¿Dónde se está generando empleo? Un análisis del IPE

La creación del empleo formal es uno de los principales indicadores sobre la fortaleza y desempeño de una economía. En algunos contextos, dicha variable puede ser igual o más importante que el dato sobre el crecimiento del PBI u otros indicadores. En ese sentido, la meta al año 2021 de la actual administración de incrementar en 1,5 millones los empleos formales sería uno de los principales objetivos por monitorear. 

Es por eso que, en primer lugar, no deja de llamar la atención la poca facilidad que existe para obtener información completa, confiable y oportuna respecto del desempeño del mercado laboral formal. La Encuesta Mensual de Variación del Empleo (EMVE), del Ministerio de Trabajo (Mintra), excluye a los trabajadores independientes o que trabajan en empresas de menos de 10 empleados y solo evalúa el sector urbano. La Encuesta Permanente de Empleo (EPE), del INEI, únicamente incluye a Lima Metropolitana. La Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) tiene solo periodicidad válida anual. Por lo demás, todas estas fuentes se basan en muestras que no necesariamente representan a la población en evaluación. 

La información más oportuna y veraz sobre el desempeño del empleo formal se puede encontrar en la planilla electrónica. Los resultados de este sistema, que incluye a todos los trabajadores formales, son inicialmente administrados por Sunat y luego reportados por el Mintra. Sin embargo, pese a que la planilla electrónica tiene frecuencia mensual, el ministerio solo publica los resultados del empleo formal dos veces al año y con un rezago de al menos cuatro meses. Los resultados finales de la planilla, además, coinciden relativamente poco con las tendencias y niveles de empleo anticipados por las encuestas mencionadas. Ello dificulta enormemente el monitoreo efectivo y oportuno de las iniciativas promotoras del empleo formal. 

Qué se sabe
De la planilla electrónica se desprende que el número de trabajadores formales aumentó en 131 mil en el 2014, en 108 mil en el 2015, y se estima un incremento de 75 mil en el 2016. Ello pone en contexto el gran reto de la presente administración. El crecimiento anual promedio del empleo formal debería alcanzar 300 mil puestos de trabajo anuales durante los próximos cinco años para cumplir con la promesa de campaña, cifra largamente por encima de lo conseguido en años anteriores. Esto debería incluir a trabajadores que migran de una operación informal a una formal, empresas que ingresan a la formalidad registrando propiamente a sus empleados y nuevos trabajadores que consiguen empleo formal.

A partir de la planilla electrónica, el empleo formal se puede clasificar según la relación de dependencia con el empleador (dependientes o independientes) y el sector en el que labora (público o privado). En el año 2015, de los 5,1 millones de empleos formales, el 64% correspondió a trabajadores dependientes del sector privado, 25% a dependientes del sector público, 9% a independientes del sector privado y 2% a independientes del sector público. 

Visto por regiones, el desempeño del sector privado dependiente cuenta historias diversas. Apurímac fue la región que registró el mayor incremento del empleo (35%) y de las remuneraciones brutas (23%) entre los años 2013 y 2015. En tanto, Pasco fue la región que enfrentó mayor disminución del empleo (-22%) y de los salarios (-6%). La actividad minera –al alza en Apurímac debido a Las Bambas y a la baja en Pasco a causa de los cierres intermitentes de las principales operaciones– explicaría ambos resultados. 

Por otra parte, el grupo de trabajadores con maestría o doctorado registró el mayor incremento del empleo (25%), aunque solo representó el 2% del total. En tanto, la categoría de empleados con estudios técnicos tuvo un crecimiento de 13% y aportó cerca de un tercio del crecimiento total del empleo formal.