La prestigiosa revista británica The Economist le dedica esta semana su columna sobre Latinoamérica al caso peruano, advirtiendo que el "modelo italiano" de postguerra le deja lecciones al gobierno de Ollanta Humala, pues los desaciertos políticos terminan contaminando al buen manejo económico y que no se debe confiar en que un manejo técnico de la economía puede compensar los errores políticos y amortiguar el descontento de la polblación indefinidamente.
Inestabilidad política golpeó la confianza empresarial este mes
En el artículo se destaca el rol del ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, calificándolo como el "miembro más poderoso del gobierno", y la mayor cantidad de tecnócratas en el nuevo gabinete, pero se cuestiona la capacidad política del mandatario y su fuerte caída en aprobación de 54% a 25% en un año, de acuerdo con la encuestadora Ipsos Apoyo.
"De hecho, el actual gabinete es un avance respecto a sus predecesores. Está lleno de tecnócratas capaces. El problema es que propio presidente no ha podido proveer al Gobierno de liderazgo político. El señor Humala ha mantenido un perfil bajo, dejando que Castilla y su inteligente y ambiciosa primera dama, Nadine Heredia, sean los que den declaraciones. En seguridad, el presidente prefiere trabajar con sus amigos del Ejército -una mala idea cuando se requieren reformas de la policía, la Fiscalía y el Poder Judicial", reza el artículo.
En la columna -que es firmada bajo el pseudónimo de Bello, inspirado en el intelectual venezolano Andrés Bello del siglo XIX- se explica que los problemas políticos trascienden el gobierno de Humala, pues sus antecesores tuvieron también una baja popularidad, y que el electorado peruano, que vive mayoritariamente en la informalidad, atribuye su éxito a su propio esfuerzo, no a sus políticos.
"La real lección que nos deja Italia es que si el sistema político es incapaz de actuar en el largo plazo a favor de los intereses de la mayoría, termina contaminando a la economía con sus desaciertos", citando los asesinatos políticos ligados al presidente regional de Áncash, César Álvarez, y el congelamiento de las cuentas dela región como una muestra de ello.
RIESGO A FUTURO
En ese sentido, The Economist se pregunta qué pasaría si han sido demasiado optimistas los pronósticos del ministro Castilla de que la economía recuperará su ritmo de avance de 6% en los próximos tres años por los proyectos mineros y las asociaciones público privadas en infraestructura. Esto, en un contexto en el que Humala se ha mostrado menos capaz de establecer alianzas que Alejandro Toledo y Alan García, que sí completaron los cinco años de Gobierno pese a su baja popularidad.
"Si los flujos de dinero que han transformado al Perú en las últimas dos décadas empezan a secarse, un sistema político desacreditado va a ser incapaz de amortiguar y canalizar el descontento del público. El riesgo en ese caso es que las líneas paralelas de economía y política converjan, tal como sucedió en Italia", concluyó.