La producción de cobre se habría visto comprometida en 1% desde el inicio de las protestas de este año en contra del actual gobierno de Dina Boluarte, estimó el Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.
Este dato se traduciría en una reducción del estimado del crecimiento de la producción cuprífera desde 12% a 11%, según la entidad bancaria, que advierte, además, sobre una desaceleración de la inversión minera.
Scotiabank remarca que esto ocurre en un momento en el cual los altos precios de los metales auguraban un bien para el sector, y se empezaba a sentir el impacto del inicio de operaciones de Quellaveco.
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“El nivel de producción mensual de cobre no superó los niveles del 2019 sino hasta setiembre del 2022 cuando Quellaveco entró en producción”, indica en su Reporte Semanal.
“Para enero del 2023, el impacto de las protestas en la producción de cobre sí será más profunda ya que alrededor de cuatro minas cupríferas están operando de manera restringida con riesgos en otras de paralizar su producción”, añade.
Adicionalmente -precisa- la inversión minera, que ha venido desacelerándose en los últimos meses por la falta de nuevos proyectos, podría caer aún más. Según el Minem, de los siete proyectos que estaban en cartera solo uno, San Gabriel de Buenaventura, empezó su construcción en el 2022; mientras que para este año se esperaba que uno, Zafranal, empezara su construcción.
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“El lento avance en muchos de estos proyectos, que se encuentran en la etapa de factibilidad e ingeniería del detalle, mantendrían la inversión minera en negativo. En nuestros estimados esperábamos que la inversión cayera 4.2% en el 2022, y para el 2023 esperamos que la inversión minera retroceda un mínimo de 11%, con un máximo de caída de 20% si ningún proyecto inicia su construcción”, apunta el informe.
En cuanto al oro, indica que la producción ya venía pasando por un agotamiento de minas aproximadamente desde el 2017, y con una caída más fuerte en el periodo de pandemia.
“Desde entonces la producción aurífera se ha recuperado sin superar niveles previos al 2019. Así que, si bien esperábamos aún una producción relativamente débil este año, la caída sería aún mayor con la menor producción de enero”.
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