El vicepresidente de la agencia de calificación Moody’s, Jaime Reusche, estimó este martes que, a pesar de la inestabilidad política, la economía peruana podría crecer alrededor del 13,5% en 2021 y mantuvo la proyección del 3% para 2022, cuando se espera un menor dinamismo de la inversión privada.
“La economía está rebotando mucho más fuerte de lo esperado. Teníamos una proyección del 12% que se va a quedar corta y muy probablemente tendríamos que ver un crecimiento más entorno al 13,5%”, declaró Reusche en una rueda de prensa posterior al evento “Inside LatAm Perú”.
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El analista responsable de la calificación de Perú aseguró que estas estimaciones optimistas son un “piropo” al “robusto” modelo económico de Perú, que sigue creciendo a pesar del “descontrol” y “vaivén continuo” que está demostrando el Gobierno del izquierdista Pedro Castillo sobre “sus prioridades de políticas públicas”.
Durante la conferencia, el economista dijo que esta “fortaleza” de los fundamentos económicos capaz de proyectar buenas perspectivas aún cuando el país atraviesa este “embate político”, que en otras economías habría llevado a contracciones, fue lo que llevó a Moody’s a mantener la perspectiva estable sobre la calificación crediticia de los bonos soberanos, que se rebajó en setiembre pasado de A3 a Baa1.
Por un lado, Reusche reconoció el esfuerzo del ministerio de Economía, encabezado por Pedro Francke, de ser claro en cuanto a sus lineamientos económicos y fiscales, con la reforma tributaria como meta principal, medidas para paliar posibles efectos de nuevas variantes del COVID-19 y el impulso para continuar con el gasto público.
Sin embargo, criticó que otras instancias del Ejecutivo carecen de “claridad y habilidad de articular políticas cohesionadas”.
En ese sentido, mencionó en repetidas ocasiones la reciente polémica desatada por el anuncio que hizo la primera ministra, Mirtha Vásquez, sobre el cierre de cuatro unidades mineras en el sur de la región de Ayacucho: “El Gobierno ha dado marcha atrás, esto es positivo, pero golpea la confianza empresarial y económica”, se lamentó.
Reusche sentenció que, aunque hoy “parece improbable un cambio muy brusco del modelo económico” en Perú, los agentes económicos y mercados financieros “están entendiendo que la inestabilidad política va a ser una constante de este Gobierno”, además del continuo enfrentamiento con el Legislativo, que acaba de presentar un pedido de destitución presidencial.
El economista insistió en que todo este entorno político volátil pesará sobre las expectativas económicas y la inversión privada, que se espera que el año que viene se contraiga, con la excepción de la inversión privada minera, que va a seguir expandiéndose.
Además, agregó que la inversión privada también se vería golpeada por el empeoramiento del contexto externo a raíz de la desaceleración de la economía china y la disminución del estímulo monetario de Estados Unidos.
En el panorama interno, el analista aseveró que el principal riesgo que podría hacer rebajar la perspectiva estable de la calificación “tiene nombre y apellido y es la Asamblea Constituyente”.
Aunque reconoció que hoy el país parece estar lejos de avanzar hacia este camino, Reusche alertó de que la idea aún “no se ha desvanecido” y que, en caso de llegar a puerto, haría reaccionar “inmediatamente la perspectiva”.