Aunque el Perú sigue liderando el entorno de las microfinanzas a nivel mundial, el trabajo de las microfinancieras locales va más allá de ofrecer productos, pues estas instituciones deberían acompañar el desarrollo y crecimiento de las pequeñas empresas, asegura Percy Urtegada, gerente general de MiBanco.
“El negocio de las microfianzas es bastante caro por el tema operativo, tanto por la contratación de personal como por la necesidad de la construcción de agencias. Tenemos que apalancarnos de la tecnología, pues es la manera para ampliar nuestras fronteras y reducir costos”, afirmó el ejecutivo.
Añadió, que el BIM permitirá que las microfinancieras lleguen a más zonas rurales y facilitará el proceso de entrada y salida de dinero del sistema.
En esa misma línea, Ramiro Postigo, gerente central de Finanzas y Planeamiento de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito Arequipa, aseguró que aún falta trabajar en la expansión de canales, bancarización, educación financiera, entre otros.
“Tenemos que distanciarnos de Colombia, que viene aplicando mejoras a favor de las microfinanzas y de una India que viene creciendo significativamente”. Asimismo, es vital para el desarrollo de este segmento de mercado financiero, avanzar en temas de infraestructura. “Si tuviéramos mejores sistemas, los costos de las microfinancieras serían menores”, sugiere Martín Naranjo, gerente general de la Financiera Confianza.