La apuesta del Perú es ser en el mediano plazo un gran proveedor de alimentos del mundo. El año pasado se exportaron productos agrícolas por el valor de US$4.200 millones y en una década se estima que llegarán a los US$7.000 millones, según lo proyectó Ulises Quevedo, gerente general de Talsa, durante la último CADE . Esto implica un mayor posicionamiento de nuestros productos en los mercados del mundo.
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En la actualidad, pocos conocen que ya lideramos el primer lugar en el ránking de exportación de espárragos, que tienen como destino en más de 50% a Estados Unidos. Igual posicionamiento se ha logrado con el banano orgánico, que es producido, principalmente, en Piura. Lo curioso es que en el 2003 ocupábamos el puesto 23 en la mencionada fruta. Según proyecta Apoyo Consultoría, la posición en el ránking mundial de ambos productos no variará al 2023.
En quinua somos los segundos proveedores en el ránking, por debajo de Bolivia. Durante muchos años, el país vecino se ocupó de posicionar su grano andino. El año pasado, el Perú exportó US$72 millones, mientras que Bolivia cerró en US$152 millones. La diferencia aún es elevada, pero el crecimiento de los envíos peruanos año a año es exponencial.
En uvas también hemos caminado hacia arriba a pasos acelerados. En el 2003 estábamos en el puesto 20 como proveedores, luego hemos subido el año pasado al 5 y, para dentro de una década, se proyecta que seremos los terceros del mundo.
Sin embargo, el salto más grande que se dará será en los arándanos. Hoy nos encontramos en el puesto 34 del ránking, pero Apoyo Consultoría estima que llegaremos a ser los segundos del mundo para dentro de una década. Según Sierra Exportadora, este fruto suma hoy 900 hectáreas a lo largo de la costa, pero para dentro de cinco o seis años crecería a, por lo menos, 4 mil hectáreas.
Similar camino se espera para dentro de una década que sigan otros cultivos como las paltas (segundos), mango (terceros), pimientos (terceros) y granadas (quintos).