La semana pasada fue fatídica para Petro-Perú. Y es que en el lapso de pocos días la petrolera estatal se vio forzada a divulgar dos demoledores informes sobre sus malheridas finanzas.
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La semana pasada fue fatídica para Petro-Perú. Y es que en el lapso de pocos días la petrolera estatal se vio forzada a divulgar dos demoledores informes sobre sus malheridas finanzas.
Uno de S&P, que ratifica su calificación negativa y subraya la necesidad de que solicite más salvatajes al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
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Y otro - los estados financieros no auditados del segundo trimestre - que revelan la hondura de su crisis: US$222 millones de pérdidas netas en abril-junio y un déficit de capital de trabajo de más de US$1.300 millones.
“En esencia, Petro-Perú se encuentra en estado catatónico. No tiene caja, sus estados financieros todavía no han sido auditados (debieron serlo en mayo) y S&P dice que está en el purgatorio y en caída libre al infierno”, anota Anthony Laub, socio fundador de LGQ.
En este crítico escenario pasó a un segundo plano una noticia no menos gravitante: la luz verde dada por el directorio de Petro-Perú al plan de reestructuración presentado por la consultora Arthur D. Little.
Esto es, una de las condiciones que el Poder Ejecutivo impuso a Petro-Perú en octubre del 2022 para rescatarla de la quiebra inminente, en plena crisis de desabastecimiento de combustibles.
Como se recuerda, el MEF libró entonces un paquete de salvataje de S/4.000 millones, además de una línea de crédito por US500 millones, a cambio del compromiso de la petrolera estatal de reorganizarse administrativamente en un plazo máximo de once meses, los cuales vencen en setiembre de este año.
En esa línea, la petrolera estatal contrató en enero pasado a la consultora internacional Arthur D. Little LLC con el fin de que elabore el plan de reestructuración respectivo, el mismo que fue presentado a la Junta General de Accionistas y aprobado el 31 de julio pasado.
¿Qué establece dicho informe?
Petro-Perú ha señalado que el objetivo del plan de reestructuración es “reforzar la gobernanza de Petroperú, así como asegurar su sostenibilidad financiera y la de sus operaciones a nivel nacional”.
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Esto incluye el diagnóstico integral de la empresa y la propuesta de “alternativas de mejora y solución que permitan cumplir las metas de sostenibilidad de Petroperú, incluyendo su reorganización administrativa”.
Hasta el cierre de este artículo, sin embargo, nadie en el sector hidrocarburos podía dar razón sobre el detalle de estos puntos, debido a que el informe todavía no ha sido publicado.
Lo único que se conoce es un extracto donde se recomienda que Petro-Perú ingrese con socios a los lotes VI, X y Z-2B debido a su “falta de experiencia” y a las “elevadas inversiones de entrada” en las que deberá de incurrir.
Para el Ministerio de Energía y Minas (Minem), sin embargo, esta recomendación sería letra muerta, y es que el titular de dicha cartera, Oscar Vera, no ha tenido reparos en subrayar a un diario local su firme propósito de viabilizar el ingreso de Petro-Perú pero “sin socios” a los tres lotes petroleros.
Esto, cuatro días después de dar su aprobación al plan de reestructuración.
Por esta razón, los especialistas consultados para este informe advierten la necesidad de que Petro-Perú haga público el reporte de Arthur D. Little lo antes posible.
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“Allí hay un gran problema de transparencia que la Contraloría debe de advertir porque se trata de un informe en el que se han puesto recursos económicos de todos los peruanos, por tanto, debe ser público”, refiere Arturo Vásquez, ex viceministro de Energía.
Del mismo modo, una fuente que no quiso ser identificada remarca que la petrolera estatal tiene la obligación de precisar, con hitos y fechas, como avanza en la ejecución del plan de reestructuración.
Si no, ocurrirá como tantas veces, que “encarga informes para que nunca se cumplan”, anota. ¿A qué debería abocarse la petrolera estatal?
Anthony Laub ha advertido en múltiples ocasiones que lo primero que debe hacer Petro-Perú es remozar su directorio, convocando a profesionales con perfil financiero y experiencia en salvataje de empresas.
Y otro tanto debe ocurrir con su plana gerencial, pues, “salvo dos o tres gerentes, todos los demás son ejecutivos encargados sin experiencia en el manejo de grandes empresas y, mucho menos, de empresas con una situación financiera tan delicada”, advierte otra fuente del sector.
De acuerdo a Jorge Pérez-Taiman, consejero del estudio Rodrigo, Elías & Medrano, todo esto tiene que venir acompañado del blindaje de Petro-Perú, para que “tenga una gobernanza independiente al estilo de Ecopetrol (estatal petrolera colombiana) o nada va a funcionar”.
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“Petro-Peru necesita una reestructuración radical para darle autonomía y conseguir que pueda atraer a los mejores directores y gerentes del mercado con los mismos sueldos de las empresas privadas, para conseguir buenos geólogos, ingenieros de petróleo y abogados, y no burócratas medrando”, enfatiza el abogado.
En esa línea, los especialistas consultados para este informe recomiendan que Petro-Perú ejecute todas estas mejoras en su gobernanza antes de intentar nuevas aventuras que puedan costarle más deudas y problemas.
“Si Petro-Perú logra demostrar que nivela sus estados financieros y que es una empresa rentable que paga todas sus deudas, no existiría ningún problema en que pueda operar lotes petroleros, como los de Talara, pero en esta situación tendría muchos reparos en decir que es una buena opción”, apunta Arturo Vásquez.
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