Durante 43 años, Minera Poderosa ha construido una relación muy cercana con las comunidades de su entorno en el distrito aurífero de Pataz.
Jimena Sologuren, subgerenta de responsabilidad social de la empresa minera y presidenta de Perumi 37, considera que la clave de ese acercamiento es el desarrollo territorial, el cual posibilita la participación de todos los actores: la empresa, el Estado y los líderes locales.
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—¿Cuán importante es llevar las temáticas del sector privado a las regiones?
Es súper importante. Algo que todavía no acaba de cuajar en Perú es el tema de la descentralización. Es importante que estas discusiones entre Estado, empresarios y sociedad se lleven a mas regiones del país. Es importante que Cade haya estado en Ica por un tiempo bastante prolongado, también que esté ahora en Urubamba, y ver a donde nos llevará el próximo Cade.
—¿Y articular esfuerzos, que podrían ser bien aprovechados, en conjunto con el sector público?
Algo que me ha encantado de este Cade son los paneles de turismo, agricultura, minería, y la visión del Estado a través de (las miradas de) ministros, viceministros y el empresariado. Eso demuestra que hay una articulación muy cercana entre la empresa y el Estado.
—¿Por qué es importante que este trabajo público-privado se haga de una vez?
Venimos de una racha muy complicada, entre la pandemia y gobiernos [como el de Pedro Castillo] que no han tenido mucha apertura. Hemos pasado por muchísimos presidentes, además. Creo que recién estamos respirando. Pero necesitamos empezar a trabajar y transmitir confianza. En ese sentido, no tenemos que perder de vista que todos queremos un Perú con oportunidades de desarrollo para todos. La derecha quiere eso, la izquierda quiere eso, los empresarios queremos eso. Empecemos a construir desde estos puntos en común.
—¿Qué ha hecho este año Minera Poderosa en temas de responsabilidad social?
El término responsabilidad social hay que evolucionarlo. Ahora tenemos que hablar de desarrollo territorial. ¿Y por qué es importante esto? Porque hablamos de un desarrollo en el que participan todos los actores: la empresa, el Estado, representado por el municipio, y los líderes locales. Esa es la visión integral que tenemos que empezar a construir para que realmente generemos un desarrollo en el largo plazo.
—¿Qué proyectos han desarrollado?
Poderosa tiene una asociación civil sin fines de lucro, una ONG, hace 18 años ya, llamada Asociación Pataz, que es la que se encarga de todos los proyectos de largo plazo de la empresa, empezando con la investigación agraria. Por ejemplo, hemos lanzado siete variedades de papa para el mundo, que son resistentes a la rancha (hongo), a las heladas y al calor. Y todo eso pensando en las dificultades que van a enfrentar nuestros agricultores frente al cambio climático.
—¿En qué otras iniciativas están trabajando?
Estamos trabajando también en la investigación del maíz morado y en fortalecer la educación y la salud. La articulación de esfuerzos nos ha permitido que, después de pandemia, todos los escolares del distrito de Pataz estudien en colegios en óptimas condiciones. Y eso no lo hizo Poderosa. Lo hicieron Poderosa, el director del colegio, la Apafa y el alcalde. Lo hicimos todos, y ese es el ecosistema que debemos construir para que nuestros niños tengan un mejor futuro, acceso a mejor educación y crezcamos nuevamente, como lo dice el slogan de Cade.
—¿En esa línea, la idea es seguir con este tipo de proyectos en el 2024?
Siempre seguimos. Recientemente hemos lanzado un proyecto de robótica con los niños de primaria (de la zona) porque los peruanos somos muy talentosos. Hay mucho talento que no tiene la oportunidad de surgir, porque no hay acceso a la educación. Hay que empezar a construir, y yo creo que esto solo puede partir de conocernos como territorio, de conversar y dialogar entre peruanos y de apostar por una mejor educación.