Diversos colectivos sociales y gremios sindicales que el 4 de enero retomarían las movilizaciones que tuvieron lugar en diciembre del 2022. No obstante, dichas protestas tuvieron un impacto negativo en los resultados del turismo del sur, y una nueva escalada de violencia en las regiones podría comprometer los resultados del 2023.
“El 60% de todas las reservas de grupos internacionales al Perú para 2023 están suspendidas. Aún no están canceladas, pero están suspendidas porque su realización depende de la variable principal que requieren los destinos: seguridad. En este momento, el 2023 no es prometedor para nada”, advirtió Tito Alegría, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur).
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Una de las regiones donde se dieron enfrentamientos entre manifestantes y policías, así como el daño de infraestructura de transportes como carreteras, rieles y aeropuertos fue Cusco.
Según Berner Caballero, presidente de la Cámara de Turismo del Cusco, esto significó una pérdida diaria aproximada de S/5 millones. Sin embargo, remarca que el principal daño sucedido es a la imagen de la región y de Machu Picchu como destino turístico durante el 2023.
“El principal impacto será en el mediano plazo con el deterioro de la imagen del país, del Cusco y de Machu Picchu como destino seguro. Los paros de carreteras y las tomas de las vías del tren hacen que el inicio de la temporada baja hasta marzo tenga números dramáticos para las empresas”, dijo.
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Caballero explicó que entre marzo y junio se da la temporada baja de turistas extranjeros, pues en comparación con la temporada alta las reservas suelen caer alrededor de un 40%. “Con los conflictos, eso puede llegar hasta el 80%”, agregó.
Además del Cusco, Puno y Arequipa también vieron afectado el turismo tras los hechos de violencia. “Puno tiene un 90% en negativo, sin turistas. Cusco está por debajo del 50%, y similar está Arequipa en diciembre, comparándolo con el mismo mes del 2019″, comentó Alegría en diálogo con El Comercio.
Turismo receptivo
A su turno, la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur) estimó que el turismo receptivo cerró el 2022 con un nivel inferior al 50% del total obtenido en el 2019.
“Debemos estar en 1,9 millones de turistas al concluir el 2022. Esta cifra ha sido más baja de lo que se esperaba. El Perú es uno de los países dentro de la región con menor crecimiento en lo referente al turismo receptivo”, señaló Enrique Quiñonez, presidente de Apotur.
“[En el 2023] seguiremos por debajo de las cifras del 2019, cuando arribaron cerca de 4,4 millones de visitantes foráneos”, añadió.
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Según Alegría, Perú es el penúltimo peor país de la región en términos de recuperación del turismo luego de la pandemia. Solo supera a Venezuela.
“Perú está a la cola de la recuperación de turismo de Latinoamérica. Ecuador está en un 90% de alcanzar las cifras de 2019. Nosotros estamos por debajo del 50%, estamos a la cola de la región solo superando a Venezuela. Hay países que ya han logrado mejorar sus cifras del 2019 en turismo, caso Argentina, caso Colombia”, detalló.
Los especialistas coincidieron en que la única forma para que no se siga perjudicando el sector es que el Ejecutivo impulse estrategias publicitarias que refuercen la imagen del Perú en el exterior y asegure la seguridad de la ciudadanía en las regiones.
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Este Diario contactó al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo para la nota, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
Cabe recordar que el plan Con Punche Perú, elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas, tiene destinada una inversión de S/500 millones para el sector turismo. Estos recursos serán orientados a la reparación de los aeropuertos y mejoras en la infraestructura para el turismo, como los accesos a Machu Picchu. También contempla la devolución del IGV a los turistas.