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El último viernes, el jefe de Estado de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró no querer mantener las relaciones económicas y comerciales con el Perú, señalando que la mandataria peruana, Dina Boluarte, ha “usurpado” la presidencia en nuestro país. Estas declaraciones se dan luego que el Parlamento peruano aprobó una moción para declararlo persona non grata en nuestro país.
“Mientras no haya normalidad democrática en Perú, no queremos relaciones económicas ni comerciales con ellos”, indicó en conferencia de prensa.
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Esto es muestra de que han aumentado los problemas en la relación entre ambos países. Como se recuerda inicialmente, el Parlamento peruano le negó en noviembre el permiso al entonces presidente peruano Pedro Castillo para viajar a México y recibir la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico.
Tras la destitución del mandatario y el cambio de Gobierno, López Obrador señaló en febrero que no querían entregarle el cargo en la Alianza del Pacífico a Perú. Este viernes 26 de mayo indicó que esta presidencia pro tempore la podía entregar a Chile, mas no a la mandataria Boluarte.
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¿Efecto?
¿Esta postura del presidente mexicano tendrá un efecto en las relaciones comerciales entre ambos países? Luciano Paredes, gerente de asuntos corporativos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), y Juan Carlos Ladines, profesor de la carrera de Negocios Internacionales de la Universidad del Pacífico, consideran que lo dicho por el mandatario mexicano es más una declaración política.
En ese sentido, Paredes considera que el gesto de López Obrador no tendría algún efecto en las relaciones comerciales entre ambos países desde el lado empresarial.
“Quienes ejecutamos, cautelamos y desarrollamos estas relaciones económicas y comerciales somos los agentes privados, las empresas privadas, que finalmente han hecho que estas relaciones prosperen. Lo que hacen los gobiernos, a grandes rasgos, es marcar una serie de espacios y lineamientos sobre cómo estas relaciones se van a consolidar, pero los jugadores son agentes privados. Es muy difícil que una declaración de corte más político tenga alguna repercusión o disrupción en el flujo comercial y de inversiones entre los dos países, al menos en el corto plazo”, expresó.
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Y es que, de acuerdo a ComexPerú, el intercambio comercial entre ambos países fue de US$2.852 millones, de los que US$2.008 millones son envíos de México a Perú y US$844 millones, exportaciones peruanas al país azteca.
Asimismo, los principales productos exportados a México son las uvas frescas, los minerales de cobre y concentrados y el aceite de palma en bruto. Paredes también destaca los neumáticos, el estaño y los calamares. A su vez, las importaciones provenientes de ese país son los aparatos receptores de televisión, minerales de cobre y tractores de carreteras para semirremolques. También hay productos como champús, cerveza de malta, vehículos y máquinas para lavar ropa.
En caso el gobierno mexicano busque adoptar medidas restrictivas contra los despachos peruanos, se vería más afectado ese país que su par peruano, indicó Paredes, por las importaciones mexicanas a Perú. Además, consideró que estas trabas contra el comercio serían rechazadas por el sector privado y el Parlamento azteca.
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A su vez, Ladines sostuvo que la declaración del jefe de Estado del país norteamericano es “gaseoso”, al no definir las medidas en contra de las relaciones económicas y comerciales entre ambas naciones. Añadió que, de haber una barrera comercial, existen espacios como la Organización Mundial de Comercio (OMC) para presentar reclamos.
Para el docente de la UP, también esas declaraciones pueden hacer que el inversionista peruano espere a conocer la postura del mandatario posterior a las elecciones presidenciales de México, a llevarse a cabo en junio de 2024.
Justamente, las inversiones extranjeras directas (IED) de Perú en México fueron de US$17,1 millones en el 2022, según la Secretaría de Economía de México.
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En viceversa, la IED de México en Perú fue de US$593,1 millones, de acuerdo con Proinversión.
Alianza del Pacífico
La negativa de López Obrador de entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico a Perú genera retrasos en medidas que se pueden tomar a nivel de este bloque económico, consideró Paredes.
En la actual situación, sostuvo que está en ‘stand-by’ la alianza, dado que el mandatario mexicano tampoco ejerce el cargo de forma activa, dado que ya no le corresponde seguir con ese puesto.
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“Hay una agenda aún pendiente en cuanto a la profundización del mercado ampliado que representa la Alianza del Pacífico. Estamos hablando de un bloque que alberga 230 millones de personas que se podrían ver beneficiadas de simplificarse el comercio, armonizarse los requisitos regulatorios del comercio entre los cuatro países, pero también es un proceso que llamó la atención del mundo, porque tiene más de 70 países observadores, tiene a Ecuador y Costa Rica esperando un proceso de adhesión para que sean miembros plenos, Singapur es el primer estado asociado a la Alianza del Pacífico”, indicó Paredes.
En cambio, Ladines señaló que la postura de López Obrador representa una oportunidad para que se genere una institucionalidad económica en la Alianza del Pacífico. Esto quiere decir que se establezca una sede de representación y un secretario general, en vez de esperar a que los gobiernos entreguen la presidencia pro tempore de este bloque.
“Esta situación política está debilitando a la alianza, pero ahí tiene que venir la institucionalidad económica, no la institucionalidad política. Mira cómo trabaja la OMC. Por ejemplo, la OMC maneja más de 200 países, tiene un secretario general, el sistema de comercio no es perfecto, pero dentro de la medida de lo posible tiene su institucionalidad y está representado”, acotó.
El dato
En diciembre, el gobierno de Dina Boluarte declaró como persona non grata al embajador de México en Perú, Pablo Monroy, y ordenó su salida del país. En febrero, decidió retirar al embajador peruano en México.
Justamente, Carlos Ladines, profesor de la carrera de Negocios Internacionales de la UP, consideró que se debe establecer el camino para reconstruir las relaciones entre ambos países, apuntando a que, en el caso peruano, se debe determinar adecuadamente el perfil diplomático para reconstruir el diálogo entre ambos países.
