Las redes sociales se han convertido en un medio para que las personas puedan expresar sus ideas, preocupaciones e intereses instantáneamente. Si bien muchas veces su uso es objeto de crítica, también es un espacio para la concientización sobre determinadas situaciones, para denunciar injusticias y obtener respuestas inmediatas a los hechos que antes quedaban impunes. La difusión en redes permite ahondar en detalles y suele repercutir en pocos minutos. Esto genera que la ciudadanía se indigne y exija una pronta respuesta a las autoridades, lo que genera una sensación de justicia inmediata.
Las redes sociales cuentan con una alta producción de contenido, pero no todas las denuncias reciben la misma atención. Por ello, es necesario fortalecer la conciencia de los ciudadanos ante situaciones de injusticia. A pesar de que no todas las personas con discapacidad pueden acceder a las redes sociales, estas logran, en varios casos, facilitar la difusión de las situaciones de injusticia en las que estas personas están inmersas cotidianamente. También les permite salir de la exclusión e invisibilización, y, con ello, eliminar barreras físicas (inaccesibilidad) para acudir a las autoridades; económicas (pago por un servicio); y sociales (falta de un filtro previo para que la persona pueda interponer la denuncia).
Imperfectas como son, no dejan de ser un arma ciudadana para una población vulnerable. En esa medida, sería beneficioso que el Estado fortalezca la participación ciudadana mediante el uso de redes sociales y trabaje para que estas sean más accesibles, siempre en un marco de información respetuosa de los derechos de las personas.