En sus treinta años de carrera musical, a Eduardo ‘Papeo’ Abán nunca le había tocado enfrentar una realidad tan dura como esta. Como muchos artistas, vio completamente frenadas las actividades que ha realizado a lo largo de tres décadas; siempre con un público presente, con aplausos, sonrisas y calor humano. Hace ocho meses, todo cambió. ‘Papeo’ pasó de llevar a cabo entre ocho y diez espectáculos al mes a uno mensual vía Zoom, un formato que le resulta dificultoso. “Es como mirarte a un espejo, cantar, y que no recibas un aplauso o sonrisa real. Hacer un espectáculo virtual es tan frío como un témpano de hielo”, comenta.
Así, a sus 40 años, el músico criollo admite que adaptarse a los medios tecnológicos le ha resultado complejo. Además, aún no ve una ventana abierta para volver a los escenarios de forma rentable ni certera, a pesar de ello esta semana el ministro de Cultura, Alejandro Neyra, informó sobre la posibilidad de que se permitan conciertos en la cuarta fase de reactivación económica con un aforo de 40% en ambientes cerrados y posiblemente 60% en ambientes abiertos, pero con la prohibición de venta de alcohol y alimentos en estos espacios (aún no han sido publicados).
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“Nosotros tenemos que pagar equipos de sonido, locales y músicos. Es un poco contraproducente decir que nos están dando carta abierta para trabajar porque en realidad no lo están haciendo. Creo que sería más rentable seguir trabajando bajo el esquema de concierto virtual, porque no es tan caro producir”, precisa.
Por el lado de los productores de espectáculos, José Velásquez, gerente general y fundador de Veltrac, considera que la respuesta sobre la reactivación de los conciertos dependerá de cada promotor y del tipo de evento que busque realizar.
Agrega que un reto importante será la flexibilidad en los precios por pagar en los locales donde se organice algún concierto, si se consideran, además, las limitantes de infraestructura existentes en el país.
“En nuestro caso, nos seguiremos enfocando en este lenguaje de eventos digitales para desarrollar un entendimiento desde el lado de la producción, concepto, comunicación, para tener eventos virtuales de calidad en el ámbito local, y considerar la convivencia entre el evento virtual y físico”, agrega Velásquez. Además, enfatiza que en este momento es imposible para Veltrac impulsar los conciertos que realmente quieren ofrecer al público.
Nuwa Luna, administradora de La Noche de Barranco, tampoco maneja altas expectativas. “Un show con menos aforo implica mucha inversión y poca ganancia. Nosotros –bandas y productores– venimos varios meses supercomplicados y la gente no tiene tanto dinero para invertir. No sé si todo el mundo se vaya a tirar a la piscina así nomás”, señala.
No obstante, hacia enero y con los protocolos ya en mano, Luna proyecta que podría establecerse un modelo híbrido entre lo presencial y digital, para lo cual reactivarían un ciclo de conciertos que tenían previstos para noviembre y este mes, y que fueron pospuestos tras las marchas nacionales.
“Nosotros somos una sala pequeña. Estamos a la espera de lo que pueda salir, con un montón de ganas. La gente está alrededor atenta a lo que pueda venir”, dice.
DESDE EL TEATRO
La posibilidad de reabrir los teatros con aforo reducido se discute desde hace un par de semanas. Sobre este punto, el rubro sigue a la espera de los protocolos, pero tiene mejores expectativas de que estos puedan implementarse de forma efectiva.
Al igual que las escenas de una obra, para los teatros será vital evaluar todos los escenarios de acción ante cualquier posibilidad de rebrote o segunda ola del COVID-19. Alexandra Araujo-Álvarez, gerenta general del Teatro La Plaza, remarca que en su caso aún están en la etapa de implementación de protocolos de forma minuciosa y que se preparan para lo que emita el Mincul, con el objetivo de demostrarle al público que el teatro “es un lugar seguro que garantizará una experiencia muy buena y hasta extraordinaria”.
“Estamos viendo que en las salas se den dos metros de distancia entre persona y persona; tal vez en unas sillas no habrá nadie. No podemos pasarnos del 40% de la capacidad y tenemos que ser muy creativos y revisar los patrones de cómo viene la gente. Por experiencia, sabemos que vienen más en parejas. Entonces, estamos diseñando los espacios en base a ello”, explica.
Araujo-Álvarez no niega la posibilidad de que sus salas acojan en algún momento un concierto u otra actividad de índole cultural, pero sí detalla que el seguimiento tanto al elenco como al público y trabajadores antes, durante y después de las obras será clave. “Queremos hacer seguimiento y si alguien nos responde que no se siente bien, contactaremos a las personas que vinieron a esa función”, puntualiza.
LOS PLANES DE LA PLAZA
- Alexandra Araujo-Álvarez, del Teatro La Plaza, precisa que la firma sí tiene previsto mantener una combinación entre las obras digitales y físicas, pero en constante innovación.
-  Además, adelanta que en enero La Plaza iniciará la preventa de dos proyectos en marcha: uno híbrido y otro que esperan que sea totalmente presencial.
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