David Tuesta

El caos de nuestra política a todo nivel se ha vuelto, lamentablemente, una constante. La levedad del poder a nivel nacional y subnacional queda claramente graficada al observar que, en diez años, el período de gestión ministerial promedio se redujo en más de 50% y en el caso de los gerentes de los gobiernos regionales, el tiempo promedio cayó en 40%. Con gestiones que duran apenas 8 o 10 meses, ¿cómo es posible planificar en tales circunstancias?

Esta seria debilidad institucional se ha ido enquistando en nuestra sociedad, al ritmo del avance desarticulado de nuestro proceso de descentralización, dificultando la atención a los ciudadano y el cierre de brechas sociales. Todo ello si tenemos en cuenta que en los gobiernos subnacionales descansa cerca del 70% del presupuestos de inversiones públicas que como sabemos, a duras penas logran ejecutar. En este contexto, la inconformidad de la población es palpable en las regiones del país. Según la Defensoría del Pueblo, se registraron cerca de 1300 acciones colectivas de protesta en lo que va del 2023, lo que generó costos de 0,3% del PBI en producción y 0,4% del PBI en destrucción de activos físicos. ¿Cómo aproximarnos de manera más sistemática a esta fragilidad de la gobernabilidad descentralizada?

En el Consejo Privado de Competitividad (CPC) hemos querido enfocar el conocimiento de esta realidad a través del desarrollo del Índice de Gobernabilidad Descentralizada- GobDex, que mide la capacidad subnacional para atender eficazmente las demandas de los ciudadanos y mantener la estabilidad económica, política y social. Para la construcción del GobDex se utilizan los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) y el Índice Regional de Gestión Pública (IRGP) del CPC, teniendo como referencia las mejores prácticas de gobernabilidad de varios países de América.

Para la obtención del Índice tomamos ocho indicadores que abarcan diversas dimensiones de gobernabilidad estudiadas en la literatura. Estos indicadores son: (1) Confianza en los organismos del sistema electoral, (2) Confianza en el sistema de justicia, (3) Confianza en el Congreso, (4) Opinión sobre la gestión del gobierno central, (5) Coimas o sobornos, (6) Preferencia por la democracia, (7) Importancia de la democracia y (8) Capacidades de gestión regional y local. Centrándonos en estos indicadores, es importante observar algunos de estos datos. Por ejemplo, respecto al porcentaje de la población que confía en los organismos del sistema electoral, esta llega en promedio al 10,5%, donde el mejor resultado lo tiene Tumbes con 19,9% y el peor lo tiene Ayacucho con 3,6%. Otro dato interesante es que el porcentaje de la población que cree que la democracia funciona bien o muy bien tiene un promedio de 68,6%, donde el mayor porcentaje lo tiene Cusco con 84,7%, y el más bajo resultado lo tiene Huancavelica con 36,4%.

Comparando los resultados del GobDex del segundo semestre de 2021 con el segundo semestre de 2022, que coincide con el inicio y el final del gobierno de Castillo, se observa un deterioro en los niveles de gobernabilidad en 2022 en comparación con 2021. El Perú pasó de un 46.3% en 2021 a un 43% en 2022, según el promedio de los puntajes del GobDex en las 24 regiones del país. El deterioro se reflejó en el número de regiones cuyos puntajes de gobernabilidad superaron el 50%. Mientras que en 2021 fueron cinco las regiones que lograron superar ese nivel (Moquegua, Tacna, Lima, Arequipa e Ica), en 2022 solo tres regiones (Moquegua, Tacna y Arequipa) lo lograron.

Las regiones costeras, como Tacna, Moquegua, Arequipa, Lima e Ica, ocuparon las cinco primeras posiciones tanto en 2021 como en 2022. En 2022, doce regiones superaron el promedio regional (43%), de las cuales solo cuatro no eran regiones costeras (Apurímac, Áncash, Junín y Cusco). En los últimos puestos del ranking en ambos años se encuentran Huancavelica, Pasco y Loreto. Amazonas fue la región que experimentó el mayor deterioro en el período 2022-2021, descendiendo siete posiciones. Esto se explica por la opinión desfavorable sobre la gestión del Gobierno Central (-13.7%) y la baja satisfacción con respecto a la democracia (-12.1%). Por otro lado, Apurímac fue la región que más avanzó en el ranking, subiendo seis posiciones, principalmente debido a una opinión favorable sobre la gestión del Gobierno Central (5.2%).

El análisis de los indicadores que conforman el GobDex revela que siete de los ocho indicadores empeoraron en 2022 en comparación con 2021. Destacan la Opinión sobre la Gestión del Gobierno Central y la Preferencia por la Democracia, que disminuyeron un 9.5% y un 4.8%, respectivamente. Tumbes y Apurímac se destacaron como las mejores regiones en dos de los ocho indicadores que componen el indicador. Sin embargo, Tumbes ocupó el puesto 11 en el ranking general y Apurímac el puesto 6, lo que indica que las regiones con un mejor desempeño general son aquellas que tuvieron un comportamiento más homogéneo en la mayoría de los indicadores.

El Índice GobDex brinda información sintética relevante para valorar de manera más clara, y con enfoque comparativo, las condiciones de institucionalidad regional y el grado de éxito de las acciones de políticas públicas. Dice una famosa frase que “lo que no se mide no se puede mejorar”. En esa línea, el GobDex permite por primera vez medir la gobernabilidad subnacional y sentar las bases para el desarrollo de mejoras que impulsen nuestra competitividad.

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