(Foto: AFP)
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Inés Temple

1. Haz lo correcto. La no es un tema de imagen, sino de realidad: tu imagen es solo el reflejo de quién eres. Construye tu reputación sobre un posicionamiento ético claro. No es posible una buena reputación sin una conducta intachable e incorruptible a través del tiempo. Cumple tu palabra. Hónrala. Sé leal a tus valores y no hagas excepciones. Evita los conflictos de interés. Recuerda que todo se sabe. Sigue tu voz interna.

2. Valora tu reputación. Date cuenta de la enorme importancia que tiene tu reputación para tu carrera y tu futuro. Recuerda que, en el nuevo mundo del trabajo, los trabajos van y vienen, y siempre necesitarás de una reputación intachable para continuar con éxito tu carrera o tu negocio. Cuida tu reputación cada día de la semana.

3. Misión y servicio. Pon tu misión por delante y recuerda que esta no puede ser solo hacer dinero, debe tener un componente de servicio. Trabaja por una razón de fondo que sea más grande que tú mismo y que, ojalá, sea provechosa y beneficie a muchos, sobre todo a tus clientes, trabajadores y colegas, a tu familia y a la sociedad. Ayuda todas las veces que puedas. No niegues una mano a quien lo necesita.

4. Buenas relaciones. Los contactos y relaciones, quienes tienen nuestra reputación en sus mentes, son quienes refieren nuestro trabajo o negocio, y su calidad. Cuida con quién te juntas: somos el promedio de las cinco personas con quienes más nos juntamos. Fíjate quién influencia en tus ideas, quién impacta en tus criterios y paradigmas. La mala reputación puede empezar en cualquier lado, tal como se quema un bosque entero con un solo fósforo.

5. Trabajo serio y de calidad. Lograr una excelente reputación profesional toma años de trabajo serio y comprometido con brindar productos y servicios de calidad. Haz muy bien tu trabajo, agrega valor, cumple los tiempos, ponle corazón a lo que haces. Cuida la calidad de lo que haces por encima de todo, que es lo único que te gana buenas referencias y recomendaciones. Esfuérzate para cuidar tu reputación a pesar de las tentaciones o facilismos. Sigue aprendiendo. No puedes perder vigencia.

6. Integridad. La buena reputación se basa en una línea de conducta intachable en lo personal y lo profesional. De igual forma, sé el mismo en lo virtual como en lo real. Participa en las redes sociales de manera coherente con quién eres y sobre todo, a dónde quieres llegar. Cuida tu manera de comunicarte y sé estratégico para lograr que los demás te perciban y recuerden de la forma que quieres. Haz auditorías a tus redes para analizar cómo proyectas tu marca personal.

7. Sé auténtico y sencillo. Se llega más lejos con sencillez que pretendiendo impresionar. Trata de conectar para establecer buenas relaciones con quienes luego serán los embajadores y publicistas de tu marca personal. Y para conectar la confianza es clave. Gánatela. Date a conocer, pero evita la arrogancia y la falsa modestia. Aprende a pedir disculpas si te equivocas o dañas. Cuida tu reputación y piensa en ella constantemente.

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