Dicen que el consumo de podcasts en Lima ha aumentado debido al insoportable tráfico capitalino. Tiene sentido, pues, si hay que pasar horas atorados en congestionadas avenidas, es preferible que sea bajo nuestros propios términos (mejor con un libro o música en los oídos). Para esto último, la tecnología nos ha procurado los artefactos necesarios: primero el walkman; luego, el discman; el mp3; mp4; el iPod; los celulares con radio; y, finalmente, los smartphones. Y son estos los que cambiaron todo, especialmente después de que las principales compañías fabricantes de celulares decidieron eliminar la aplicación de radio de sus modelos de alta gama.
El rápido avance digital es un reto para los medios de comunicación. Los periódicos buscan triunfar en la web, la televisión desarrolla apps para que los usuarios accedan a su programación desde cualquier lugar y dispositivo y hasta el consumo de películas ha cambiado gracias al streaming. Entonces, mientras la radio hace lo propio para adecuarse al mundo virtual, no faltan quienes afirman, tajantes y entusiastas, que pronto los podcast reemplazarán a la radio.
LA CONVIVENCIA
El término podcast surgió de la unión de las palabras pod (‘personal on demand’) y broadcast (‘transmisión’). Su popularización data de 2004, gracias a que el estadounidense Adam Curry subió por primera vez un archivo de audio a una plataforma de distribución. Podcast fue la palabra del año en 2005, según el New Oxford American Dictionary.
Son muchas las diferencias entre la radio y el podcast como para decir que uno reemplazará a otro. Francisco Izuzquiza, periodista y locutor español, autor del libro El gran cuaderno de podcasting, escribe lo siguiente: “Esto no es un podcasts vs. radio. Esto es una competencia por llenar los tiempos de escucha u ocio de potenciales seguidores. Ahí están los podcasts, la radio, la televisión, Netflix y compañía, el cine, Spotify, y muchos otros. Tenemos dos orejas y un número determinado de horas al día. Ofrezcamos el mejor producto posible para que nos escojan entre los millones de alternativas que hay”.
Quienes vaticinan la muerte de la radio son la nueva versión de quienes vaticinaron que la televisión haría desaparecer al cine o que el libro de papel sería inmediatamente reemplazado por el electrónico. Así, en lugar de hablar de la desaparición de la radio, podríamos hablar de su adaptación a lo digital. Por ejemplo, la programación de distintas emisoras se puede escuchar en tiempo real en sus sitios web, y hay aplicaciones como TuneIn que albergan estaciones de todo el mundo.
En este panorama, los podcasts representan una posibilidad. Si bien siguen el principio radial (se sirven del audio para comunicarse con la audiencia), se manejan bajo una lógica distinta, ya que, como buenos hijos de internet, producen una ruptura con el espacio y el tiempo. ¿Qué significa esto? Sonia Blanco, periodista y docente de la Universidad de Málaga, lo explica así: “Ya no es necesario estar pendiente de la parrilla programática de las emisoras de radio para escuchar nuestros programas favoritos, pues podemos descargar episodios y escucharlos cuando y donde queramos”. Es la portabilidad en su máxima expresión.
Blanco añade que las emisoras de radio se pueden servir de la tecnología del podcast para llevar sus programas a todo el mundo, mientras que antes se restringían a una recepción geográficamente acotada. “Miles de desplazados pueden acceder de una manera sencilla a información local de sus lugares de origen, evitando así el desarraigo”, explica. Claro que también podrían hacerlo leyendo diarios vía internet, pero, como señala Blanco, “el hecho de escuchar una voz aumenta la cercanía. El oyente de podcast se siente mucho más cercano a su editor que el lector de blogs a su escritor. Es mucho más fácil expresar emociones mediante la voz que mediante el texto escrito”.
Otra potencialidad del podcasting es la creación de programas de nicho. El consultor digital Orlando Mergal afirma al respecto: “Los programas de radio tocan mensajes que apelan a las masas, mientras los podcasts tocan temas particulares que apelan a nichos de mercado de interés universal”. Por ejemplo, un cinéfilo peruano que busca comentarios especializados sobre los Premios Óscar ha podido escuchar la opinión de cinéfilos argentinos, españoles, uruguayos... y, si maneja otro idioma, la oferta se amplía.
Mergal señala otras libertades del podcast: la posibilidad de abordar cualquier tema sin limitación editorial alguna; la variable durabilidad de los episodios —pueden durar cinco minutos o tres horas—; la permanencia de los contenidos en la red por tiempo indefinido; y mayor certeza en la forma de medir la audiencia, ya que los podcasters llevan la cuenta del número de reproducciones y descargas de sus episodios.
ACCESO Y CONECTIVIDAD
Hacer podcasts no es difícil: se necesitan micrófonos, una computadora o un dispositivo con software para grabar y editar, y un servidor que permita distribuir el contenido por internet. En un país como el nuestro, donde solo el 48,7 % de la población cuenta con este acceso —según cifras del INEI a mayo de 2019—, es imposible hablar del consumo masivo de productos digitales.
Un estudio presentado en noviembre de 2018 por la consultora británica Qriously para Audio.ad mostró que seis millones de peruanos —de un total de más de 32 millones— escuchan audios digitales y que el 20 % de ellos acude a los podcasts. Aunque los números todavía son bajos, el fenómeno se expande.
Luis Enrique Mendoza, docente universitario, investigador y autor del libro Voces en red: una aproximación al fenómeno del podcast en el Perú, logró identificar algunas de las características del incipiente mercado peruano. Por ejemplo, encontró que casi todos privilegian la conversación como eje de sus contenidos y que, al principio, ningún podcaster tenía una preparación profesional para el podcasting, por lo que todos iniciaron sus proyectos como aficionados, con pocos recursos y equipos para la grabación.
No hay un directorio de podcasts peruanos, y es difícil armar uno, pues las iniciativas son muchas, variadas y, en la mayoría de casos, de una periodicidad irregular. Sin embargo, también existen productos constantes, como El langoy, creado para hablar de diversos aspectos de la cultura popular y que se mantiene en el aire desde 2014. Uno de los miembros fundadores es Carlos Wertheman, quien explica que El langoy nació con la idea de comunicar aquello que nos gustaría oír en la radio, pero que no oímos.
“Creo que El langoy ha funcionado porque nuestros oyentes han sido generosos con nosotros y porque en el momento que llegamos había un vacío que ocupamos oportunamente”, sostiene. También señala que una de las razones del aumento de la oferta del podcast en el Perú se vincula con que Spotify lo incluyera en su plataforma.
Suena lógico, considerando que dicha plataforma cuenta con 14 millones de usuarios en nuestro país. Algunos medios peruanos también han empezado a apostar por este formato. Un poco tarde, es cierto, si nos comparamos con otros países, pero Mendoza explica el motivo: “La penetración de la tecnología digital es muy alta en Europa y Estados Unidos; es natural que sus públicos hayan tenido tiempo para conocer nuevos formatos, acostumbrarse a ellos y hasta reformularlos según sus expectativas”.
Dicho esto, podemos concluir que el podcast es hijo de internet y de la antigua necesidad del ser humano por hacerse oír. Los que tengan oídos, y una buena conexión a internet, que escuchen.
CUATRO PODCAST A TENER EN CUENTA
¿Aún no conoces el mundo de los podcasts? Aquí cuatro recomendaciones que te ayudarán a conocerlos, disfrutarlos y engancharte a esta tendencia mundial.
1. Radio Ambulante
Radio Ambulante es un podcast narrativo que cuenta las historias de Latinoamérica en español. “Buscamos llevar la estética de la buena crónica de prensa escrita a la radio. Trabajamos con una talentosa comunidad de productores radiales, periodistas e ilustradores a través de toda la región —incluyendo Estados Unidos— y [el podcast] es presentado por el escritor peruano Daniel Alarcón”, señala su presentación. Desde 2016 es distribuido por NPR, la radio pública nacional de Estados Unidos. En 2014, ganó el Premio Gabriel García Márquez en la categoría de innovación y, en 2017, el Third Coast/Richard H. Driehaus Best Foreign Language Documentary Award.
Esta innovadora idea nació en 2011. Como es autosostenible, recibe colaboraciones de sus oyentes. Para acceder a los episodios de esta iniciativa, que incluye también una escuela para podcasting y la formación de clubes de escucha, pueden visitar su web: radioambulante.org
2. Calla Cabro
Manuel Ramírez, Josué Parodi y Alberto Castro son amigos desde hace mucho tiempo y tienen varias cosas en común. Una de ellas es que a los tres les costó “salir del clóset”. Y de eso trata Calla Cabro. “Nuestros programas no empiezan hablando de un tema LGTB , sino de cosas que afectan a muchas personas, como el fútbol, la política o la religión. Nuestra diferencia es que las comentamos desde el punto de vista LGTB ”, cuenta Alberto Castro.
Y esta espontaneidad ha sido exitosa, ya que cada episodio tiene, en promedio, diez mil oyentes. “Salimos todos los lunes a las 6 de la mañana por Spotify, pues la gente que escucha podcasts lo hace aprovechando tránsitos largos, y las mañanas, camino al trabajo, sufriendo el tráfico limeño, son ideales”, dice.
Los acompaña en la producción Mila Vidaurre, y gracias a su gran acogida, este año han conseguido hacerse de un par de auspiciadores.
3. El Langoy
El langoy es un podcast que tiene ya seis años al aire y mantiene un público fiel: cada programa (que siempre dura más de una hora o dos) llega a, por lo menos, 2.500 personas, sumando las visitas en Spotify y las de su servidor principal.
Carlos Wertheman es uno de los fundadores de este espacio que comenzó con la idea de cinco amigos que conversan y comparten sus gustos por la cultura pop. De aquel grupo solo quedan Carlos y Javier Martínez. Pero así como algunos se han ido, otros han entrado, y la comunidad se mantiene.
Teniendo en cuenta su llegada al público, el equipo ha conseguido algunos auspicios. “Normalmente son canjes, como el hosting para nuestros audios en un servidor, soporte técnico o productos para sortear entre nuestros oyentes”, cuenta Carlos.
4. Deporte Total
El Comercio lanza una parrilla de podcast con la finalidad de acercarse a una audiencia joven —con nuevos hábitos de consumo de información—, y ofrecer entrevistas y crónicas adecuadas a las necesidades del usuario digital. En este nuevo espacio, se apuesta por la diversidad y la ampliación de la oferta informativa con programas de tecnología, deportes, y análisis político e internacional. Por supuesto, se irán abriendo nuevos espacios.
El objetivo de este diario es llegar a tener hasta dos programas al día y distribuirlos por diversos canales: la web, Spotify, la app de El Comercio y las distintas redes sociales. Pueden encontrar cada podcast al visitar elcomercio.pe/podcast/
De esta manera, se responde a las nuevas necesidades de las audiencias que cambian con los nuevos medios. Anímese a acompañarnos en esta nueva aventura.