Luke McLeod-Roberts
Corresponsal senior en Brasil
El éxito de la gigantesca cervecera de US$107,9 mil millones —resultante de la adquisición de SABMiller por parte de AB InBev— dependerá de una agresiva reducción de gastos en Latinoamérica, en la misma proporción en que lo hará del prometido crecimiento de participación en los mercados de África y China.
La fusión fue financiada por un bono de US$46 mil millones. Esta fusión creó una empresa más grande que Coca-Cola y solo un poco más pequeña que Unilever. Y contará con ingresos combinados anuales de US$63,6 mil millones y con un Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) de US$24,2 mil millones.
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Aunque el acuerdo crea una cervecera verdaderamente global que contará con la mitad de las ganancias mundiales de la industria, los orígenes de la cervecera belga AB InBev, así como cerca de la mitad de sus ingresos, se encuentran dentro de Latinoamérica.
Y allí también se encuentran los futuros riesgos, según FT Confidential Research (FTCR), un servicio de investigación del Financial Times (FT).
Latinoamérica —la cual representa solo el 20% de los volúmenes de venta de SABMiller, pero el 44% de su Ebitda— representa tanto el verdadero premio que ha impulsado este acuerdo, como su zona de mayor vulnerabilidad.
Según FTCR, es en Latinoamérica en donde Carlos Brito, director ejecutivo de AB InBev, tendrá que demostrarles a los críticos —quienes argumentan que él ha dado un costoso paso en falso al pagarles demasiado a los accionistas de SABMiller, £44 (US$67), por acción— cuán equivocados están. FTCR cree que incluso la legendaria capacidad de Brito de sobrecumplir en asuntos de reducción de costos será puesta a prueba una vez que se comience a trabajar en los activos latinoamericanos de SABMiller.
De acuerdo con el prospecto de fusión, Latinoamérica, incluyendo a México, aún representará el 41% de los ingresos y el 49% del Ebitda previsto para el negocio resultante de la fusión. Reforzando aún más esta dependencia de Latinoamérica, la alianza une a los accionistas de la familia Santo Domingo de Colombia y a los tres controladores brasileños de 3G Capital, un grupo de capital privado, garantizando así que el enfoque de gestión continúe siendo regional.
En un informe especial que cita su propia investigación acerca de los hábitos de consumo de cerveza entre los consumidores latinoamericanos, FTCR encontró que no todo estaba en orden en Brasil, el lugar de nacimiento de una operación comercial que, en solo 16 años, ha crecido para llegar a dominar el mundo de los bebedores de cerveza.
En Latinoamérica —la cual aún representa alrededor del 44% de los volúmenes de venta— AB InBev enfrenta una disminución en las ventas de las cervezas ligeras tipo ‘lager’ sobre las que se amasaron sus fortunas. Según una encuesta que preguntaba cuáles marcas de cerveza compraban con más frecuencia los encuestados, la popularidad colectiva de las cervezas convencionales cayó 15,2 puntos porcentuales en Brasil entre diciembre del 2012 y agosto del 2015.
Ambev fue fundada en Brasil en 1999 a través de una fusión de dos cervecerías locales, Antárctica y Brahma. La absorción de la cervecería belga Interbrew en 2004 por parte de Ambev creó a InBev, la cual cambió su nombre para convertirse en AB InBev tras la adquisición de Anheuser-Busch en 2008. Sin embargo, a pesar del alcance global de la cerveza, Brasil sigue siendo el tercer mayor mercado en términos de volumen de ventas de cerveza.
En general, el panorama no es muy positivo para el mercado brasileño de cervezas. Según datos de la consultora Mintel, desde 2017 el crecimiento del consumo de cerveza en Brasil se desacelerará a un promedio de apenas 0,6% al año hasta el 2019 debido a una población cada vez más consciente de la salud y en un proceso de envejecimiento sostenido.
En Latinoamérica, la meta de InBev ha sido la adquisición de la presencia regional de SABMiller para abrir mercados con potencial de crecimiento en donde la suya había sido limitada. Las operaciones de SABMiller no se superponen significativamente a las de Ambev, las cuales se concentran en Brasil, México y el Cono Sur.
SABMiller tiene una participación mayoritaria en la cervecería colombiana Bavaria, el segundo mayor productor de cerveza en la región detrás de Ambev, y una presencia dominante en Perú, Ecuador y Panamá. SABMiller es actualmente el fabricante de cerveza líder en estos mercados.
La adición de marcas de cerveza colombianas como Bavaria y Aguila a la cartera de AB InBev es claramente positiva. Pero la reciente carga de gestionar los intereses y el pago del paquete de préstamos de US$75 mil millones que fue necesario para comprar SABMiller —a un precio por encima del valor de mercado— significa que reducir los gastos y aumentar los márgenes agresivamente es vital para el futuro financiero de la nueva compañía.
Brito ya ha logrado una hazaña similar en Brasil. Pero le será mucho más difícil repetirla en los países andinos. Los ingresos per cápita son significativamente más bajos allí y en Centroamérica que en Brasil, México y el Cono Sur. De hecho, la estrategia de SABMiller en muchos de los mercados latinoamericanos en los que opera ha sido reducir los precios para ganar participación de mercado, con pocas ofertas de alta gama.
Esta estrategia ha funcionado, permitiéndole aumentar tanto los ingresos brutos como la participación de mercado, pero los márgenes son estrechos. El margen Ebitda de SABMiller fue de 29,5% durante el año que terminó en marzo de 2015, considerablemente más bajo que el 39,4% reportado por AB InBev para todo el año 2014.
Con precios tan bajos, las posibilidades de una mayor reducción de gastos pueden ser limitadas. Los analistas comparten en gran medida la noción de que Brito ‘exprimirá’ los nuevos activos para extraer el ahorro máximo. “Veremos a AB InBev ser realmente agresiva”, aseguró Phil Gorman de Morningstar.