El pasado martes, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) informó que habían destrabado unos 87 proyectos de inversión, los que beneficiarían en irrigación a 77.000 hectáreas de cultivos dentro de 19 regiones del país. El más resaltado por el sector fue la tercera etapa de Chavimochic, obra por la cual el Gobierno firmó el pasado viernes el acta para iniciar negociaciones para firmar el contrato de Gobierno a Gobierno con Canadá.
Justamente, en e 2023, el presupuesto para proyectos de irrigación y de riego fueron de S/4.264 millones, aunque no se ejecutaron unos S/1.118 millones, sostuvo la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú). La cifra es preocupante si se ven el periodo de 2019 al 2023, dado que no se ejecutaron S/6.217 millones destinados a estos proyectos, de acuerdo con el gremio.
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Esta falta de ejecución muestra dos aspectos: no hay una realización de los proyectos de riego tecnificado -lo que conllevaría a una mayor productividad en las tierras- y que esta inversión de infraestructura a futuro podría generar un desarrollo sostenible del sector en el mediano y largo plazo. Así lo indicó Paulo Quequezana, analista senior de estudios económicos de ComexPerú.
“Si genera toda esta cadena de factores, los principalmente beneficiados son las familias que se dedican a las actividades agrícolas, lo cual les permite acceder a mayores ingresos, vender más productos y eso impulsa otros usos, como la exportación de los productos agrícola”, añadió.
Sin embargo, uno de los problemas que tienen estos proyectos de irrigación es la demora de la ejecución. Solo por mencionar Chavimochic III, la obra, según el Midagri, estaba paralizada desde el 2016 -por aspectos contractuales que llevó a un laudo arbitral para resolver el contrato de concesión- y con su ejecución puede mejorar la irrigación de 48.000 hectáreas de cultivos, así como añadir unas 63.000 hectáreas para el agro.
Pese a que el proyecto Chavimochic III está avanzando desde el gobierno nacional, aún se debe ejecutar el canal principal y sus canales laterales para llevar el agua a las parcelas nuevas para la actividad agraria, comentó Von Hesse.
Justamente, como indicó El Comercio en su edición del 24 de enero, el canal madre del proyecto será realizado por el Gobierno Regional de La Libertad.
Otro caso llamativo es el de Majes Siguas II, paralizado desde el 2017 y que tuvo retrasos con la firma de la conocida adenda 13 por parte del Gobierno Regional de Arequipa, suscrito en julio de 2022, pero que no evitó que la concesionaria Angostura Siguas anunciara en setiembre de 2023 la caducidad del contrato.
Actualmente, el gobierno nacional espera llegar a tener la titularidad de la obra para que avance este proyecto, que puede beneficiar en la irrigación de 38.500 hectáreas.
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Solo con estos dos proyectos, se podrían agregar entre 80.000 a 100.000 hectáreas para la agricultura, comentó Milton Von Hesse, director de Videnza Consultores y exministro de Agricultura.
A su vez, Elkin Vanegas, presidente del Comité de Frutas y Hortalizas de la Asociación de Exportadores (Adex) señaló que hay nueve proyectos de irrigación paralizados, considerando a los dos antes mencionados. El destrabe de estos proyectos podría significar hasta un beneficio de hasta 400.000 hectáreas.
Además de Chavimochic III y Majes Siguas II, otros proyectos importantes para el sector son Chinecas, Alto Piura, Iruro y Yanapuquio, mencionados por la titular del Midagri, Jennifer Contreras, a El Comercio en noviembre de 2023.
Asimismo, se tiene la segunda etapa del proyecto Olmos y el proyecto Chancay-Lambayeque, así como distintos proyectos en Ica, mencionó Vanegas.
Problemática subnacional
¿A qué se debe la demora de estos proyectos? En el caso de Chavimochic III se debe a un tema de contratos que hubo con la entonces llamada Odebrecht, mientras que en el caso de Majes Siguas II el tema radica en la población y en el gobierno regional de Arequipa.
Justamente, Von Hesse apuntó a que la problemática se da en los gobiernos subnacionales, añadiendo que no cuentan con la capacidad técnica y financiera ni el planeamiento estratégico para el desarrollo de estas obras.
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En ese sentido, mencionó que se han dado problemas de gestión en el proyecto Alto Piura, manejado por el gobierno regional de Piura, y Chinecas, a cargo del gobierno regional de Áncash.
“Una de las lecciones aprendidas es que si se van a seguir haciendo este tipo de proyectos, lo tiene que manejar el gobierno nacional, porque los gobiernos regionales no tienen la visión, la capacidad institucional, técnica ni financiera para llevar a cabo este tipo de proyectos”, acotó.
A ello se suman otros problemas de corrupción y rotación rápida de funcionarios, añadió Quequezana. Todo este cúmulo de factores no solo generan retrasos en la ejecución de estos proyectos, también conllevan a que, a la larga, se eleven sus precios de ejecución, complementó.
Quequezana indicó que, de acuerdo con la Contraloría General de la República, al cierre del 2023 habían 222 proyectos paralizados, incluyendo los de riego, por un monto de S/7.000 millones.
Oferta y distribución hídrica
Uno de los beneficios que generan estos proyectos de irrigación y de riego es el ampliar la oferta hídrica en beneficio de la agricultura y la agroexportación. Justamente, por la agroexportación, hay una mayor demanda de este recurso en la costa, explicó Quequezana, pero el abastecimiento para la costa no es el ideal, según Von Hesse.
“Si miras al Perú cortado longitudinalmente, de la cordillera hacia el Atlántico se va más del 95% del agua y poco porcentaje va hacia la vertiente occidental, hacia el pacífico, cuando el 80% del PBI del Perú se realiza en la vertiente occidental. Por eso se necesitan hacer embalses”, comentó el director de Videnza Consultores.
Y es que una demanda de mayor agua depende también de qué tipo de cultivos se siembra, expresó Vanegas. El que tiene un mayor consumo hídrico es la palta, sostuvo el experto de Adex. “Se lleva, por lo menos, un 50% más del agua que un cultivo normal”, indicó.
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Otros cultivos de alto consumo, pero en menor medida que la palta, son el arroz y las uvas, añadió.
Vanegas indicó que Casma actualmente tiene problemas hídricos para la siembra de cultivos, dada la siembra de palta.
"Casma pasó de [plantar] la mracuyá al mango y hora tienen mango y palta, que consume más que un mango, una maracuyá y que el limón. Ahí se tienen que desarrollar proyectos cercanos de irrigación para ayudar a los agricultores de esas zonas", expresó.
Otro beneficio es una mejor distribución del agua, así como su eficiencia de uso en la planta, con técnicas de riego tecnificado, apuntaron los expertos.
Pero también para impulsar este beneficio se debe atender a la zona de la sierra, comentó Quequezana. Por ello, ahí se deben realizar proyectos de embalses, reservorios y represas de menor escala para intensificar el riego en la sierra, comentó Von Hesse.