Desde el martes 26, un día después de que se confirmara que el directorio de Twitter vendía el 100% de las acciones al multimillonario y excéntrico empresario sudafricano, Elon Musk, las acciones de Tesla y Twitter han descendido acumulando un retroceso semanal de 11,08% y 3,90% respectivamente.
Tesla y Twitter registraron su mínimo en el mercado el jueves 28 a las 10:30 a.m. al cotizar US$826,74 y US$48,10 respectivamente. Sin embargo, vivieron una ligera recuperación en la jornada del viernes iniciando Tesla en US$901,80 hasta llegar a un pico de US$933,26 a las 10 a.m. y cerrando en US$870,18. Mientras, Twitter abrió la jornada en US$49,45 hasta llegar a un pico de US$50,22 a las 10:15 a.m., aunque terminó al cierre en US$48,91.
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Respecto a la caída de Twitter durante la última semana, Marco Contreras, jefe analista de Kallpa SAB, comentó que esta se debe a que hay buena parte de inversionistas que creen que la compra de la red social por parte de Elon Musk pueda enfrentar dificultades regulatorias, lo que podría generar un riesgo de que no se concrete. “Las perspectivas sobre la acción van a depender estrictamente de las aprobaciones que necesita la transacción. En caso se concrete, el precio a pagarse sería de $ 54,20 por acción y luego de ello la empresa se volverá privada”, agregó.
Sobre Tesla, el jefe analista de Kallpa SAB refiere que la caída tiene que ver con varios factores, entre ellos que las acciones tecnológicas han experimentado un retroceso generalizado durante todo el mes, debido a los temores sobre la inflación, los fuertes aumentos de tasas de interés que haría la Fed en el corto plazo y el menor crecimiento económico global esperado por las nuevas cuarentenas en China.
Agregó que la acción también experimentó una caída porque muchos inversionistas asumen que Elon Musk tendría que salir a vender una cantidad significativa de sus acciones de Tesla para financiar parte de la adquisición de Twitter. Sin embargo, señaló que las perspectivas para Tesla en el largo plazo son buenas, “ya que el mercado espera que la empresa siga creciendo por la cada vez mayor penetración de utilización de autos eléctricos a nivel global”, dijo. Sin embargo, no se debe de perder de vista que el sector enfrente retos a corto plazo por la escasez de chips y problemas logísticos que generan demoras en los envíos de suministros.
Según lo expresado por Musk, este desea sacar a Twitter de la Bolsa de Nueva York. Una empresa no cotizada en bolsa es aquella que no participa en ningún mercado de valores de tal manera que sus participaciones no se pueden negociar en la Bolsa.
Según Erick Iriarte, convertir a Twitter en una empresa que no cotiza en bolsa significa eliminar la posibilidad de que cualquier persona pueda adquirir acciones; “pero también le quita las obligaciones de información que se deben entregar a entidad gubernamentales y, con ello, puede afectar la transparencia de la compañía”, sostuvo.
Modelo de negocio
Twitter es una red social y, como tal, tiene un modelo de negocio de plataforma el cual se basa en la interacción entre usuarios y empresas que utilizan Twitter como una ventana para dar a conocer sus servicios, insertar publicidad y afianzar su reputación. Este concepto no considera los matices que actualmente alberga la red social como, por ejemplo, ser un espacio de discusión continua de diferentes movimientos sociales capaz, como comenta Ricardo Chadwick, partner & executive creative director de Fahrenheit DDB Perú, de iniciar guerras o derrocar presidentes.
Twitter fue fundada en el 2004, pero ingresó en la bolsa 10 años después. Recién para finales del 2017 logró registrar su primera ganancia meta, manteniéndose en verde durante los años siguientes. Sin embargo, hace tres semanas la red social ha presentado un valor 12% menor al que registró cuando fue introducida en bolsa, según AFP.
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En junio del 2021, la red social lanzó Twitter Blue, un servicio de pago mensual para abonados que obtienen funciones adicionales a los de los usuarios gratuitos, aunque está activo en el ‘appstore’ de iOs y Android, y en web solo en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Con esta versión, comentó Daniel Chicoma, profesor de los Programas en Marketing de ESAN Graduate School of Business, se podrían generar mejoras en aspectos como la posibilidad de suscribirse para no recibir publicidad o estar expuesto a ella, adquirir cuentas verificadas para diferenciarse de los ‘bots’ y así tener una mayor relevancia con las opiniones vertidas, ampliar la extensión de los tuits y dar una mayor libertad de expresión a los usuarios.
Según Chicoma, estamos con Twitter Blue frente a un momento en que el espacio seguro espacio seguro en uno navegaba dentro de Twitter, se transforma en uno que podría dar paso a personas poco deseadas como ‘trolls’ o personas con poca credibilidad. “Podría llegar a incrementar radicalmente la cantidad de usuarios y, por ende, convertirse en un espacio de interés publicitario para algunas marcas, pero quizás perdería a sus antiguos usuarios y defensores. Es una por otra”, reflexiona Chicoma.
Por ello, se necesita más que pensar en la nueva estrategia de Twitter, en la estrategia de Elon Musk. Twitter puede llegar a ser la plataforma que Musk necesita para ganar aceptación por sus ideas y generar negocios con una perspectiva mundial si comenzara a escribir sobre implementación de paneles solares, plantas generadoras de energía limpia o vehículos eléctricos, añade el catedrático. Por supuesto, también podría convertirlo en un negocio rentable mediante la venta de suscripciones, la venta publicitaria, y el incremento de usuarios. Sin embargo, resalta Chicoma, “controlar una plataforma tan poderosa en el ámbito de las noticias y las ideas resulta más rentable que hablar de un modelo de negocio en sí mismo”.
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¿Libertades en peligro?
Para Miguel Ugaz, socio fundador de Mu Marketing & Content Lab, existen dos escenarios. Respecto al peor, comentó, está aquel en el que Musk empiece a influir en el contenido que aparece o se prioriza. Mientras que el escenario positivo sería que Twitter mantenga el cuidado en la curaduría de temas de privacidad y contenidos, censurando incluso a personajes como Donald Trump. “Esperaría que se mantengan y se refuercen ciertos lineamientos de gobernanza ética”, sostuvo.
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Erick Iriarte, principal partner and chief of Information Technology Law Area, consideró importante estar atentos para ver por donde Musk llevará los temas de transparencia de la gestión y control de la red social, así como cuáles serán los lineamientos morales que pudieran incorporar y descubrir como ellos podrían afectar a la libertad de expresión.
Para Ricardo Chadwick, partner & executive creative director de Fahrenheit DDB Perú, en principio esta compra no debería afectar a Twitter, debido que el contenido es proporcionado por los usuarios. “Sin embargo, como sabemos, Twitter ha tenido una postura frente a personas que desinforman, llegando a bloquear cuentas. Estas decisiones han sido tomadas por un liderazgo más liberal. Pero con Elon Musk a la cabeza, esas decisiones sí podrían cambiar”, comentó.
La compra
El 15 de abril, Elon Musk, fundador de Tesla, anunció su deseo de comprar la red social Twitter poniendo sobre la mesa la opción de compra de US$54,20 por acción. La propuesta de Musk valorizó la compañía en US$43.390 millones. El magnate ya contaba con una participación del 9,2% de la plataforma social, lo que representa US$2.900 millones.
La oferta fue lanzada tres días después de que Musk rechazara formar parte del directorio de Twitter. Según una carta de Musk dirigida a Bret Taylor, presidente de la red social, el empresario habría invertido porque creía en el potencial de la plataforma y la libertad de expresión que esta demostraba. Sin embargo, una vez realizada la inversión, se habría dado cuenta de que era “imperativo” transformarla en una empresa privada no cotizada.
Después de toda una mañana de especulaciones el lunes 25 de abril, la venta de Twitter fue aprobada de forma unánime por la junta directiva de Twitter y se espera que llegue a término este año tras la luz verde de los accionistas, los reguladores y otras condiciones habituales.
Bret Taylor, presidente independiente de la junta de Twitter, según la Agencia EFE, explicó que evaluaron la propuesta de Musk centrándose en “el valor, la certidumbre y la financiación”, considerándolo beneficioso para los accionistas.
La oferta del empresario sudafricano, nacionalizado canadiense y estadounidense, fue de US$44.000 millones, es decir, pagará US$54,20 por acción a cada miembro del directorio.
Según lo expresado por Musk, y recopilado por la Agencia EFE, para él la libertad de expresión es fundamental para garantizar la democracia funcional y Twitter es un espacio digital donde las personas y los pueblos discuten y debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad.
Enfatizó también su deseo de mejorar la red social potenciando el producto con nuevas características, convirtiendo los algoritmos en una fuente abierta con el fin de incrementar la confianza en los usuarios y contrarrestar a los ‘bots’ de ‘spam’.