Desde el próximo 9 de junio, Jesús Salazar Nishi asumirá sus funciones como presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), en reemplazo de Ricardo Márquez. En conversación con El Comercio, el nuevo representante gremial precisó los proyectos que buscarán impulsar desde las regiones, su percepción sobre la situación que enfrenta el país y sobre las medidas impulsadas desde el Ministerio de Trabajo y el Congreso.
—¿Hay proyectos específicos que buscarán impulsar en las regiones?
El 9 de junio estamos lanzando la propuesta Perú Regiones al 2031, una agenda de desarrollo y generación de empleo formal. Como adelanto podría hablar [sobre] la Macrorregión Centro, que reclama un derecho histórico de tener una carretera de cuatro vías que los una a Lima [...] También de potenciar la minería no metálica y el desarrollo de la cadena productiva de la alpaca y la lana. En el sur, por ejemplo, Majes Siguas II es superimportante. Y en la zona norte proyectos como Chavimochic III también [lo son].
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—Para cumplir con estos propósitos, se debe garantizar un panorama estable. ¿Cuál es su percepción sobre la situación actual?
Es innegable la situación de inestabilidad que vive nuestro país. Estamos en crisis no solamente económica, sino también financiera y social. [...] El país no soporta más tiempos de incertidumbre como los de ahora. Necesitamos consolidar la democracia en el Perú y tener una visión de desarrollo de largo plazo.
—De hecho, el Banco Central de Reserva ha reportado que en el primer trimestre la inversión privada ha mostrado una desaceleración por tercer trimestre consecutivo. ¿Cómo toma estos resultados?
Con mucha preocupación. Lamentablemente, parece que vamos a estar en menos cero. [...] La inversión viene cuando hay estabilidad y cuando hay confianza del inversor. Lo que estamos haciendo en el país es justamente lo contrario, ahuyentando las inversiones con políticas inestables.
—Precisamente, ¿cómo observa el panorama para las inversiones mineras?
El trabajo de exploración en minería se está deteniendo; no hay nuevas inversiones, no hay nuevos proyectos, no hay nuevas exploraciones y el Perú es un país minero.
—Incluso cuando los precios de los metales han registrado alzas.
Siempre hablo de los factores externos e internos. Tenemos dos factores externos, uno positivo y uno negativo. El negativo es que todo el mundo sabe que los precios de las materias está subiendo y se habla de hambruna mundial. Ese es un panorama de grandes amenazas que se nos viene como país; pero también de afuera viene algo bueno, que son las oportunidades. Tenemos muy buenos precios de los minerales y el Perú es uno de los principales países que cuenta con estos metales. Lejos de aprovechar la oportunidad para combatir o cuidarnos de las amenazas, lo que hacemos es desaprovechar esas oportunidades y generamos más amenazas. Es algo que no se puede entender.
—Desde el frente interno, ¿qué condiciones tendrían que darse para garantizar un ambiente favorable?
Lo primero que tenemos es tener cuadros en el Gobierno que realmente sean de consenso y gocen de la confianza de todos. Segundo, tener un Congreso que pueda ayudar a buscar consensos y [finalmente] voluntad a nivel nacional de tener una visión de largo plazo. Creo que necesitamos trabajar mucho más en eso.
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—Otra de las preocupaciones es la generación de empleo formal en el país. ¿Cómo evaluaría la gestión realizada anteriormente por el Ministerio de Trabajo?
Nadie puede negar que en los últimos años se ha olvidado la promoción del empleo. El Ministerio de Trabajo, lejos de dictar normas que faciliten el tránsito hacia la formalidad, está haciendo lo contrario. Lo que el Perú necesita es una legislación flexible [para que] el microempresario y el emprendedor puedan tener gente formal en sus planillas y desarrollar su industria en ese modelo. [...] Medidas como la [limitación a la] tercerización fueron realmente una locura. Eso condena a las mypes.
—Específicamente, para ellas, ¿qué soluciones se seguirán impulsando?
En nuestro caso, las mipymes representan el 99,6% del tejido empresarial. Lamentablemente, y eso hay que reconocerlo, somos un país informal. Es algo con lo cual la sociedad viene luchando hace mucho tiempo. [...] El sector mipymes es el que más aporta en la informalidad y preguntémonos por qué. Hay emprendimientos que nacen con muy poco capital y tienen que hacer grandes esfuerzos. [...] Sin embargo, no les estamos poniendo foco y no les damos las herramientas para que puedan ser sostenibles. Las estadísticas dicen que, de estos emprendimientos, no más del 25% llega a los dos años. No podemos seguir así, necesitamos generar mipymes; pero fuertes y consolidadas. Los emprendimientos tienen una visión de largo plazo, pero es muy difícil subsistir en un sistema como el que estamos hoy.
—Se conoció, incluso, que casi 1,8 millones de peruanos entraron a la informalidad laboral en el 2021, según el INEI.
No podemos seguir hablando de la informalidad como una realidad nacional que no se puede cambiar. Me resisto a creer eso. Todos coinciden en que es un tema que nos viene consumiendo. No vemos realmente soluciones ni planteamientos de largo plazo.
—En esta ruta de apoyo a las mypes, ¿cómo han observado el proceso de digitalización?
Lamentablemente, la tecnología en nuestro país todavía no está muy al alcance de las microempresas. Es una de las preocupaciones que tenemos. [...] Creemos que la tecnología debería estar más al alcance de las mipymes. Estamos trabajando en eso. Nosotros, por ejemplo, a través de una plataforma que tenemos de Factura Fácil en la SNI, le damos de forma gratuita a las mypes el soporte, pero creemos que no es suficiente. Hay que seguir trabajando con ellos en el tema de la digitalización.
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—¿Qué esperarían del nuevo titular de la cartera de Trabajo?
Esperemos que [priorice] el diálogo entre trabajadores, pero siempre dentro del marco del Consejo Nacional de Trabajo (CNT). Tenemos un consejo que debería estar presente en la discusión de las leyes principales. El aumento de la remuneración llegó sin consenso del CNT. La propuesta de Código de Trabajo [también]. Es una institución; deberíamos reactivarla.
—En vista de gestionar mejores alternativas para el crecimiento de la economía peruana, ¿cómo ha tomado el planteamiento de la revisión del capítulo económico de la Constitución?
Sería un grave error en el país tocar el tema de la Constitución. Nadie dice que no requiera algunas revisiones y para eso la propia Constitución tiene sus canales democráticos. Pero hablar de una asamblea constituyente, en momentos como los que estamos, con un gobierno que ya casi no tiene credibilidad y con desconfianza generalizada, resulta realmente incoherente, no pertinente. Lo que necesitamos, en efecto, es reafirmar nuestro modelo de economía social de mercado, que rescata la economía de libre mercado; pero con sensibilidad social. [...] No creo que un país deba tener un Estado reducido, sin presencia.
—¿Su percepción es que no se están trabajando políticas adecuadas para impulsar el crecimiento de nuestro país?
Es correcto. No hemos buscado los puntos de consenso de una gran visión de desarrollo nacional. Nuestros gobiernos nos han llevado en las últimas décadas a ser cortoplacistas. [...] Estamos sin rumbo, eso es lo que yo siento. Necesitamos generar ese rumbo con una visión compartida de largo plazo nacional. Deberíamos estar en un país donde independientemente de quién gane las elecciones, conozcamos hacia dónde estamos caminando.
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—Otro de los frentes que ha estado olvidado es el sector maderero. ¿Han contemplado medidas para este rubro?
El Perú tiene el noveno bosque más grande del mundo; sin embargo, no aparecemos en las estadísticas de la industria de las exportaciones. ¿Por qué? Por falta de voluntad política y, es más, la mayor parte de la explotación maderera de nuestro oriente es informal. ¿Estamos haciendo algo? Si lo estamos haciendo, la respuesta es que debe ser muy escaso porque los problemas continúan. Entonces, sí, necesitamos desarrollar e impulsar la industria maderera formal en el Perú. Chile, sin tener los bosques que tenemos, nos lleva una gran ventaja en la explotación de la madera. El oriente es una zona particularmente castigada y que para nosotros merece una gran atención. [...] Hay que impulsar industrias de las zonas madereras, la piscicultura y la agroindustria; hay buenas potencialidades. Sin embargo, no hay muchos incentivos de largo plazo para las inversiones. No basta con exonerar del IGV porque eso la verdad no ayudó mucho. Necesitamos llevar inversiones sostenibles y de largo plazo a esta región del oriente.
—Dado el panorama de inflación y el monitoreo al suministro de alimentos, ¿qué iniciativas serían pertinentes?
Necesitamos tomar medidas que puedan aliviar lo que se viene con programas específicos de ayuda e incentivos directos a la pyme y sectores sociales menos favorecidos. En eso deberíamos ya estar trabajando.
—¿Están planteando medidas para garantizar el suministro de alimentos?
Se habla de una emergencia y crisis de alimentos. La Sociedad de Industria está esbozando un gran proyecto donde [el gremio], a través de sus socios, pueda hacer una labor conjunta para mitigar estos problemas de hambruna que se dice que se vienen. Creo que es un momento en el cual debemos ser solidarios. [...] Este programa va a ir enfocado a cómo combatir esta crisis alimentaria.
—Entiendo que, al respecto, observan con preocupación este tema debido a la escasez de fertilizantes.
Sí. Ya lo hemos hecho saber [al Estado]. Necesitamos un gobierno más activo y [que pueda] adelantarse a los problemas. Es un tema que ya se ve venir y ya deberíamos tener las soluciones a la mano.