A raíz de la polémica desatada por el nuevo rescate financiero de cerca de US$2.500 millones que Petro-Perú persiste en solicitar al Estado peruano - según informó el diario Gestión - han salido a la luz varios datos desconocidos para la opinión pública.
Uno de ellos es la angustiante falta de fondos de la petrolera estatal para poder importar “crudo y productos” con destino al mercado local y las actividades de procesamiento de la nueva refinería de Talara (NRT) a partir de febrero.
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Y otro es la nueva escalada en el costo de esta obra de infraestructura, la cual supera ya los US$6.500 millones.
Tal es lo que señala el documento “Situación actual y proyecciones al 2024 y 2025 de Petro-Perú S.A”, elaborado por la petrolera estatal para conocimiento del Consejo de Ministros.
“Se trata de un documento de uso interno que Petro-Perú no puede negar; y allí aparece la cifra de US$6.530 millones, la cual es Capex (inversiones en bienes de capital) puro”, apunta César Gutiérrez, experto en energía.
En efecto, Petro-Perú consigna en su presentación un “monto total de inversión” para la nueva refinería de US$6.530,31 millones, la cual incluye intereses pre-operativos por US$991,79 millones.
Hablamos, en líneas generales, de una inversión que excede en US$600 millones a la consignada en los estados financieros auditados del 2022 (US$5.595 millones), y que quintuplica el costo inicial del proyecto, estimado en US$1.334 millones por la firma consultora Arthur D, Little (ADL) hace 16 años.
Particularmente inquietante, indica Arturo Vásquez, ex viceministro de Energía, es el incremento en los intereses pre-operativos, que hace dos meses ascendían a US$735 millones y que ahora “están llegando a los US$1.000 millones”.
“Eso muestra que hay una gestión totalmente ineficiente en la empresa, la cual merecería una investigación de la Contraloría General de la República por los malos manejos de los fondos públicos”, anota el especialista.
¿Y EL EURO 6?
Otro ítem digno de resaltar, anota Vásquez, es el gasto adicional que la estatal ha ejecutado “sobre la marcha” para que la nueva refinería de Talara pueda producir combustibles Euro 6 (fue diseñada originalmente para producir combustibles Euro 4).
Hablamos de una demora que perjudica a las empresas automotrices que venían promoviendo la introducción de este estándar, más eco-amigable, a partir del 2024.
Y es que “había el compromiso del Gobierno” de que dicha tecnología estaría disponible para este año apunta Karsten Kunckel, presidente de la Asociación Automotriz del Perú (AAP).
“Sin embargo, sabemos desde hace varios meses que Petro-Perú no estará en capacidad de producir el combustible adecuado para Euro 6 y eso nos causa problemas con los pedidos. Entonces toca postergar esa exigencia porque las marcas están en la incertidumbre”, señala el líder gremial.
Ahora, se sabe que el Ministerio de Energía y Minas (Minem) planea retrasar el ingreso del Euro 6 hasta octubre del 2025, según lo dio a conocer el titular del sector, Óscar Vera, días atrás.
“¿Para qué hemos gastado, entonces, US$6.500 millones solo en Capex?”, se pregunta Vásquez.
A su entender este problema no termina con la puesta a punto de la refinería al 100% (hito que Petro-Perú alcanzó hace unos pocos días) porque el Capex “viene con endeudamiento”.
Esto significa que “hay que considerar el servicio de la deuda contraída con la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce) y los bonistas del proyecto”, remarca el especialista.
Al final, apunta Vásquez, la nueva refinería de Talara podría terminar costando más de US$8.500 millones, contabilizando los intereses post-construcción.
NUEVO RESCATE
Ahora, la petrolera estatal vuelve a insistir (como ya lo hizo en agosto de 2023) en un nuevo rescate financiero, conformado por un aporte de capital de US$1.150 millones, una línea de crédito garantizada por el Estado peruano de US$650 millones, y la capitalización de los US$750 millones prestados por el MEF en el 2022.
En total, US$2.550 millones, que, sumados a los dos rescates anteriores (del 2022), hacen un monto cercano a los US$5.000 millones.
Esta es, apunta Eduardo Ramos, experto en energía y socio del estudio MOAR, una cantidad que hubiera sido mejor aprovechada para cubrir “gran parte del Capex de la nueva refinería de Talara”.
Cabe reiterar que el proyecto comenzó costando US$1.130 millones en 2008 (estudio de factibilidad de ADL). Para el 2014, sin embargo, su costo se había elevado a US$3.919 millones, según consigna Carlos Paredes, ex presidente de Petro-Perú en su libro “La tragedia de las empresas sin dueño”.
Hoy supera los US$6.530,1 millones. ¿Seguirá creciendo?