A menos de un año de dar a conocer el drama que viven los habitantes de Purús, en la frontera con Brasil, El Comercio regresó a Ucayali para revelar una segunda localidad que vive en abandono total: el distrito de Yurúa, en Atalaya. Ahí unas 2.600 personas viven sin agua potable, con un decadente sistema de salud, sin abastecimiento de insumos de primera necesidad y, aún peor, arrinconados por redes de narcotráfico que aprovechan la ausencia policial y la situación de aislamiento para convertir esta zona en zona de paso para la droga.