Promigas inauguró el pasado 22 de junio en la ciudad de Trujillo su primera estación de servicio de gas natural licuado (GNL), instalación que se conectará a otra parecida en Chiclayo, también bajo su administración, y a la que Cálidda opera desde enero pasado en Puente Piedra (Lima),
De esta manera se generará un corredor verde de GNL de más de 760 kilómetros de longitud entre Lima y Chiclayo, indica Juan Manuel Rojas, presidente de la empresa colombiana.
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No sólo eso, Cálidda espera que en un futuro cercano se sumen otros proyectos de GNL en el sur del país.
“Sabemos que hay una iniciativa para poner un par de estaciones en Arequipa y otra en Abancay, con los cual se va a formar un corredor más grande, pero vamos a empezar con estas tres primeras estaciones”, señala Martín Mejía, CEO de Cálidda.
Objetivo principal de este corredor es atender el transporte de carga pesada y largas distancias, el cual demanda un combustible con alto rendimiento energético (autonomía).
Esto es algo que el gas natural comprimido (GNC) no puede brindar, pero sí el diésel y también el GNL. Es decir, el gas que todos conocemos, pero sometido a un proceso de congelamiento para ser utilizado en forma líquida, circunstancia que facilita su transporte y uso (su volumen se reduce 600 veces).
De acuerdo a Promigas, el GNL puede llegar a generar ahorros de hasta 40% en comparación con el uso del diésel, combustible más caro y contaminante.
De allí la importancia de este corredor verde, el cual será utilizado, en primer lugar, por los camiones de Promigas que se encargan de transportar el GNL de Pampa Melchorita (Ica) rumbo a las plantas de regasificación que la colombiana opera en el norte del país.
El próximo paso será su venta comercial a los tractos y buses – de otras empresas - que recorren el litoral norteño. Para ello hace falta, sin embargo, finiquitar algunos temas relacionados con permisos.
Y es que tanto las estaciones de GNL de Promigas, como la de Cálidda, solo se encuentran funcionando en modo de prueba y no de manera comercial.
Esto, pese a que todas cuentan con la autorización de Osinergmin para surtir combustible y, también, con una reglamentación que las respalda, advierte Mejía. ¿Qué es lo que hace falta?
TRABAS ADMINISTRATIVAS
De acuerdo a Mejía, “solo falta una pata a esta mesa”, y esa es la autorización de Cofide para activar el control de carga en los vehículos a GNL.
“El asunto es que todos los vehículos que consumen gas natural en el Perú deben contar con un chip, pero este chip sólo está autorizado para vehículos convertidos a gas natural y no para lo que vienen directamente de fábrica”, señala.
Dado que la tecnología de GNL es nueva en el Perú, no existen aún vehículos convertidos en los talleres autorizados, solo unidades importadas que esperan la implementación del control de carga (chip) para empezar a rodar por las carreteras del país.
Consultado al respecto, Promigas indicó a este Diario que el proceso de entrega de chips ya se inició con “los camiones que cumplen con los requisitos”.
Es el caso de los dos camiones a GNL importados, marca Iveco y Shacman, que la colombiana ha adquirido para su flota virtual en su área de cobertura.
“Finalmente, nuestra estación ya está lista y en la etapa final de permisos para iniciar con la comercialización”, señaló Promigas.
La concesionaria de gas natural busca que toda su flota de camiones cisterna (tractos) opere al 100% ya sea con GNC o GNL al cierre del 2024.
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