Doe Run tendrá nuevo dueño en diciembre próximo. Al menos, eso es lo que sus acreedores confían que suceda a dos años y un mes de iniciado el proceso de venta de la empresa minero-metalúrgica. Sin embargo, nada está dicho aún.
“Nosotros no negamos que la venta se pueda concretar en diciembre, pero ese es un punto que no ha sido acordado todavía”, aclararon Ayar López y Rocío Chávez, co-administradores de Doe Run.
Los funcionarios indicaron que el cronograma de venta de los activos de la empresa podría ser aprobado en la próxima junta de acreedores, que tendrá lugar a inicios de julio.
“Tenemos la misma esperanza de todos los acreedores en que se cumplirá el cronograma que el banco de inversión suizo UBS (encargado de la subasta pública internacional) presentó el pasado 9 de junio”, manifestaron.
Ese día los acreedores de Doe Run se reunieron para discutir varios puntos de vital importancia para la empresa, pero sólo se pusieron de acuerdo en dos.
“Lo que se acordó fue continuar con el plan de restructuración en vez de la liquidación en marcha, y con el plan de retiro voluntario, aunque no con los 750 trabajadores previstos inicialmente sino con solo 444”, explicó Chávez.
Los puntos que pospuestos fueron tres: el cronograma de venta, la designación de liquidador (“de ser el caso”) y la suscripción del convenio de liquidación (“de ser el caso”).
La empresa podría cambiar, efectivamente, su estatus de “reestructuración” por el de “liquidación en marcha” si Cormin no vuelve a abastecer de concentrados al Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO).
El trader se ha abstenido de hacerlo debido a la crítica situación económico-financiera de la empresa, como esta ha reconocido en reciente comunicación a sus trabajadores.“Estamos en conversaciones con Cormin, pero no tenemos una respuesta definitiva”, reconoció Ayar López.
Por lo pronto, el CMLO carece de provisión de concentrados para realizar operaciones.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA VENTA DE DOE RUN?
Los acreedores de Doe Run están a la espera de que la empresa se venda para poder cobrar sus acreencias, que hasta el año pasado bordeaban los U$601 millones.
Por su parte, los trabajadores de la empresa, tanto los del CMLO (Junín) como los de la mina Cobriza (Huancavelica), confían en que el cambio de manos les traerá estabilidad.
Pero lo más importante de todo es que la empresa o consorcio comprador podrá solventar la inversión que el CMLO necesita para cumplir con los nuevos estándares ambientales en sus tres circuitos: los de plomo y zinc, actualmente operativos, y el de cobre, en vías construcción.
La modernización del CMLO, según Right Business, demandará US$768 millones. Dicho monto comprende dos componentes: la construcción del circuito de cobre (US$200 millones) y la adecuación del CMLO al nuevo estándar de calidad ambiental (ECA) de aire (US$568 millones).
“El proyecto de adecuación implica el reemplazo de la planta de sinterización de plomo por una más moderna y la reubicación de la chimenea del CMLO en la cima del cerro Suni, que domina la ciudad. Desde allí, las emisiones de dióxido de azufre impactarán menos en la población”, señaló Chávez.
Los nuevos dueños deberán invertir, asimismo, en la exploración de la mina Cobriza para añadir reservas y poder así incrementar producción. Esta servirá para alimentar el circuito de cobre cuando esté operativo.
Actualmente, el CMLO está habilitado para producir plomo y zinc refinado, plata refinada, telurio, indio, ácido sulfúrico, selenio y una serie de metales más.