El cierre del Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank en Estados Unidos marcaron la pauta de una semana de pérdidas en el mercado global y de nerviosismo sobre el sistema financiero estadounidense. Wall Street cerró ayer viernes con pérdidas en sus tres indicadores clave: Dow Jones cedió 1,19%, Nasdaq perdió un 0,74% mientras que el S&P 500 cayó un 1,10%.
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Las bolsas europeas también tuvieron un desempeño negativo. La Bolsa de Valores de Londres cayó 1,01 % en una sesión marcada por la preocupación a un contagio en el sector financiero. El IBEX 34 en España retrocedió un 4,37%, el CAC 40 en Francia cayó 3,58% y el DAX alemán bajó 3,27%.
Es así que el nerviosismo ha llevado al fortalecimiento de activos como el oro. El valor de dicho metal subió más de 2% ayer viernes ubicándose en US$1.957,19 por onza. Durante la jornada, escaló hasta un valor de US$1.964,73 por onza: su nivel más alto desde abril de 2022. En solo una semana, el valor del oro trepó un 4,9%.
Edmundo Lizarzaburu, profesor de la Universidad ESAN, explica que esto se debió en parte a la situación del sistema financiero en Estados Unidos, ya que este ‘commodity’ es el refugio natural frente al dólar.
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En esa línea, Klaus Kaempfe, director regional de Portafolio Solutions en Credicorp Capital, asegura que en los próximos días se observará mayor volatilidad por la sensibilidad del mercado que, en principio, influirá en el aumento del oro. No obstante, en el mediano plazo, espera caídas en el dólar.
La divisa norteamericana caía luego de que el gobierno y los bancos en Estados Unidos colocaran salvavidas para aliviar la tensión en el sistema financiero. El índice Dólar (DXY), que lo mide frente a otras monedas emergentes, cayó un 0,604% este viernes. El yen, que tiende a beneficiarse en momentos de extrema volatilidad o estrés del mercado, se fortaleció un 1,48% a 131,77 unidades por dólar.
Kaempfe explica que normalmente esta clase de acontecimientos suelen tener repercusiones que duran algunos meses. “Cuando sube la volatibilidad y el riesgo, toma tiempo para que el mercado se normalice nuevamente. Es como la confianza, que se pierde rápido y se recupera con el tiempo. Aunque en general en el mercado, estos momentos están llenos de oportunidades de inversión”, comenta.
Lizarzaburu, por su lado, comenta que lo que está ocurriendo no es necesariamente una crisis sistemática, más sí una suerte de revisiones de indicadores y mecanismos para evitar temas de falta de liquidez, corridas y temas reputacionales en general en el sistema financiero tanto en el estadounidense como en el resto de países.
Por otro lado, respecto a las expectivas del alza de tasas de interés por parte de los bancos centrales y las opiniones que le atribuyen responsabilidad ante la actual situación del sistema financiero estadounidense, Kaempfe considera que efectivamente el SVB se vio golpeado al no protegerse de manera eficiente de las subidas de tasas de interés. No obstante, al ver el balance del resto bancos, estos sí se prepararon para estas subidas.
Desde Credicorp Capital esperan que la FED continúe subiendo la tasa, estimando que la próxima semana se vería una subida de 0,25%. Es decir, seguirán el camino que tomó el Banco Central Europeo el pasado jueves 17 de marzo al elevar, en medio del nerviosismo financiero global, la tasa de interés del continente en 50 puntos básicos.
“Algunos apuntan a que la FED dejaría de subir tasas, pero en nuestra opinión esto sería un error, ya que el problema principal es la inflación y hay que usar otras herramientas para manejar el problema de estabilidad financiera”, explica Klaus Kaempfe.
Lizarzaburu recuerda que la preocupación actual a nivel mundial es la inflación y cómo se controla, para ello, la acción de los bancos centrales es fundamental.
La Bolsa de Valores de Lima (BVL) cerró la semana con los indicadores en verde. El Índice General, el más representativo de la plaza limeña, cerró al alza en 0,32%, llegando a 21.445,16 puntos. En tanto, el Índice Selectivo, el más líquido, anotó un incremento de 0,53% cerrando en 556,59 puntos.
Efecto dominó
El Silicon Valley Bank (SVB), banco estadounidense que tiene entre sus principales clientes a firmas tecnológicas, suspendió el pasado viernes 10 de marzo sus transacciones en Wall Street y se vio obligado a cerrar por falta de liquidez, quedando bajo control de las autoridades estadounidenses. Eso luego de que los inversores retiraran sus fondos generando que el jueves 9 de marzo las acciones del banco cayeran un 60%. Según informó la BBC News Mundo, se trataría de la mayor caída de una entidad bancaria desde el 2008.
Lizarzaburu considera que el principal problema de Silicon Valley Bank fue que las inversiones que estaban haciendo eran instrumentos que al momento de valorizarlos producto de la subida de tasas de interés registraban una pérdida de capital.
Para Kaempfe el cierre de SVB difiere de lo sucedido en la crisis de hace 15 años. “El 2008 cuando el primer banco quebró, y se levantó la alfombra, se encontraron problemas con las hipotecas, y cuando se analizó al resto de los bancos, tenían el mismo problema bajo ellos. Hoy la principal diferencia es que el problema que tiene el SVB de concentración de depositantes no existe en la mayoría de los bancos”, responde.
El colapso de SVB arrastró el domingo 12 de marzo a Signature Bank, que se convirtió la segunda entidad financiera en cerrar. Este banco con sede en Nueva York, una de las principales entidades detrás de la industria de criptomonedas, vio caer sus acciones un 22,87% el viernes 10 de marzo.
El día del cierre de Signature Bank, los órganos reguladores estadounidenses como la FDIC lanzaron el domingo un plan para proteger tanto los depósitos del SVB, como los de Signature Bank, según informó Cinco Díaz, el diario económico de El País.
Además, según informó la Agencia Bloomberg, el First Republic Bank se desplomó el lunes 13 de marzo en un 62% por preocupaciones de los bancos regionales de Estados Unidos que provocaron interrupciones en el comercio del sector. A pesar de que el jueves 16 los principales bancos e instituciones financieras estadounidenses inyectaron a esta entidad bancaria US$30.000 millones, sus acciones nuevamente el viernes 17 de marzo cayeron más de un 20 %.
Todo ello llevó a que el martes 14, la agencia de medición de riesgo Moody’s rebajara su calificación sobre todo el sistema bancario de Estados Unidos de estable a negativa debido un “entorno operativo que se deteriora rápidamente”.
Kaempfe considera que efectivamente las calificadoras de riesgo generan impacto con sus decisiones. La principal es la confianza que el resto tiene del sector financiero, por lo que la baja no ayuda a este momento. En adicional, la baja de clasificación obliga a algunos inversionistas a ventas forzadas, que perjudican el resultado.
El director ejecutivo de State Street Corp., Ron O’Hanley, en una entrevista con Bloomberg TV el miércoles 15 de marzo criticó la decisión de Moody’s y la tildó de una ‘terrible reacción exagerada’.
Para Lizarzaburu, desde la crisis del 2008, las calificadoras de riesgos tienen una connotación que hay que mirar con pinzas. Sin embargo, considera también que la calificación negativa era natural, pero que seguramente en unos meses cuando haya una segunda revisión esta cambiará a estable y luego a positivo. “Lo más importante de esta situación son las lecciones que vamos a implementar o querer ejecutar. Lo importante es entender el porqué y evitar que se vuelva a presentar”, comenta.
A pesar de los intentos de Janet Yellen, secretaria del tesoro de Estados Unidos, por asegurar que el país norteamericano siga siendo resiste y de la insistencia de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, para buscar una regulación más rígida al sistema financiero.
Asimismo, Silicon Valley Bank Financial Group, la empresa matriz de Silicon Valley Bank (SVB), se declaró el viernes 17 de marzo en bancarrota en un tribunal de Nueva York, para intentar una reestructuración de capital -bajo supervisión judicial- de los negocios que han sido intervenidos por las autoridades, informó el diario The Wall Street Journal.
En Europa, el Credit Suisse, el segundo mayor banco de Suiza, perdío 24% de su valor en la bolsa el miércoles 15 luego de que el Banco Nacional Saudí, el mayor inversionista de Credit Suisse, dijera que iba a recortar su ayuda financiera al banco suizo, según informó Reuters. Esto debido a que por regulación no pueden superar el 10%. Frente a ello, el Banco Nacional Suizo se comprometió a prestar 50.000 millones de francos (50.600 millones de euros) a Credit Suisse. Sin embargo, esto no evitó que el viernes 17 de marzo las acciones del banco suizo perdieran nuevamente alrededor del 10% de su valor desde el inicio de la jornada de la Bolsa de Zúrich.
Lizarzaburu concluye que una de las lecciones aprendidas tras la caída del Silicon Valley Bank es entender la relevancia que hay entre la liquidez y la solvencia. “Una entidad podría ser solvente, pero no necesariamente líquida y hoy en día frente a temas estructurales, la liquidez se vuelve fundamental”, comenta.