En entrevista, la CEO de Capitalismo Consciente comenta a este Diario cuál va a ser el trabajo con los líderes empresariales este 2023. Este año, según comentó Maria Cecilia, se está identificando a los líderes empresariales en las regiones del país para dialogar sobre cómo darle una solución a la política en el país.
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- ¿Cuáles son las conclusiones a las que van arribando hasta la fecha las mesas organizadas este año por Capitalismo Consciente?
Estamos haciendo un ejercicio importante de identificar líderes en regiones. Hemos estado en Cajamarca y en Piura, reuniéndonos con las Cámaras de Comercio, con las universidades. La idea es conversar sobre si es que tiene solución la política en el Perú. Claramente, ha fracasado. Esto ha sucedido porque los ciudadanos no nos estamos involucrando. Hace un par de años, el expresidente de México, Felipe Calderón, sostuvo en una cumbre en Madrid que los ciudadanos hemos olvidado que política viene de ‘polis’ y ciudadano ‘civitas’. Los dos significan política. Política y ciudadanía son sinónimos y uno necesita al otro para poder subsistir. En el caso peruano, hemos dejado absolutamente de lado la política.
- ¿Y a qué crees que se debe ello?
Hay varias cosas. Existe un descontento absoluto que arrastramos desde hace muchas décadas. Hay un desencuentro entre la clase política y los ciudadanos, eso no quita que asumamos nuestra responsabilidad. Nosotros, como ciudadanos, somos responsables porque finalmente somos los que los llevamos al poder, a las autoridades y los que tenemos la obligación de exigirles que nos rindan cuentas. Hay una mezcla de la política es solo para gente corrupta y siento que existe una sensación de no poder hacer nada. Lo cierto es que tampoco hay partidos políticos que representen el poder de los ciudadanos. Hoy en el Perú no existen partidos políticos ni representación. Eso se ve reflejado en la absoluta frustración que tenemos con la clase política. La única forma de hacer viable al Perú es que los ciudadanos regresen a la política. El desencanto con la política es a nivel global, pero es muy marcado y peligroso en el caso peruano.
- Más allá de la voluntad, ¿qué requiere el país de ese ciudadano que participe activamente?
Pedro Castillo es elegido por un 17% de la población en primera vuelta. Población de izquierda y rural que sintió que Pedro Castillo los podía representar porque era igual que ellos. El problema es que Castillo era un maestro campesino que no tenía formación para la gestión pública. Lo que estamos haciendo en el Perú es llevando al poder a gente con la que nos identificamos y que creemos que va a poder gobernar porque conoce nuestros problemas. Pero lo concreto es que gobernar es muy difícil. Hasta acá, solo estamos hablando de capacidad. No hablamos de corrupción. En una democracia existen dos requisitos para que un estado funcione. El primero es una ciudadanía que exija rendición de cuentas y lo segundo es una burocracia medianamente competente que sea honesta. En el caso peruano, no tenemos ninguna de las dos. Y más allá de que tengamos excelentes funcionarios públicos, son contados.
-¿Cómo evalúas el momento actual? ¿el episodio de conflictividad social ya terminó?
Creo que no estamos mucho mejor. Creo, incluso, que estamos peor. Hay una ciudadanía dormida y una tensión latente que puede explotar en cualquier momento. Existe un grupo de peruanos que se siente traicionado por Castillo, pero también hay un grupo que se siente traicionado por Lima. Es cierto que el país la descentralización no ha funcionado. Sin embargo, la descentralización sí se logró en funciones y presupuesto. Entonces, las autoridades que deben ejecutar presupuesto están en regiones, no en Lima. Ese es un primer error que no se entiende. Luego, tenemos una clase política mediocre que constantemente sostiene que la solución a todos los problemas del Perú es cambiar la Constitución. Lo que la izquierda en el Perú quiere cambiar en la Constitución es lo mejor que nos ha funcionado. Es cierto que nos faltaron reformas adicionales, pero no podemos cambiar lo que sí funcionó.
-¿Qué se está haciendo desde Capitalismo Consciente este año para tocar estos temas?
Queremos llegar a más de 300 peruanos líderes en cerca de 30 mesas. Estamos buscando generar espacios de conversación. Estamos invitando a jóvenes y de toda posición política. Queremos escuchar al que no piensa como nosotros. Creemos que en ese escucharnos lograremos entendernos. Los peruanos queremos salir adelante. Pero para eso necesitamos un Estado que funcione. También un sector privado que funcione, que se de cuenta que debe impactar en toda su cadena. Queremos encender ese fuego en los peruanos que nace cuando vemos a la Selección Peruana jugar. Darnos cuenta que tenemos una obligación de sacar adelante a este país.
- ¿Y qué tanto está creciendo dicho ánimo en empresario peruano?
Hay líderes que se están comprando el pleito, pero son pocos. El Perú lamentablemente es un país mercantilista, pero eso no quiere decir que todas las empresas lo sean. Hay varias empresas que están haciendo grandes cosas. Necesitamos liderazgo transformacional, de las empresas hacia adentro. Evaluar cuáles son nuestras políticas. Cambiar estructuras es doloroso y muchos empresarios se evalúan el cambio. El problema es que el capitalismo del accionista ya no tiene sostenibilidad en el mundo como el de hoy.