El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha salido al rescate de Petro-Perú con un préstamo de US$750 millones para evitar el desabastecimiento de combustibles a nivel nacional y solucionar la crisis de liquidez que la empresa estatal enfrenta de un tiempo a esta parte.
Se trata, según aseveran diversos expertos consultados para este informe, del peor escenario afrontado por Petro-Perú en sus más de 50 años de historia.
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“Ni en su peor época, cuando el país sufría por la hiperinflación desatada por el primer gobierno de Alan García, hemos visto algo como esto”, anota una fuente del sector público que no quiso ser identificada.
La situación es tan critica que la estatal no contaría con dinero suficiente para cancelar los embarques de combustibles de sus proveedores, congelados en el puerto del Callao por falta de pago.
El préstamo del MEF viene a solucionar este episodio, aunque a un costo que podría ser elevado.
“Esto es farra fiscal. US$750 millones para salvar a Petroperú con el dinero que tanto esfuerzo le cuesta al contribuyente. ¿Seguirá el gobierno soltando plata así de fácil para tapar sus desastres?”, tuiteó David Tuesta, ex ministro de Economía y Finanzas, al enterarse del asunto.
¿Cómo fue que ocurrió esto?
EL FACTOR PwC
El decreto de urgencia que garantiza el préstamo de US$750 millones para Petro-Perú (D.U. 010-2022) precisa que el dinero es necesario para impedir que la empresa incumpla sus pagos con sus proveedores de combustibles.
Esto, como consecuencia del negativo escenario configurado por los mayores precios de los hidrocarburos y la rebaja de la calificación crediticia de la estatal por parte de Fitch y S&P.
Así lo entiende Gonzalo Tamayo, ex ministro de Energía y Minas, quien separa la paja del trigo y apunta a la rebaja crediticia como el catalizador de la crisis de liquidez que aqueja a la petrolera estatal.
“Esto es una consecuencia lógica de la descalificación crediticia motivada por la disputa entre la anterior administración de Petro-Perú [liderada por el exgerente general Hugo Chávez] y Price Waterhouse (PwC). En el momento en que Petro-Perú se pelea con PwC, las calificadoras de riesgo bajan su calificación y Petro-Perú se convierte en un apestado”, indica Tamayo.
Precisa que la petrolera estatal ya venía arrastrando un desbalance de US$500 millones desde fines del año pasado, el cual se agravó cuando “cometió la torpeza” de disputar con PwC en enero y febrero de este año.
“El resultado es una crisis de liquidez, que puede conducir a una aceleración de pagos y a una eventual liquidación de la empresa. Ese es, en el fondo, la gravedad del caso”, anota.
CAMBIO DE TIMÓN
Tal es, también, el parecer de Ernesto Guevara, expresidente de Petro-Perú, quien identifica la raíz del problema en “la desavenencia con la auditora”, que motivó la descalificación crediticia y “la reacción de los bancos que le otorgan crédito”.
“El gran problema es la pérdida de confianza, que ahora está tratando de recuperar el nuevo directorio de Petro-Perú, reuniéndose con los bancos y los bonistas [de la nueva refinería de Talara] tras limar asperezas y firmar un nuevo contrato con PwC”, señala.
En ese sentido, Guevara advierte que el préstamo otorgado por el MEF es un ‘salvavidas’ para Petro-Perú de cara a una crisis que “nunca debió haber ocurrido”, pero que, no obstante, ocurrió, agrega Tamayo, debido a que la administración de Hugo Chávez “se dedicó a timbear con la deuda de corto plazo de la petrolera estatal”.
“Petro-Perú ya se ha endeudado para levantar financiamiento para la refinería de Talara, lo cual significa que tiene una posición financiera estructuralmente débil. Si a eso se añade una irresponsabilidad en el manejo financiero de corto plazo, la empresa puede terminar en una situación sumamente crítica”, indica el economista,
Lo que resta ahora, manifeista Guevara, es que el Minem apoye al directorio de Petro-Perú en sus esfuerzos por reflotar la empresa y que garantice su independencia, en vez de “presionarlo y amenazar con destituir a sus miembros”.
Cabe señalar que el directorio de la estatal, encabezado por Humberto Campodónico, ha comenzado negociaciones con sus acreedores en Madrid a fin de que consientan en retrasar la publicación de los estados financieros hasta después del 31 de mayo, para sí evitar el default.
Las conversaciones continuarán en New York la próxima semana.