"La inflación norteamericana ya está por encima del 6% y con tendencia a llegar a los dos dígitos", precisa Marthans. (Foto: Archivo)
"La inflación norteamericana ya está por encima del 6% y con tendencia a llegar a los dos dígitos", precisa Marthans. (Foto: Archivo)
Juan José  Marthans

A continuación, ponemos en consideración algunas muy breves reflexiones sobre posibles desbalances en el frente internacional que no deberíamos dejar de considerar.

Primero, debemos tomar conciencia de que las posibles turbulencias que puedan acontecer en el frente internacional van a ir más allá de la solución a la problemática sanitaria, de suministros y de la critica situación energética de hoy. Durante las últimas décadas, recurrentes déficits fiscales y externos al interior de parte de las economías avanzadas han venido incubando entornos volátiles en materia de tasas de interés, inflación, actividad bursátil, sobreendeudamiento. Tarde o temprano dichos desajustes impactarán en nuestra economía.

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Segundo, hoy tenemos un problema muy fuerte de endeudamiento generalizado. De acuerdo al FMI, solo en las economías avanzadas la deuda pública ya superaría el 120% de su PBI, la empresarial estaría por encima del 100% y la de las familias en alrededor del 80%. Nunca en la historia se habían mostrado en conjunto niveles tan altos, y lo peor es que este endeudamiento tiende a incrementarse año a año. Pues bien, mientras este problema no se revierta, deberíamos esperar las secuelas propias de un ajuste inevitable que afectará nuestro desempeño, por lo que es recomendable no perder de vista la evolución del sobreapalancamiento.

Tercero, los principales mercados bursátiles del mundo están sobrecomprados y sus multiplicadores se mantienen hoy muy por encima de la media de los últimos años. Solo el indicador precio-rendimiento por acción, que en el mercado de S&P 500 se ha mantenido históricamente en alrededor de 16 veces, vuela en casi 30. En tal situación solo cabría esperar un ajuste. No debemos olvidar que en la historia las correcciones de la bolsa han llegado a superar caídas del 40%, que no siempre se han recuperado en el corto plazo y que, como ahora, frecuentemente se caracterizan por ser subestimadas antes de presentarse. A seguir estos indicadores también.

Cuarto, la inflación norteamericana ya está por encima del 6% y con tendencia a llegar a los dos dígitos. Si la inflación es transitoria o no, solo se conocerá entre el segundo y tercer trimestre del 2022. No perdamos de vista ese momento. Si la crisis de suministro y la de carácter energético se superan y, paralelamente, la inflación internacional sigue creciendo, sin duda tendremos ajustes que derivarán en altas tasas de interés y la presencia de una nueva ola recesiva internacional. Cuidado con sus posibles implicancias.

Quinto, China ya es la economía más grande del globo. En términos del PBI (Paridad del Poder Adquisitivo) ha venido representando alrededor del 18% del mundo, mientras que la norteamericana quedó relegada al 14%. Sus activos netos (inversión en el exterior menos deuda fuera de sus fronteras) no tienen la naturaleza negativa de la norteamericana y como si esto fuera poco, a través de su inversión alrededor del mundo, ya dispone de la propiedad de buena parte de la producción de insumos estratégicos. Aunque su presencia y trascendencia sube, una crisis global no dejaría de afectarla.

Pues bien, ¿hoy en día, las empresas en el Perú están preparadas para ajustes importantes a nivel global? Aunque hoy en el Perú destacan sus serios problemas políticos, no deberíamos subestimar ni dejar de prepararnos para enfrentar escenarios críticos de alcance internacional. De allí también podría venir un potencial remezón que nos sacuda. A prepararse inteligentemente y sin alarmas extremas.

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