El mercado laboral presenta una recuperación caracterizada por la precarización de las condiciones laborales. Por un lado, se registró una fuerte salida de la población del mercado laboral, mientras que los desempleados ahora tardan más tiempo en encontrar un trabajo. Además, los que sí accedieron a un puesto de trabajo lo hacen principalmente en el . Utilizando los datos de la Encuesta Permanente de Empleo (EPE) para Lima Metropolitana, se analizan cambios menos estudiados en la dinámica laboral.

La otra cara del empleo

La pandemia no solo destruyó una buena parte del empleo en la capital, sino que también sacó del mercado laboral a otros tantos. La población económicamente inactiva (aquellos que no tienen un empleo y tampoco buscan uno) pasó de representar en promedio el 31% de la población en edad de trabajar en el periodo 2010-2019 a 37% en lo que va del año. Con excepción del periodo de mayores restricciones (abril-octubre de 2020), dicho porcentaje es el más alto desde que se tiene registro en 2001.

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Las razones detrás de la salida mercado laboral han cambiado significativamente conforme evolucionó la emergencia sanitaria. Durante los primeros meses, la principal causa estuvo relacionada con las estrictas medidas de inmovilización. Luego, a pesar de la flexibilización de estas restricciones, la economía quedó golpeada y demandaba por tanto menos empleo. Así, el porcentaje de personas que dejaron de buscar trabajo por la ausencia de puestos disponibles casi se duplicó, al pasar de 10% a fines del 2019 a 19% en el trimestre agosto-setiembre-octubre de este año.

Por otro lado, las personas que se mantuvieron en el mercado laboral -población económicamente activa- presentan mayores dificultades para conseguir empleo. La tasa de desempleo -aquellos que no tienen trabajo pero lo están buscando activamente- se incrementó de 6,6% entre enero y octubre del 2019 a 11,4% en el mismo periodo del 2021. Ello es consistente con el incremento en el tiempo promedio de búsqueda de trabajo, que pasó de 2,4 semanas en el 2019 a un máximo de 3,2 semanas en el último trimestre del 2020. Aún con la recuperación en curso del mercado laboral, la duración del desempleo se mantiene estancada en 2,9 semanas durante los últimos cuatro meses.

Contramarchas en la recuperación del empleo. (Infografía: GEC)
Contramarchas en la recuperación del empleo. (Infografía: GEC)

Mayor cualificación, menor empleo

La emergencia sanitaria ha tenido un impacto diferenciado sobre el empleo según el nivel educativo de los trabajadores. Al inicio de la pandemia, los trabajadores sin educación superior (no cualificados) fueron los más afectados por la pérdida de trabajo. Sin embargo, conforme se abrió la economía, este grupo logró una rápida reinserción laboral y ya alcanzó sus niveles prepandemia. Por otra parte, el empleo entre los trabajadores con educación superior (cualificados) al trimestre agosto-octubre aún se encuentra 14,2% por debajo del nivel registrado en el mismo periodo de 2019. En este sentido, los únicos sectores que ya superaron sus niveles de empleo prepandemia, comercio (12%), construcción (4%) y manufactura (0,8%), explican su resultado por la mayor contratación de personal no cualificado.

Al respecto, los investigadores Miguel Jaramillo y Daniela Campos de Grade señalan que la mayor rotación laboral de los trabajadores no cualificados en el Perú podría explicarse por la mayor facilidad para emplearse en trabajos poco especializados, usualmente con peores condiciones laborales. En efecto, ante la pérdida de trabajo, las personas no cualificadas presentan un menor tiempo de búsqueda de empleo. Entre el 2015 y 2019, los no cualificados demoraban en promedio 2,1 semanas frente a las 2,6 semanas requeridas por los cualificados. Si bien a raíz de la pandemia el incremento del tiempo de búsqueda fue generalizado, el impacto ha sido mayor sobre este último grupo. Los datos al 2021 muestran que los no cualificados ahora tardan 2,7 semanas en conseguir un trabajo, en contraste con las 3,5 semanas que necesitan los cualificados.

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Nuevos empleos, peores condiciones

El deterioro de las condiciones del mercado laboral y la incertidumbre sobre el futuro de la economía estarían desincentivando la demanda de trabajos formales. Según el Banco Central de Reserva (BCR), las expectativas de contratación en los próximos tres meses se mantienen en terreno negativo desde hace dos años. Al respecto, del total de nuevos empleos generados en los últimos seis meses, tres cuartos serían informales, dado que no están afiliados a EsSalud. Ello explicaría el incremento de la tasa de informalidad laboral en Lima Metropolitana de 58% entre enero y octubre del 2019 a 63% en el mismo periodo de este año, su nivel más alto desde el 2010.

El 83% del empleo informal generado durante los últimos seis meses corresponde a empresas de menos de 10 trabajadores. En contraste, casi la mitad de los trabajadores formales (49%) contratados en los últimos seis meses corresponden a empresas de más de 100 trabajadores. Esta dinámica hace evidente la necesidad de promover el crecimiento empresarial a fin de contratar más empleo formal. Según un estudio de Hugo Ñopo, investigador de Grade, la existencia de regímenes especiales para las micro y pequeñas empresas desincentivan su crecimiento, debido a que el costo de la formalidad aumenta conforme se vuelven más grandes.

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Más allá de la recuperación del mercado laboral, la prioridad del 2022 debería ser la creación de trabajos formales. Para lograrlo, resulta clave la reducción de la incertidumbre política, a fin de atraer mayor inversión privada, principal generadora de empleo formal.

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