Es necesaria un poco de paciencia para poder apreciar la labor de los robots al dibujar.
Es necesaria un poco de paciencia para poder apreciar la labor de los robots al dibujar.

Por Isolina Abanto

Las puertas de la Fundación Telefónica se abren y es como ingresar a una gran caja negra. La sala en penumbras irónicamente nos invita a ver. A mirar de manera creativa y reflexiva la inteligencia artificial que ya convive con nosotros y está cambiando nuestras vidas. Rápidamente somos llevados a interactuar con una serie de instalaciones hechas con pantallas, con brazos robóticos que nos hacen retratos increíbles, a veces cercanos a lo figurativo y otros borrosos; con cámaras que usan las tecnologías de reconocimiento facial, o con instalaciones que siguiendo el modelo de las cámaras pinhole anulan las fronteras entre lo público y lo privado y con espacios en los que se juega con nuestra percepción de los colores.

La exposición Mirar. Nuevas formas de percibir nuestro mundo ha sido producida por la Science Gallery del Trinity College de Dublín, una red universitaria dedicada al encuentro del público con la ciencia y el arte. Antes ha estado en Miami y en Portland y —nos dicen— es la primera vez que una muestra de esta institución llega a Latinoamérica, y trae a Lima obras de artistas contemporáneos que están utilizando las nuevas tecnologías desde un punto de vista creativo pero también reflexivo y crítico.

La diversidad de instalaciones interactivas es atrayente para todas las edades.
La diversidad de instalaciones interactivas es atrayente para todas las edades.

Ya no se trata solo de ver robots u objetos de última generación, sino de entender cómo opera la inteligencia artificial y cómo está cambiando nuestra forma de ver y entender el mundo. Ahí está el trabajo que abre la muestra, llamado “3RNP”, creado por el francés Patrick Tresset, en el que tres brazos robóticos llamados Paul, dotados de cámaras de reconocimiento facial, dibujan en 40 minutos retratos de quienes ‘posan’ para ellos. Lo sorprendente es que algunos de los dibujos resultan muy parecidos a los retratados pero otros no. Misterios de estos cerebros electrónicos. (Para retratarse hay que inscribirse de manera gratuita en https://espacio.fundaciontelefonica.com.pe).

Más adelante, otra pieza titulada “Unseen portraits” (Retratos ocultos), diseñada por los alemanes Philipp Schmitt y Stephan Bogner, deforma los rostros de los visitantes con la finalidad de que analicen cómo funcionan los algoritmos de reconocimiento facial. Un proceso complejo para las máquinas, pero que a los humanos nos toma solo segundos.

Cuando se sale de la exposición, algo ha cambiado. Miramos la tecnología de manera distinta, quizá la entendemos mejor y descubrimos también con cierta sorpresa cómo las máquinas comienzan a vernos a nosotros, los humanos.

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