Lea la entrevista más reciente del nuevo titular de Produce
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En los primeros días de enero, el - quien hoy asumirá el - fue entrevistado por el editor central de Economía del diario El Comercio, Augusto Townsend.

En la entrevista publicada en el suplemento , Ghezzi dijo, entre otras cosas, que la economía peruana se expandiría este año un 5,5% y que era "un poco pesimista sobre el tema de la industrialización manufacturera".

Aquí la nota completa.

Sorprendió un poco la caída en la tasa de crecimiento en el 2013, ¿cómo lo explicas?

La desaceleración responde a un cúmulo de cosas. Una es que realmente no es automático crecer a tasas de 7% y ya se veía venir una tendencia a la baja. Ello, porque se van agotando los factores exógenos, como los términos de intercambio favorables. Los 'commodities' han caído entre 20% y 25% desde el pico del 2011. De hecho, el que no sigan subiendo ya es un factor que limita el crecimiento.

¿Hemos dejado atrás ese escenario externo favorable?

El ciclo alcista de los 'commodities' por el efecto China ya se acabó. China enfrenta, además, los riesgos de un crecimiento excesivo del crédito y de una burbuja inmobiliaria. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el incremento del consumo que se ha visto en el Perú es en buena medida un resultado del 'boom' minero-energético. Es relativamente sencillo desarrollar un modelo económico que explique cómo el 'boom' en construcción y comercio es un resultado tipo del aumento de ingresos producto del 'boom' de recursos naturales.

¿Eso amenaza la sostenibilidad del crecimiento?

Lo que hemos tenido entre el 2004 y el 2011 es un proceso continuo de aumento de precios de los 'commodities'. Es normal, por tanto, que el crecimiento se vaya normalizando a menos que uno haga cosas muy buenas para sostenerlo, y no se han hecho. Los factores demográficos de los que tanto se habla también están teniendo un efecto marginalmente menor. Por supuesto, tienes también errores de política local con un presidente que empezó el año con 55% de popularidad y termina con 22%.

¿No crees que vayamos a crecer 6% en el 2014, como anuncia el Gobierno?

Las proyecciones de los economistas están más cercanas al 5,5%. Yo diría que es posible que sigamos expandiéndonos al 6%, pero principalmente por proyectos mineros, cuya ejecución ya está en marcha. A diferencia de la década del 90, en la que crecimos con vuelo propio, gracias a las reformas que implementamos, en la década de los 2000 lo hicimos gracias a los 'commodities'. Tenemos posiblemente dos o tres años de crecimiento liderados por estos proyectos mineros, pero luego de ello el riesgo de estancamiento es muy alto.

¿Te preocupa entonces que estemos sobreexpuestos a cómo le vaya a la minería?

Hay que tener muy claro que la minería ha sido fundamental para el país. No hubiéramos crecido como lo hicimos si no fuera por ella. Lo que me preocupa puntualmente sobre la minería es que se haya extendido tanto el tiempo entre la etapa de exploración y la de producción, y que en paralelo hayan subido tanto los costos asociados a la actividad. Pero sí, el Perú debería preocuparse por diversificar más su actividad productiva, pero sobre todo sus capacidades productivas.

¿Podría el Perú alcanzar el desarrollo apoyándose en los sectores extractivos, como hicieron Australia y Canadá?

Creo que debemos sacarle el mayor provecho a estas actividades como lo hicieron ellos, pero entender a la vez que las economías de Australia y Canadá están muchísimo más diversificadas que la nuestra y tienen una garantía de institucionalidad que nosotros claramente no tenemos.

El Gobierno prepara un plan de industrialización, ¿te parece sensato?

Soy un poco pesimista sobre el tema de la industrialización manufacturera. El Perú no está en las zonas donde se han formado 'clusters' de producción industrial. Por ejemplo, por razones de proximidad, México ha logrado eslabonarse con EE.UU., los países de Europa del Este lo han hecho con el corazón industrial de Europa Continental, Alemania en particular, y los países del sudeste asiático lo han hecho con China y Japón. Nosotros no tenemos esas oportunidades que brinda la geografía ni las capacidades productivas para ser competitivos globalmente. Por otro lado, creo que ya hemos aprendido a partir de experiencias desastrosas de elegir arbitrariamente sectores ganadores sin un trabajo conjunto con el sector privado.

A Chile parece haberle ido bien encadenando su industria con el sector minero.

Chile no solo ha desarrollado más sus industrias alrededor de la minería, sino que ha desarrollado más sus industrias en general. Es un país mucho menos pegado a la ortodoxia económica, más pragmático en muchos aspectos, que se proyecta al futuro y hace planeamiento estratégico. Por eso, le ha ido mejor que a nosotros. Pero Chile tiene también limitaciones para ser competitivo en manufactura en el mundo.

¿Cuán distinta es la situación en el Perú?

La discusión económica en el Perú es demasiado ortodoxa y muy poco sofisticada. Creo que es momento de discutir abiertamente cómo mejorar el modelo económico, de atacar el pensamiento de grupo que puede llevarnos a ignorar nuestros problemas y caer en la complacencia. En ese sentido, hay que fomentar el pensamiento disidente para elevar la calidad del debate. Sería una irresponsabilidad no hacerlo.

¿Qué estamos ignorando?

Es un error creer que el Perú está sobrediagnosticado. En realidad, lo que sobran son los malos diagnósticos. Por ejemplo, muchos hablan de la debilidad institucional del país, pero la pregunta es qué medidas concretas debemos tomar para revertirla. Decir que es necesario fortalecer el Estado, los partidos políticos, reducir la corrupción, etc., termina siendo poco útil. Hay que entender las causas y proponer soluciones. Eso tratamos de hacer en el libro que recientemente publicamos con José Gallardo: "Qué se puede hacer con el Perú".

¿Qué otros temas no estamos abordando bien?

La discusión en torno al tema educativo también es muy elemental. Muchas veces creemos que con una medida (colegios emblemáticos, ley magisterial, construcción de escuelas) solucionamos los problemas de la educación. La realidad es que no hemos logrado grandes avances ya que el problema es muy complejo y requiere de un diagnóstico correcto de cómo salir del hoyo. También me preocupa que no se esté manejando bien el tema de la calidad del gasto. En este momento de menores recursos necesitamos repotenciar el presupuesto por resultados, para financiar las apuestas que tenemos que hacer como país. También me intriga saber qué está haciendo el Ceplan, si coordina con el MEF en términos de planeamiento estratégico para el país.

Le queda poco tiempo de mandato a este gobierno, ¿crees que se anime a hacer alguna reforma de fondo?

Es difícil, pero no pierdo la confianza. Por ejemplo, Jaime Saavedra, el nuevo ministro de Educación, un profesional muy destacado, cuyo trabajo hay que apoyar, podría hacer cosas interesantes. En el MEF también, aunque me da la sensación de que la burocracia está un poco debilitada, incluso allí.

¿Y de lo que ya hizo el gobierno, hay algo qué destacarías?

Lo principal ha sido lo que ha hecho en materia de política social, con la creación del Midis. Por otro lado, la reforma del servicio civil tal como se ha planteado es incompleta. Si bien pueden mejorar las condiciones de los que ya están, no hace mucho por atraer mejor gente. Y este es un tema trascendental porque tenemos un Estado fofo. Es un clásico problema de agencia común: todos quieren que se invierta más, pero nadie está preocupado por que se haga con calidad. Necesitamos mejores cuadros en el aparato estatal. Ningún país en el mundo ha logrado desarrollarse con un Estado débil.

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