Las ganancias mineras se han visto resentidas por la disminución de los precios de los metales; ante ello, varias de las empresas que forman el sector han considerado prudente reducir sus inversiones a la espera de que el futuro los premie con mejores precios. Ese no parece ser el caso de Southern Copper, que está acelerando sus proyectos de inversión y aumentado su producción minera. Óscar González Rocha nos cuenta los detalles de esta arremetida.
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Tía María es su proyecto más próximo, ¿cuándo iniciaría su construcción?
Debemos iniciarla apenas nos aprueben el permiso de construcción y lo que nos tome hacer la licitación. Creo que físicamente la construcción deberíamos estar iniciándola en los primeros días del próximo año y nos tomará por lo menos dos años, así es que me imagino que a fines del 2016 o inicios del 2017 empezaríamos la producción.
Y en cuanto a la ampliación de Toquepala, ¿qué cronograma están manejando?
En lo que respecta a Toquepala, estamos por recibir este mes la aprobación del estudio de impacto ambiental (EIA) y también habrá que solicitar el permiso de construcción, ahí va a ser un poco más rápido porque es un área donde ya estamos trabajando, no es un proyecto nuevo, entonces creo que también en enero vamos a poder iniciar su construcción, que también llevará cerca de dos años.
También está pendiente la ampliación de Cuajone...
Cuajone todavía no lo hemos lanzado. Lo único que estamos haciendo allí son inversiones para ahorro de costos y compensar un poco la bajada de precios: vamos a sustituir todo el ferrocarril por una faja transportadora, son como 7 a 8 kilómetros de fajas, y colocaremos una chancadora dentro del tajo para ahorrarnos el acarreo con camiones, que resulta un poco más costoso.
¿De qué dependerá activar la inversión de Cuajone?
Lo que pasa es que Cuajone es una ampliación más pequeña que la de Toquepala. Aquí estamos doblando la producción de 60 mil a 120 mil toneladas de molienda por día, en Cuajone tenemos entre 85 mil a 87 mil toneladas de molienda y vamos subir a 120 mil para que las dos [Toquepala y Cuajone] estén a 120 mil toneladas. En Cuajone necesitamos comprobar que la inversión que se vaya a hacer sea viable por el costo.
La inversión en Tía María, por ejemplo, después de los últimos estudios de factibilidad, andaba en US$1.000 millones, ahora está en US$1.400 millones y la ampliación de Toquepala, a la que teníamos asignados por el directorio US$600 millones, ahora va a costar US$1.200 millones. O sea ya estamos en el orden de los US$2.600 millones.
¿La caída en el precio del cobre no ha afectado las inversiones proyectadas?
Estamos calculando la viabilidad de los proyectos con US$2,5 la libra y el precio hoy anda como en US$3, entonces tenemos un pequeño margen, porque nuestros costos son de los más bajos en el mercado.
¿El proyecto Los Chancas lo han guardado porque se fue del monto de viabilidad?
Fue porque no estamos muy seguros de que sea viable, porque la producción de ese proyecto anda entre 80 mil y 100 mil toneladas de cobre y allí el problema es de falta de infraestructura y es por eso que hablamos de US$1.400 a US$1.500 millones; estamos revisándolo porque parece que es un poco más. El problema del depósito de Los Chancas es que está en una pendiente muy parada de un cerro y, más aun, está a la orilla del río, a lo mejor vamos a tener que cruzarlo con algún puente para poder depositar los terreros al otro lado del río, o inclusive mandar los relaves a través de una tubería al otro lado porque no hay espacio en el lado donde está el depósito mineral. Estamos aún analizando eso, aparte de que con US$2.600 millones de inversión ya comprometida no podemos hacernos de nuevos proyectos.
En lo que respecta a la compra de Quellaveco, ¿cómo van las negociaciones?
Bueno pues, allí tuvimos una plática a principios de octubre, ellos quedaron en responder a la propuesta que les hicimos.
Lea la entrevista completa en la edición impresa de hoy en Día_1.