Limeños ahorran para cubrir emergencias, salud y estudios
Limeños ahorran para cubrir emergencias, salud y estudios
Marcela Saavedra P.

El 2016 no inició con buen pie. Con el bajo precio de las materias primas, el avance del dólar, la reducción de inversiones y el Fenómeno de El Niño, la atmósfera se enturbió y golpeó -unos mercados más que a otros- a .

“Tenemos una desaceleración en la región en la que se ve a algunos países pasando de crecimientos de 5% a 3% y a otros en medio de una recesión relativamente fuerte”, explicó Adriana Arreaza, directora de estudios macroeconómicos del , durante un .

El panorama de incertidumbre, prosiguió la ejecutiva, ha propiciado que las empresas tengan menos oportunidades de negocios y que detengan o posterguen sus planes de inversión, lo que tendría efectos en el mercado laboral. “Hay menor demanda de trabajo, porque potencialmente se estaría produciendo menos; hay una desaceleración de los salarios nominales y hay una precarización del empleo”. 

En medio de una pérdida de poder adquisitivo y el riesgo de una mayor informalidad laboral, el repliegue de dinero que ingresa a la región y la depreciación de las monedas locales jugarían un papel importante en la presión inflacionaria. En tanto, “esta configuración de factores podría hacer que en el futuro, la ganancias que tuvo la región en términos de reducción de pobreza, se ralenticen”, agregó la experta.

Para hacer frente a este contexto, Arreaza cree que las economías de la región no deben perder las perspectivas de largo plazo por solucionar el horizonte de corto plazo y deben apostar por aplicar reformas estructurales pendientes y evaluar sus políticas fiscales.

América Latina es una región que recauda relativamente poco y graba relativamente mucho en el trabajo formal”, anotó Ángel Melguizo, jefe de la unidad de América Latina del Centro de Desarrollo de la OCDE.  En un año de cautela pero decisivo, el experto señala que es clave robustecer las relaciones entre ciudadanos y políticas públicas así como implementar políticas educativas de formación para el trabajo y que se redefina la asociación con China. 

“Definitivamente este va a ser un año difícil; pero creo que estos años son una oportunidad para aprovechar los cambios que puedan traer mejoras a la región. Uno de ellos sería la posibilidad de integrarnos mejor a las cadenas globales de producción, en términos de tratados de libre comercio”, afirmó Arreaza. Además, mejorar la calidad del empleo con inversiones en educación y en proveer una mano de obra más tecnificada redundaría en elevar la oferta laboral y elevar la competencia.

“Es un año complicado pero de acción. Lo que hemos visto es que se ha agotado para la mayor parte de América Latina un modelo de crecimiento económico que tuvo buenos resultados pero no da más. Es momento de apostarle a un nuevo modelo, que tiene que ser de mayor diversificación productiva [...]. [Este] tiene que ser un año al que se le apueste a subirle la calidad de lo que produce la región y de una mayor integración latinoamericana”, acotó Melguizo.

Contenido sugerido

Contenido GEC