Existen expresiones artísticas que son propias de una evolución cultural, que son la herencia de un oficio, de una pasión por salvaguardar la expresión de una cosmovisión.
La diferencia entre lo que se entiende por el arte que normalmente habita en museos y galerías y el arte denominado tradicional radica básicamente en que el primero se enfoca en el lenguaje propio creado por un artista individual, mientras que el segundo se refiere a una creación colectiva en cuyas piezas resuenan las voces de sus ancestros. Ruraq Maki, Hecho a Mano le da el espacio que merece a esta expresión artística.
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La iniciativa para crear la feria la tuvo el Museo Nacional de la Cultura Peruana, que se asoció con la Dirección de Bienes Inmateriales del Ministerio de Cultura, encargada de la identificación de colectivos de artistas tradicionales de todas partes del Perú. Esta organización se apoya en las Direcciones Desconcentradas de Cultura ubicadas en los lugares donde viven los expositores, y que tienen un papel activo en la consecución de recursos y apoyo para el traslado de los artesanos y sus piezas. El programa Qhapaq Ñan, que trabaja con las comunidades aledañas al Camino Inca, también colabora directamente para lograr que la feria tenga una amplia convocatoria.
El trabajo articulado de estos organismos permite que en Ruraq Maki participen más de cien artistas y colectivos; además, se celebra dos veces al año, en julio y diciembre. Este 2016 la feria fue invitada a Mistura, y se organizó una versión pequeña para la reciente reunión del APEC.
El criterio de selección de participantes se basa no solo en la representatividad cultural, sino también en la elaboración de piezas únicas y en las técnicas utilizadas. La excelencia de los acabados de las creaciones expuestas en Ruraq Maki es notable, e invita a coleccionar el trabajo de autor.
El esfuerzo que las directoras Estela Miranda y Soledad Mujica le ponen a cada edición se refleja en los seis mil visitantes que cada día ha recibido la feria en julio último. Gracias a este impacto comercial, se rescatan técnicas ancestrales y los artistas mejoran su calidad de vida.
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Existen tres motivos claves para celebrar la feria en el Ministerio de Cultura: se establece una nueva relación entre los artistas y el Estado peruano; los expositores comparten el mismo espacio con otras expresiones artísticas peruanas que gozan de reconocimiento internacional, lo cual es motivo de orgullo para ellos; y los asistentes pueden valorar en toda su potencia expresiva, comunicativa y cultural el arte expuesto en Ruraq Maki.
Ruraq Maki es la única feria de arte y artesanía que se expone bajo techo y sobre alfombra, lo que evidencia un cambio de paradigma en la forma de comercializar el arte tradicional peruano. Así también, los criterios museísticos y el diseño de los stands han sido pensados para lograr la integración y la exhibición de piezas maestras: los stands se construyen con muros bajos de madera, lo que permite que los artistas dialoguen, se conozcan y compartan; además, hay una vitrina en la entrada de sus espacios en la que se colocan las obras que evidencien destreza en la técnica.
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Como comentamos líneas arriba, si los artistas escogidos tienen dificultades para solventar su traslado a Lima, se apoyan de las Direcciones Desconcentradas del Ministerio de Cultura, en gobiernos locales y en organizaciones no gubernamentales para conseguir financiamiento.
Hay cuatro colectivos, especialmente, que tienen mayores dificultades:
La comunidad Shiwilu. Ubicada en el distrito de Jeberos, provincia de Alto Amazonas, Loreto. Será la primera vez que su arte centrado en cestería y alfarería se exhiba en Lima.
La comunidad de Huañec. Aunque está en el departamento de Lima (noroeste de la provincia de Yauyos), hay problemas de acceso por falta de transporte. Tiene una original y diversa textilería para consumo local que ha sido poco difundida.
La comunidad de Palma Real. Es una de las tres comunidades del pueblo Ese Eja que están en el Perú (Tambopata, Madre de Dios). Producen una cestería en fibra de tamshi, teñida con tintes naturales, que está entre las mejores del mundo por la perfección de su manufactura.
La asociación Pucahuayta. Es un colectivo de mujeres de la comunidad de Huarguesh, en Huánuco, que producen una cerámica basada en las técnicas precolombinas de la alfarería Kotosh. Son piezas originales tanto por su elaboración como por las formas e iconografía.
Ruraq Maki cuenta con un catálogo virtual (al que puede acceder aquí) en el cual se puede revisar la obra de los artistas. Además, se organizan talleres y charlas sobre nuestra cultura, y se incentiva así el interés de coleccionistas, decoradores y cocineros de gran reconocimiento internacional que se nutren de la mejor exposición de arte vivo del Perú. Nunca mejor dicho: bienvenidos todas y todos
Lugar: Ministerio de Cultura (Av. Javier Prado Este 2465, San Borja)
Horario: de 10:00 a 20:00
Fechas: del 8 al 20 de diciembre