De acuerdo con un estudio del Banco Interamericana de Desarrollo (BID), el Perú se encuentra entre los países de la región con un menor porcentaje de familias que ponen sus viviendas en alquiler. En esa misma línea, Lima es la tercera ciudad de la región con la menor tasa de alquiler, solo detrás de Belem (Brasil) y Managua (Nicaragua).
Aunque esta proporción ha ido aumentando en el Perú, desde el 10% hasta el 13% entre la década del 2000 y el presente, el país aún se mantiene en los últimos lugares en este indicador, junto con Venezuela y Panamá. Asimismo, la tasa peruana se ubica muy por debajo del promedio regional, que se sitúa en 21%.
En términos absolutos, el estudio del BID muestra que 30 millones de familias pone en alquiler su casa en América Latina y el Caribe. Esto signfica que en promedio uno de cada cinco hogares latinoamericanos recibe renta por alquiler de su vivienda.
El BID destaca que, aunque la proporción ha ido incrementándose desde la década de los años 90's en la mayoría de países de América Latina, no existe un amplio inventario de unidades desocupadas que podrían ayudar a paliar el déficit habitacional.
“Lo que este estudio propone es abrir una veta nueva, no explorada, en políticas de vivienda”, explicó Vicente Fretes, jefe de la División de Gestión Fiscal y Municipal del BID y también coautor del informe. “No se trata de sustituir el foco en la casa propia, sino de complementarlo. Es una buena recomendación si consideramos las ventajas para la sostenibilidad fiscal y para desincentivar el desarrollo periférico de la ciudad”, agregó.
Unas 54 millones de familias o un 37% de los hogares de la región sufren algún tipo de carencia habitacional, como hacinamiento, falta de servicios básicos, construcción de mala calidad o tenencia informal.
En el ránking de los países que más alquilan, destaca Colombia con 38% de los hogares, mientras que en República Dominicana la proporción es uno de cada tres hogares, y en Honduras, Ecuador, Bolivia y Jamaica, es de uno de cada cuatro.
ROMPIENDO MITOS
“Contrariamente a lo que ocurre en los países más desarrollados, en la región el alquiler no es una opción restringida a los más pobres”, comentó Andrés Blanco Blanco, especialista senior en gestión fiscal y municipal del BID y coautor del estudio.
El estudio derriba el mito de que los ricos alquilan a los pobres. Los propietarios-arrendadores son de diversas clases socioeconómicas, con una mínima presencia de inversionistas comerciales y una oferta atomizada en múltiples proveedores de pequeña escala. Por ejemplo, en Chile 80% de los propietarios-arrendadores posee una sola vivienda y otro 10% posee dos unidades para alquilar.
Mientra tanto, la preferencia por el alquiler está asociada a ciertos grupos sociales: quienes más alquilan son los jóvenes, los divorciados y los inmigrantes. El tipo de hogar es también relevante. Las familias extendidas y los viudos alquilan menos que las familias nucleares, mientras que los hogares unipersonales y quienes cohabitan alquilan más. Hay una relación directa entre la edad de una persona y la probabilidad de que alquile su vivienda.
En virtud de estos parámetros, el BID ha abierto un espacio de diálogo con los países de la región para explorar la manera en que una política de alquiler podría complementar la política habitacional más amplia, mediante la creación de incentivos tanto para la oferta como para la demanda de vivienda de alquiler, cambios regulatorios, y una mayor articulación de cuestiones habitacionales con las herramientas de planificación urbana.