rigurosa, pues son relevantes factores como la etapa de producción, el cultivo que se cosechará y la temporada.

“Es una cadena productiva y los productores tienen que venderle a alguien. Hay que mirarlo de manera general”, remarcó.

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