Desde hoy, 11 de octubre, Día Internacional de la Niña , están a disposición del público las diez nuevas historias de Mancha Brava, proyecto impulsado por el periodista Antonio Orjeda, esta vez protagonizadas por niñas y adolescentes de escuelas públicas y privadas de costa, sierra y selva.
Para leer estas historias desde un celular, se requiere una app para lectura de libros digitales; y, para leer desde una computadora, es mejor bajarse antes el programa Adobe Digital Edition. Puedes descargar el libro dando clic aquí. La preventa del libro impreso está en marcha. Te dejamos con dos de las historias a modo de adelanto para que te animes a descargar el libro.
Marsivit Alejo
El profesor hizo un alto en su clase virtual y le anunció al quinto grado C que uno de sus compañeros tiene algo importante que contarles. La curiosidad se instaló de inmediato, ¡todos encendieron sus cámaras! Su amigo les dijo que se va, que debido a la pandemia su papá ha perdido el empleo y no les alcanza para pagar el colegio. Esto ocurrió el 2020, cuando el coronavirus comenzaba a golpear nuestros hogares.
Hubo familias para las que el golpe fue aún más fuerte, pues no tuvieron qué comer. ¿Qué hicieron? Se unieron, organizaron ollas comunes en las que se cocinaba para todos. Pero, ¿cómo, si no tenían para comprar los ingredientes? Muchas ollas comunes lo consiguieron gracias a organizaciones solidarias que llevan donativos a quienes los necesitan. Carne, víveres, ¡lo que tengan!
Juguete Pendiente es una de esas organizaciones y llevó alimentos a una olla común ubicada en un cerro de San Gabriel Alto, en el distrito limeño de Villa María del Triunfo. Si llegaron hasta ahí fue porque una pobladora los contactó. Ellos no lo sabían, pero se trataba de una colegiala de 13 años.
Se llama Marsivit, ahora tiene 14 y está en segundo de media. Esa vez, vio en un programa de TV un correo electrónico al que podías escribir si tu familia requería ayuda; como la suya y las de sus vecinos estaban en apuros, se mandó. Le pidieron que los empadrone, que haga una lista con los datos de todos ¡y se puso en acción! En Juguete Pendiente estaban convencidos de que Marsivit era una persona adulta, cuando llegaron con los víveres y supieron que quien lo había organizado todo súper bien era una escolar, la felicitaron. ¡Les pareció genial!
Ni su papá ni su mamá tenían ingresos, pues él pinta casas, ella cuida bebés; y, por la cuarentena, no debían salir. Felizmente, gracias a una de sus hijas, la olla común de su comunidad ya tenía con qué alimentarlos. Pero, más arriba, en lo alto del cerro, había más familias, más ollas comunes. ¿Qué sería de ellos? ¿Tendrían comida? Quiso saber, así que subió con su papá y constató que allá la situación era todavía más complicada. Mmm, algo tenía que hacer… [...]
Lara Zevallos
Ella sabe que es rara. En una caja con tierra, Lara tiene 12 caracoles; les da de comer hojas, también agua. Con su papá vio “Cosmos”, los documentales de Carl Sagan, un científico súper chévere al que millones de mujeres y hombres -en todo el mundo- le deben su amor por la ciencia. Aunque ella lo vio cuando tenía 3 años de edad. Ahora que tiene 10, también le declara su amor a todo lo que sea investigar.
Ser raro es ser diferente: poco común. Lara lo es, Lara lo sabe; y si a alguien no le gusta, ¡no le importa!
En primer grado casi estalla. No le gustaba leer. A ver, no era que no le gustase, sino que mientras que en el cole sus compañeras leían sobre las correrías de “Caperucita Roja”, ella necesitaba saber más sobre astros, galaxias, ¡agujeros negros!
Hay algo que aún no ha decidido: si será astronauta o no. Si su respuesta es sí, entonces trabajará en la Estación Espacial Internacional. De lo contrario, será científica espacial y -por supuesto- se dedicará a estudiar agujeros negros.
Las maestras de sus primeros años la recuerdan nítidamente. Conversar con ella era un encanto… Un encanto que se podía convertir en algo muy parecido a un deporte extremo. Algo tan complicado como bajar en bicicleta por un cerro empedrado. Un día, a una de ellas se le acabaron las respuestas y no le quedó más que recomendarle que mejor vaya a hablar con el profesor de Física de secundaria. Ocurre que Lara había elaborado una teoría sobre la máquina del tiempo y buscaba la opinión de una persona enterada. Ella es así.
Otra profe la recuerda dibujando jeroglíficos en una pizarra durante el recreo. Sí, porque otra de sus fascinaciones es la Egiptología (el estudio del antiguo Egipto, una de las civilizaciones más importantes de todos los tiempos). Su faraón favorito es Tutankamón, el joven gobernante que murió a los 18 años. Los egiptólogos, por más que han analizado su momia un sinnúmero de veces, no han podido determinar la causa de su muerte. Hay diversas teorías. Lara, por supuesto, tiene la suya (ella sospecha del consejero del faraón).
Hay algo que detesta con todas sus fuerzas: el machismo. ¿Cómo entender que aún existan hombres y mujeres, adultos y niños, que crean que a las niñas solo les gustan las princesas? ¡Es absurdo! Por eso, cuando le dejaron de tarea crear algo por el Día de la Mujer, ella escribió e interpretó un rap que dice así:
“Ahora no dejaré que nos vuelvan a aplastar / porque somos mujeres y vamos a luchar / Primero no nos dejaron ir a la universidad / algunas lucharon mucho para llegar”. [...]
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