La inversión minera cae en picada. Hace unos días, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) alertó que el desarrollo de nuevas minas podría reportar cero inversiones en el 2018. En opinión de Apoyo Consultoría, este escenario se acerca bastante a la realidad.
Víctor Albuquerque, economista-jefe de la firma consultora, apuntó que la inversión minera -en nuevos proyectos y ampliaciones de minas (que forman el portafolio de inversiones comprometidas para esta década)- caerá drásticamente desde el 2015 hasta reducirse a niveles marginales en el 2018.
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“El flujo de inversión en nuevos proyectos osciló alrededor de US$5.000 millones en los últimos tres años. En el 2015 descenderá a US$3.800 millones y en el 2016 será de US$1.600 millones. Hacia el 2017 y 2018, desafortunadamente, ya no se verán flujos relevantes sino muy reducidos, de US$100 millones o US$200 millones”, dijo.
Esta clamorosa ausencia de proyectos en el ‘pipeline’ de futuras minas, se explica por las adversas condiciones para levantar capital, los menores precios de los metales (que obligan a revisar las inversiones) y los conflictos socioambientales.
Albuquerque precisó que estas proyecciones excluyen las inversiones mineras que las compañías ejecutan constantemente para mantener su producción. No obstante, los grandes proyectos que iniciarán producción hasta el 2016 reanimarán el alicaído PBI minero. Este crecerá 3,5% en el 2015, y verá un mayor dinamismo en el 2016 y 2017, con aumentos de 15,2% y 16,2%, respectivamente.
PROYECTOS
► Efecto constancia. La producción de Constancia (Hudbay) y de Toromocho (Chinalco) levantará el PBI minero este año, según Apoyo Consultoría.
► Incertidumbre. No hay grandes proyectos mineros en el horizonte, más allá de Cerro Verde (2015) y Las Bambas (2016). Tía María operaría desde mediados del 2017.