RAÚL MENDOZA CÁNEPA (*********)
En este año 2015 en el mundo cultural se cumplirán diversos aniversarios importantes. Entre estos acontecimientos destacan los 400 años de la elaboración de la segunda parte de “El Quijote”, de Miguel de Cervantes, realizada en 1615. Asimismo, el mundo se prepara para celebrar los 500 años del nacimiento de una santa, que a la vez, fue una de las más notables poetas místicas que ha dado la humanidad: Santa Teresa de Jesús, llamada también Teresa de Ávila. Notable es también el centenario de una de las obras maestras de Franz Kafka, “La Metamorfosis”, un desafío a la racionalidad moderna. En el Perú, un cuento clave como “Los gallinazos sin plumas” cumplirá 60 años.
El increible gregorio samsa
“La Metamorfosis” fue publicada en 1915, hace cien años. Desde entonces el mundo se ha extrañado por aquella historia que deja perplejo al lector, pero que pareciera carecer de significación y extrañeza para los personajes.
Se prevén en la tierra de Kafka clubes de lectura y eventos que recordarán tanto al extraño personaje como a su autor. En el 2014, al cumplirse 90 años de la muerte de Franz Kafka se organizaron cómics, conciertos de rock y obras de teatro experimental basadas en sus obras en la capital checa. El entusiasmo por Kafka anuncia nuevos programas frente a la que muchos consideran su obra cumbre: “La Metamorfosis”.
La historia es ya uno de los íconos literarios del siglo XX. Quienes leen la novela jamás olvidan su inicio en el que una mañana Gregorio Samsa se despierta convertido en un insecto de varias patas y vientre abultado, cuya descripción nos parece sugerir una cucaracha.
Pendiente del reloj y con la premura del trabajo, Samsa es llamado desde todos los frentes para seguir su rutina habitual. La normalidad aparente se incorpora en la ficción, aquella que todo lo permite. La hermana lo alimenta con menudencias, no rigen las interrogantes,pero sí la repugnancia.
Cuando la familia repara en la inutilidad económica de Gregorio, se hace visible la vileza y la mezquindad de sus parientes, quienes ven en el protagonista apenas a un proveedor económico. La auténtica metamorfosis es la que se opera en ellos, es psicológica y moral.
La segunda parte de el quijote
Durante este año el celebrado personaje de Miguel de Cervantes será el eje de múltiples actividades en el mundo. No es para menos, se cumplen los 400 años de la publicación de la segunda parte de “El Quijote”(1615). En España ya se ha conformado una comisión encargada de organizar las actividades del cuarto centenario.
Vale recordar que en esta segunda parte, el Caballero de la Triste Figura vuelve a la carga, sabedor de la fama ganada en la primera parte. El enjuto personaje cree confirmar su misión, pero entre extravíos y lances se enfrenta finalmente el Caballero de la Blanca Luna (Sansón Carrasco), que lo derrota y lo lleva en descenso hacia la razón y la realidad, donde reside la resignación y la muerte. Alonso Quijano (El Quijote) no muere al exhalar el último aliento, sino al recuperar la razón, pasmado ya por el desaliento.
Teresa,la santa poeta
El próximo 28 de marzo se cumplirán 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila. En la “Autobiografía” de la santa se puede conocer de su elevada experiencia espiritual, pero el mundo recordará también sus memorables versos místicos: “Vivo sin vivir en mi,/y tan alta vida espero,/ que muero porque no muero... Esta divina prisión/del amor en que yo vivo,/ha hecho a Dios mi cautivo,/y libre mi corazón;/y causa en mí tal pasión/ ver a Dios mi prisionero,/que muero porque no muero...”
El año en el perú
Fue en 1965, hace 50 años, cuando en el Perú, el poeta Antonio Cisneros ganaba el Premio Nacional de Poesía. Se puede decir que este hecho marcó el inicio de la consagración de uno de los poetas peruanos más importantes.
Perteneciente a la llamada Generación del 60, Cisneros recibió a lo largo de su vida diversas distinciones, siendo la última la lograda en el año 2010, cuando se le entregó con enorme justicia el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
Su poesía fue irónica, tangencial, vinculada a la cotidianeidad, que sintetiza en ocasiones lo sublime y fundamental. Por tanto, tampoco estuvo exento de una mística reveladora.
En “El libro de Dios y de los húngaros” (1978), torna sus pasos desde la simplicidad cotidiana a un abrupto encuentro con la divinidad. En este poemario nos aproxima a aquel viejo encuentro en la Budapest de su reconversión: Cisneros describe el ambiente de aquella noche y los goterones que lo asaltan en medio de una calzada: “Llueve entre los duraznos y las peras/las cáscaras brillantes bajo el río/ como cascos romanos en sus jabas”. Las frutas son la ofrenda que el extraño recoge para su consagración religiosa y la lluvia el elemento purificador que lo lava.
Ese 1975, hace 40 años, otro poeta peruano nos obsequió con la belleza de sus letras, César Calvo publicó “Pedestal para nadie”, gana el Premio Nacional de Poesía.
Los gallinazos sin plumas
Este es uno de los más populares libros de Julio Ramón Ribeyro, el cual recoge el fabuloso cuento del mismo nombre: “Los gallinazos sin plumas”. Apareció en 1955, es decir hace 60 años.
A pesar de las diversas muestras y publicaciones sobre Ribeyro el pasado 2014 por los veinte años de su muerte, no es de extrañar que este año vuelvan las celebraciones, más aun si se trata de uno sus cuentos más populares.
El relato fue escrito un año antes de su publicación en el café Petit Cluny en París. Su autor lo creyó siempre su mejor relato, quizás por la descarnada pasión dispuesta en él y el escenario de inhumanidad que se contiene en sus letras. Es, por demás, un cuento de elaboración notable. El drama que nos cuenta Ribeyro nos remite a la explotación de dos niños, Efraín y Enrique, por su abuelo despiadado.
Los personajes se sumergen en la hondura de la miseria y nos exhiben los negros intersticios de la indignidad humana. El viejo los explota, los fuerza a trabajar rebuscando objetos entre los montículos de basura. Pero por azares de la historia, el anciano se convierte, en definitiva, en una víctima de su pobreza moral. El narrador nos ubica en un escenario en el que los hombres son dados al trajín de las aves carroñeras, descienden de categoría, son el alter ego de los gallinazos que picotean entre los basurales.
Vallejo y “Los Heraldos negros”
Fue en 1915, hace 100 años también cuando César Vallejo comenzó a escribir una de sus obras cumbres: “Los heraldos negros”, libro que sería editado en 1918. La obra comenzó a circular recién en julio de 1919. Un libro digno de celebrarse en este año que se inicia.