Empleabilidad
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Inés Temple

Álvaro es un ejecutivo muy querido. Donde va es bienvenido y todos parecen querer ser sus amigos. “Todo le sale fácil”, comentan los que lo conocen. Y claro, Álvaro parece disfrutar mucho de ese afecto y siempre sonríe mientras hace algún comentario o gesto agradable que se siente auténtico y que su éxito es bien ganado.

Siempre me han intrigado personalidades como las de Álvaro (que no es su verdadero nombre). He tenido el gusto de conocer a varios como él, muchos de ellos líderes en distintos ámbitos de sus vidas. He investigado el tema del carisma buscando ayudar a otros a desarrollarlo por lo vital que es para el éxito de nuestras carreras o negocios. Comparto algunos de esos aprendizajes.

1. Los carismáticos tienen un interés genuino por las personas. Están más en el modo de dar, que de esperar o recibir. Es un gusto tenerlos cerca, ya que no temen mostrar sus ganas de desarrollar buenas relaciones. Les gustan las personas, les prestan atención y saben tratarlas siempre con respeto y consideración. Su foco está en desarrollar relaciones auténticas y no en lo que obtienen de dichas relaciones.

2. Son cálidos y no temen mostrar su aprecio por los demás. Esa calidez se manifiesta en la manera positiva con la que se relacionan, confían e interactúan. Tratan a los demás con cariño –incluso en el mundo del trabajo–, y ese cariño se siente verdadero y genuino.

3. Comparten generosamente su energía y su buena vibra con todos los que interactúan en su vida diaria. No escatiman afectos ni calidez y, sobre todo, no hacen diferencias entre las personas por su rol, posición o poder. Y muy importante: no usan su calidez para manipular a los demás.

4. Tienen en general una buena actitud ante la vida. Buscan el lado positivo de las cosas y de las personas, le dan un 20 por delante a los demás y tratan de enfocarse en las soluciones más que en los problemas. Tienen siempre fe en que las cosas saldrán bien y que los demás harán lo correcto –sin ser ingenuos–, y por eso ponen todo su empeño, tesón y perseverancia en lograr que así suceda.

5. Son abiertos en sus ideas y no temen compartir sus emociones y sentimientos con los demás en las circunstancias apropiadas. Eso inspira a los otros a abrirse también, lo que facilita la generación de confianza. Esa capacidad de generar confianza es la base de su éxito tanto en su vida personal como profesional, ya que la confianza es la esencia sobre la que se construyen las relaciones humanas.

6. Son sencillos y no andan con poses ni buscando impresionar o menos intimidar. Saben que su éxito no viene de lo que tienen, hacen o saben, sino de lo que son capaces de dar o hacer por otros.

7. No temen mostrar su vulnerabilidad. Es más, esa es una de las virtudes que más les permiten afiliarse con personas de todo nivel y en toda circunstancia. Aunque comúnmente se asocia al líder con quien se hace cargo, las personas siguen más a quienes son como ellas, entienden sus problemas y dificultades y no temen mostrar sus emociones o las consecuencias de sus propios problemas.

¿Podemos todos ser más carismáticos? Sí, pero necesitamos la convicción de querer serlo y comprender que primero debemos dar calidez, respeto, atención y consideración a los demás, antes de esperar recibirlos.

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