“Hay que defender al accionista minoritario porque el mayoritario no puede abusar y por eso estamos poniendo reglas”, había afirmado el jefe de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), José Manuel Peschiera, como argumento para reglamentar el artículo 51 de la Ley General del Mercado de Valores, que regula las ventas de acciones entre empresas vinculadas.
Según Peschiera, esta norma existe desde hace casi 8 años y “nadie se había atrevido a aprobar su reglamento”. Pero esta situación cambió ayer.
La SMV aprobó que las empresas que pretendan celebrar actos que involucren al menos el 5% de sus activos, con personas o empresas vinculadas a sus directores, gerentes o accionistas que representen más del 10% del accionariado, deberán obtener la aprobación previa del directorio.
Además, en el caso de que el accionista controlador de la compañía también ejerza el control de la persona jurídica que participa como contraparte en la transacción, se requerirá, de forma adicional, que una entidad externa revise los términos con los que se pretende realizar la operación.
“Esta iniciativa constituye una norma de gobierno corporativo de carácter obligatorio, busca brindar mayor transparencia e imparcialidad en estos actos o contratos y salvaguardar los derechos de los accionistas minoritarios”, dijo el regulador.